En condiciones normales, un partido con equipos en estas posiciones de la tabla de la Euroliga tendría una previa más previsible, en la que se ve como el equipo superior, en este caso el Real Madrid (5ª posición) lo está haciendo exponencialmente mejor que el Barcelona (15ª posición, penúltimo de la tabla).

Sin embargo, este no es un partido con condiciones comunes al resto. Es un duelo en el que influyen muchísimos más factores y más todavía si se tiene en cuenta que estos dos históricos del baloncesto español se vieron las caras en otro partido histórico: la final de la Copa del Rey.

El Barça de Pesic es completamente distinto

Esta final fue uno de esos duelos que serán recordados con el paso de los años y debido a su cercanía en el tiempo, es seguro que estará en el recuerdo tanto de jugadores como de aficionados. Y es que el Barcelona parece que ya no es ese equipo que se sitúa penúltimo en la clasificación de la Euroliga. Esa posición representa al equipo dirigido por el recientemente destituido entrenador Sito Alonso.

Con el nuevo entrenador, Stevislav Pesic, el Barcelona ha dado un giro de 180 grados y vuelve a ser un equipo temible, y así lo ha demostrado en la Copa del Rey. El Barça salió campeón de este vibrante torneo y venciendo a su rival del viernes y eterno rival, el Real Madrid. En dicha victoria de la final, el resultado tan apretado (90-92) no refleja lo que fue el global del encuentro, en el que los blaugranas, ante la sorpresa de todos, fueron bastante superiores al Real Madrid.

Por lo tanto, con la euforia de la victoria y el título culé, se espera a un Barça que continúe con la inercia positiva que ha iniciado con el nuevo entrenador, y a pesar de que ya no tiene esperanza de clasificarse para la siguiente fase de la Euroliga, obviamente querrá volver a ganar a un eterno rival que, por otro lado, viene con el orgullo herido tras perder una final que casi remonta.

En este nuevo Barcelona, los jugadores parecen tener más claros sus roles y por ello, se ha visto a jugadores como Pierre Oriola, Thomas Heurtel, Ante Tomic, Pau Ribas o Adam Hanga dando su mejor versión de la temporada en las últimas dos semanas. Se trata ni más ni menos que de la columna vertebral del equipo.

En el equipo de Pablo Laso, tendrán que intentar olvidarse de la Copa del Rey y centrarse en las cosas que le han hecho un mejor equipo que el Barcelona en los meses, como el movimiento de balón, la protección del aro y el acierto en el triple, aunque será difícil porque la afición azulgrana se concienciará de recordar la final para minar la moral de los madridistas.

El Madrid necesita ganar sí o sí

Para volver a las sensaciones positivas en ataque y defensa, deberá volver Luka Doncic a su mejor nivel, que no hizo acto de presencia en la Copa. Además, Anthony Randolph necesita ponerse las pilas porque desde que volviera de la lesión, el nacionalizado esloveno no encuentra el nivel competitivo y está lento. Lo mismo sucede con Gustavo Ayón, que acaba de salir de una lesión de gravedad y está falto de ritmo. Tanto Thompkins como Tavares están mucho más rodados y son más fiables a estas alturas de la temporada.

Será un duelo más igualado de lo que refleja la clasificación del campeonato continental, en el que para el Barcelona está en juego debilitar todavía más a su eterno rival, mientras que el Real Madrid si que necesita la victoria porque si no gana, podría caer a la séptima posición y perder casi cualquier opción de ocupar los puestos que dan ventaja de campeón en el playoff.