Algunos veían una tontería que Curry jugase hoy: la primera plaza está a tres partidos y parece que no van a forzar por alcanzar a los Rockets, mientras que la segunda plaza está más que asegurada. Aun con todo y estando fuera Klay, Dray y Kevin Durant, anoche Kerr decidió que Curry estaba para jugar ante los Hawks en un partido sin más trascendencia que una victoria o una derrota que no les hará variar de posición.

Pero Steph salió de inicio, aunque los focos se los llevó un equipo visitante que empezó mejor que los de La Bahía y eso que solo lograron 34 puntos en el primer cuarto entre ambos equipos, un marcador muy bajo. Los Hawks se mostraron algo mejores de inicio que los Warriors y de la mano de Schroder y un buen inicio de Price consiguieron terminar con dos puntos de ventaja los primeros 12 minutos, 16-18. Pero, lejos de despertar, Golden State en el segundo cuarto empezó durmiendo de más y en varios minutos llegar a Pere por más de 10 de ventaja: 20-33 o 22-37 como pico de diferencia en favor de los visitantes. Una defensa muy blanda, la clave de la tranquilidad de los de Atlanta ahí arriba, que por momento hacían lo que querían porque los Warriors apenas asustaban en ataque. De la mano de Curry y de los triples de Young los Warriors se llegaron a poner solo cuatro abajo en un momento del cuarto, pero al descanso finalmente se marcharon 43-51 y con la sensación de que algo tenía que pasar en los siguientes 12 minutos para que los locales pudiesen pelear el partido y, por supuesto, ganarlo.

Siempre el tercer cuarto

Tras las últimas derrotas parecían haber olvidado esa tónica de que son el mejor equipo de los terceros cuartos, pero ayer lo volvieron a recordar de la mano de Curry una vez más: los Warriors se impusieron 36-23 dando una lección de ataque de la mano de su base y llegaron a ponerse por delante para acabar ese cuarto, un +16 de diferencia que sigue dejando en evidencia a aquellos equipos que parece que les ganan en 36 minutos pero que con solo 12 a un nivel superior les basta para apuntarse la victoria.

Un poco de Jordan Bell como ladrón, Curry por todos lados, los triples de Young y un buen cierra bajo el aro, la clave de esos 12 minutos con los que los Warriors lograron sacar los diamantes del fango y relucir, aun brevemente, lo buenos que son sin parte de su Columba vertebral.

Foto: getty images

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Anoche, sin tres de sus últimos All Star, la eficacia de Curry y Nick con un 9/19 desde el triple les valió para apuntarse un partido al que le faltaba unos últimos 12 minutos, pero que la mayor complicación parecía que iba a estar en aguantar sin Curry sobre el parquet, pues el base recibía un golpe en la rodilla a dos minutos del final del tercer cuarto y debía abandonar la pista.

Aunque los Warriors no estuvieron muy efectivos para el final del partido, su suerte fue que los Hawks tampoco y se aprovecharon de ello para imponerse 27-20 en el último tiempo y lograr establecer así el 106-94 como marcador final.

El mejor del partido fue Stephen Curry, que solo pudo disputa 25 minutos pero se quedó con 29 puntos y 7 rebotes, 24 logró Nick Young con 6 triples de 11 intentos, 13 para Cook con 8 rebotes, Jordan Bell llegó a los 12 y 7 rebotes.

Por parte de los Hawks destacar los 20 de Prince, Schroder llegó a los 16 y 7 asistencias, el griego Dorsey llegó a los 13 puntos, Muscala acabó con 11 y Lee llegó a los 10 y 8 rebotes.