Belgrado es, siempre, una de las plazas más duras de la Euroliga, a pesar de que el Estrella Roja no está al nivel de otros años. El Real Madrid necesitaba ganar a toda costa para conservar la tan valiosa cuarta plaza, pero tuvo que sudar la gota gorda porque el equipo serbio no tiró la toalla y ha plantado cara hasta cuando parecía que el partido estaba sentenciado.

El comienzo del partido no pudo ser mejor para los hombres de Pablo Laso, con un parcial inicial de 0-10, en el que los jugadores supieron defender a los locales, y parecía que ese comienzo iba a prolongarse durante el resto del duelo, pero según avanzaban los minutos, el partido adoptó varias dinámicas cambiantes. Terminó el primer periodo con 20-27, con un Luka Doncic excelso que llevaba ya 12 puntos.

En el segundo cuarto, comenzó un intercambio de golpes que mantuvo la distancia de 7-9 puntos. Una oportunidad desaprovechada por el Real Madrid, que seguía anotando con cierta soltura, pero que perdió su intensidad defensiva, lo que le impedía ampliar su distancia y así asegurarse la victoria. Además, dejaron que el pívot Alen Omic tuviera una de sus noches más brillantes de su carrera, con un total de 25 puntos y 10 rebotes. Al descanso, los serbios consiguieron engancharse al marcador con un 39-43 y el Madrid estaba padeciendo la ausencia de Facundo Campazzo y la escasa intervención de hombres como Edy Tavares o Anthony Randolph.

En el tercer cuarto, se percibía cierta mejora del Madrid, recibiendo solamente cuatro puntos en cinco minutos, colocando el marcador en un cómodo 43-53. De nuevo, el Madrid estaba cerca de distanciarse lo suficiente para sellar la victoria, liderados por un gran Luka Doncic y Felipe Reyes, que a sus 38 años recién cumplidos, está mostrando un auténtico nivelazo (14 puntos, nueve rebotes). En el caso de la estrella eslovena, en este tercer cuarto, consiguió 21 de los 24 puntos en total que firmaría en el partido, por lo que con 52-62, en vez de sentenciar el partido con algún punto más, su rendimiento bajó y dejó de anotar sin motivo aparente. Y nuevamente, el mejor del Estrella Roja, Alen Omic, acercó a los suyos y cerró el tercer cuarto a siete puntos, con 57-64.

Último cuarto de infarto

El último cuarto fue, sin duda, lo mejor del partido, al menos para el espectador neutro. El Estrella Roja se impregnó del apoyo de su afición y se lanzó a remontar el encuentro. En tan solo el primer minuto del último cuarto, cinco puntos seguidos de los locales dejaron el partido en una diferencia de dos míseros puntos. La inercia no varió y los serbios consiguieron ponerse por delante por primera en todo el partido (70-64).  A falta de cinco minutos, el Madrid estaba a punto de echar por tierra todo lo bueno que había hecho en el resto del partido, pero supieron reponerse con canasta de Reyes, Randle y Tavares, poniendo el 70-71. Quedaban 3:45 para finalizar el partido y en vez venirse unos minutos de prioridad defensiva, se vieron varias canastas que se celebraban como un gol de fútbol. A falta de 42 segundos, el Madrid ganaba por 75-79 pero cedió dos canastas y le empató Alen Omic a 79 a falta de seis segundos.

Aquí es cuando volvió Luka Doncic, desaparecido en todo el último cuarto, cogió el balón y anotó un triple antológico y dejó el reloj con menos de un segundo. Los locales no pudieron anotar en tan poco tiempo así que el Real Madrid se llevó la victoria tras muchísimo sufrimiento, tal vez excesivo, ya que fueron superiores en gran parte del duelo.