El partido de Blake Griffin contra los Miami Heat de esta madrugada no ha sido el mejor en su carrera individualmente. En el apartado estadístico, el exjugador de los Los Angeles Clippers hizo un partido mediocre. Anotó 16 puntos gracias a un 31,6% en tiros de campo. Aunque se quedó cerca del triple-doble (cogió nueve rebotes y dio siete asistencias), no estuvo muy acertado de cara a canasta, tanto es así, que de los seis triples que intentó, anotó uno.

Pero ese único lanzamiento de larga distancia acertado fue clave. A falta de minuto y medio, el partido todavía lo podía ganar cualquiera de los dos equipos. Un triple de Griffin con el marcador en 101-105 dejó el choque en las manos de los Pistons. Solamente un tres más uno de Dragic pudo dar un poco de emoción a los últimos instantes. En la siguiente posesión de los de Michigan, Griffin subió el balón como de si un base se tratara y realizó una penetración. Al ver que no tenía forma de levantar el balón y de cerrar él definitivamente el encuentro, dio un pase hacia la línea de 6,70 (distancia de la línea de tres en la NBA desde las esquinas). Allí estaba Ish Smith, quien sí tuvo una gran noche anotadora, para clausurar un encuentro competido hasta el final.

Desde que fue traspasado a los Detroit Pistons, Blake Griffin ha jugado dos partidos ya que no pudo ser de la partida contra los Cavaliers. El primero fue el viernes en la victoria contra los Memphis Grizzlies. En 35 minutos de juego, el campeón del Concurso de Mates del 2011 anotó 24 puntos, cogió diez rechaces y dio cinco asistencias. El segundo ha sido el de esta madrugada. Su nueva franquicia está luchando por entrar en los Playoffs de la Conferencia Este, están a medio partido de los octavos clasificados, los Philadelphia 76ers.