La NCAA está viviendo serios problemas. Aunque ahora llega el March Madness y con ello el foco de atención se pondrá mucho más en el juego que en lo que ocurre fuera de la cancha, en los despachos, la liga universitaria lleva unos meses muy convulsos. Justo antes de empezar la temporada universitaria, el FBI mostraba que la Universidad de Louisville, con el entrenador Rick Pitino al margen, había utilizado pagos, tanto en metálico como en otro tipo de servicios, para atraer a los mejores jugadores de instituto a su universidad, algo completamente prohibido en NCAA. Tal fue el escándalo que el entrenador perdió su puesto, y el pasado mes de febrero se conocía que Louisville perdió su título universitario de 2013, como castigo por estos hechos.

Pero el FBI no paró aquí. Recientemente se ha visto envuelto en un escándalo la Universidad de Arizona, otra de las potencias universitarias, por un presunto pago de 100.000 $ a DeAndre Ayton, del cual se supone que será una de las primeras plazas del Draft de este año. 

También están apareciendo otros implicados como el vigente número 1 del Draft, Markelle Fultz, que habría cobrado 10.000 $ por jugar el pasado año con los Huskies.

Todo esto no es más que la punta del iceberg, pues es de sobra conocido por los entendidos que a pesar de que no siempre salga a la luz, se realizan maniobras fraudulentas por parte de los equipos universitarios para lograr atraer a las mejores estrellas de instituto.

Este problema parece ser de base. La NCAA gana una fortuna con las competiciones deportivas (especialmente con el football y el baloncesto) y las universidades consiguen mucho dinero y prestigio, mientras que los jugadores juegan simplemente por becas. Es decir, todo un sistema gana dinero a costa de alguien que juega gratis. Es por ello que se utilizan formas de pagos para convencer a los jugadores.

Preocupados por esto, la NBA está buscando algunas alternativas. Preguntado por esto uno de los propietarios de los Denver Nuggets (en realidad el hijo del propietario mayoritario) comentó que quizá la G-League podría ser una buena alternativa. Él explica que se podría cambiar el Draft para hacerlo con los jugadores de último año de instituto. Tras seleccionarlos, los jugadores pasarían a formar parte de el equipo de G-League de la franquicia que los escoge. A partir de aquí, podría haber varias fórmulas, como por ejemplo, obligarles a jugar un año en la liga de desarrollo, o tener una especie de two-way contract en el cual jugarían unos pocos partidos con el primer equipo y los demás con el del equipo de desarrollo. 

¿Qué ventajas tendría esto? Para empezar, que los jugadores ya serían profesionales, cobrarían un sueldo y entrarían de lleno en el mundo de la NBA y del baloncesto profesional. Otra de las ventajas que propone Kroenke, es que se les podría empezar antes a dar cursos de como gestionar el dinero, la fama, la presión... Además estarían antes vinculados a la liga desde antes, y se podrían adaptar mejor, pasar tiempo con los del primer equipo, y tener una entrada a la liga más suave, ir progresivamente adaptándose y jugando.

Otra idea más para alimentar un debate que en estos días está surgiendo con fuerza, entre si es más conveniente la NCAA o la G-League, y por que la NCAA está tan corrupta, algo de lo que han hablado ya jugadores como LeBron James, entrenadores como Stan Van Gundy y ahora propietarios y GM. No cabe duda de que este tema dará mucho de que hablar en estos próximos meses. 

VAVEL Logo
Sobre el autor
Sergio Gonzalez
Escritor novel. Amante de la NBA.