No era el escenario ideal para los Boston Celtics que tras la dura derrota contra uno de sus máximos rivales, los Warriors, tenían que visitar el Pepsi Center de Denver, pista en donde históricamente no han cosechado buenos resultados. Desde 2004 los Celtics sumaban un 3-10 como visitantes contra los Nuggets, prueba clara de que el partido que les esperaba no iba a ser sencillo.

Probablemente avisados con anterioridad por estos datos los pupilos de Brad Stevens salieron más enchufados que su rival a la pista llevándose el primer cuarto y parte del segundo. Como es habitual Kyrie Irving lideraba la anotación, en esta ocasión bien respaldado por Marcus Morris y Jayson Tatum que también comenzaron el partido con acierto de cara al aro.

Irving en uno de los lances del encuentro | Foto: Boston Celtics
Irving en uno de los lances del encuentro | Foto: Boston Celtics

Orgullo local para levantar el partido

La reacción de los locales no se hizo esperar y antes del descanso ya habían reducido una diferencia que llegó a ser de 20 puntos, podríamos estar hablando de que estaban aplicándole a los Celtics su propia medicina, ya que normalmente es el equipo de Brad Stevens el que tiene que remontar los partidos.

Los Nuggets solo habían cedido un partido de los últimos seis en casa y se encuentran en plena lucha por ganarse un puesto de playoffs en la complicada Conferencia Oeste, motivo más que suficiente para dejarse todo en la pista buscando una victoria que les asentase en posiciones de postemporada.

La superioridad en la pintura que tenían los Nuggets fue un factor que Michael Malone supo aprovechar a la perfección y una de las principales bazas para acercarse a los Celtics en el marcador. Grandes minutos de Nikola Jokic y Mason Plumlee devolvieron la esperanza a un equipo que parecía muerto y que llegó a ponerse por delante en el último cuarto.

El banquillo de los Nuggets celebrando una de las canastas de los locales | Foto: Denver Nuggets
El banquillo de los Nuggets celebrando una de las canastas de los locales | Foto: Denver Nuggets

La "pintura" de los Celtics fue una coladera

Los Celtics quedaron en evidencia una vez más en sus problemas de juego interior. Al Horford y Aron Baynes no fueron capaces de evitar la sangría de puntos que su equipo estaba recibiendo en la pintura. Con la entrada del alemán Daniel Theis, único jugador interior de los Celtics que acabó con +/- positivo, la situación mejoró pero sus problemas con las faltas le hicieron perderse los últimos minutos de partido.

Para destacar también fue el partido del rookie, Jayson Tatum, que logró llegar a los 20 puntos por quinta vez esta temporada. El número 3 del pasado Draft dejó varios detalles técnicos preciosos que sirven para profetizar el más que probable exitoso futuro que le espera a una de las joyas del panorama baloncestístico.

Con el partido a falta de menos de un minuto un triple de Jaylen Brown proporcionaba una ventajaba de 3 puntos al equipo visitante que ya no podría ser recuperada a pesar del gran esfuerzo de jugadores como Jamal Murray, que en su día sonó como elección de los Celtics en Draft aunque al final se decantaron paradójicamente por Brown, el artífice de la canasta ganadora.