El jugador más fiable y constante de Denver Nuggets, ese ha sido Gary Harris durante toda esta temporada (debido a la baja de Millsap y a los altibajos de Jokic) y así se le ha elogiado en estos meses tanto por sus compañeros como por el entrenador y el cuerpo técnico, una temporada 2017/18 muy buena para él a nivel individual. Aún así, siempre hay un pero y es que el jugador se lesionó en el partido ante Detroit Pistons en una caída aterradora, pasando de ser el jugador más en forma desde el principio a ser baja por lesión.

Ahora los Nuggets se encuentran fuera de los puestos de playoffs, un objetivo que tienen marcado en rojo desde el inicio de la campaña y que no consiguen desde la temporada 2012/13. Si la lesión hubiese sido una rotura, sería un gran obstáculo para el equipo y sus aspiraciones a falta de tan solo 13 encuentros pero por suerte no lo es. Esta información ha sido publicada por el medio norteamericano Mile High Sports y en la que cuentan que, en la resonancia magnética de Harris solo se muestra un pequeño esguince o distensión en el ligamento de su rodilla.

Ahora lo que se espera es la vuelta de Harris al equipo, algo que se irá evaluando día a día de aquí en adelante además de monitorizar el proceso. Puede que haya evitado una lesión bastante grave pero aún se deben andar con cuidado y no forzar ya que los dolores remiten y con gran intensidad cada vez que se tensa el ligamento. El tiempo que se ha estimado ha sido de dos semanas.

A partir del partido contra Memphis con el que los Nuggets inician su gira de de siete partidos, momento en el que el jugador será reevaluado (antes del encuentro). Aún así, al menos la franquicia de Denver no han perdido a su jugador más consistente por una lesión a largo plazo. Harris será extremadamente necesitado en el tramo final y parece que estará disponible lo antes posible.