En el año 2003, los Miami Heat eligieron con el número cinco del Draft a un guard que destacaba por su verticalidad, tanto a la hora de llegar al aro rival como en el plano puramente atlético. Dwyane Wade llegó para labrarse un nombre y un futuro en la Liga, pero hizo mucho más. Sólo tres años después ganó su primer anillo, fue la primera espada de la franquicia dirigida, primero desde el banquillo y luego desde la oficina, por Pat Riley. Luego llegaron LeBron y Bosh, y juntos ganaron dos anillos más.

En el verano de 2016, Dwyane Wade sorprendió a propios y extraños cuando anunció su decisión de jugar para la franquicia de su ciudad natal, Chicago. Tras un año como un Bull más, se embarcó en una nueva aventura con su gran amigo de Akron, esta vez en la franquicia de ‘El Rey’. Wade llegaba a los Cavs para dar puntos desde el banquillo. Esa aventura se ha acabado relativamente pronto y después del pasado 8 de febrero, el escolta está de vuelta en su verdadera casa.

“Hasta aquí llego, chicos”, esto dijo la leyenda de los Heat a NBA TV. El futuro miembro del Salón de la Fama continuó: “Me voy a quedar aquí hasta que decida retirarme. Esta es mi casa, y estoy muy feliz de poder estar de vuelta”. ‘Flash’ también mencionó la recogida que ha tenido por parte de sus nuevos compañeros: “Ya me siento como una parte del grupo”.

El veterano también se refirió a los sentimientos de su familia durante todo el proceso de vuelta y la readaptación a la ciudad de Florida: “¿Mi familia? Ellos están felices. No están solo felices por ellos, también están felices por mí, Miami es mi familia. Creo que, como has visto al público, están felices. Todo está bien en la ‘Casa Wade’ y en el ‘Condado Wade’”.