Se presentaba el cuadro de Pep Cargol en el principado tras una semana en la que la secretaría técnica del club había vuelto a intentar sin éxito cerrar una contratación que cubriese la marcha de Jarvis Varnado. Tras descartar el fichaje de Xavi Rey por motivos físicos, los aficionados rojillos trataban de ilusionarse para el viaje a Andorra con mantener sus opciones de victoria recordando la imagen mostrada apenas hace una semana ante Bilbao

Por su parte, los de Joan Peñarroya trataban de volver a la senda del triunfo tras la derrota en Gran Canaria, con las aspiraciones para playoffs intactas y la plantilla al completo pese a las molestias de Jaime Fernández en los aductores. Tras una racha de 7 victorias consecutivas ntes de la derrota en las islas, el duelo tenía otro cariz que el de la primera vuelta, donde el equipo entonces visitante sucumbía en Zaragoza con claridad (95-78). Sin duda la competición europea no le estaba sentando bien este año a los andorranos, y es ahora cuando se está viendo su verdadero potencial.

Los primeros compases del encuentro los manejaba algo mejor el cuadro visitante, con dos parejas claramente definidas como Neal y Blums en el perímetro anotando con soltura y De Jong y Dragovic dominando la pintura en ataque. Tal amplitud de recursos desestabilizaba un tanto a los locales (sólo Colton Iverson se mostraba dominante en ataque), y con 11-16 obligaban a su técnico a pedir tiempo muerto para poner freno al acierto maño. Las rotaciones de Pep Cargol (donde sólo Neal se mantenía en cancha) permitían a los de Peñarroya volver al partido, y al término del primer cuarto el 23-25 en el electrónico ponía bien a las claras que las defensas no habían hecho todavía acto de presencia.

De nuevo una mínima escapada visitante al inicio del segundo parcial (propiciada en parte por la técnica a entrenador ex-manresano al protestar una falta no pitada a Shurna al final del primer cuarto), que sin embargo iba a ser cortada de raíz por los locales. Un Paul Stoll demsiado acelerado cometía antideportiva sobre Jaime Fernández en una jugada intrascedente, con un resultado demoledor. El ex-estudiantil convertía los dos tiros libres y en la posesión adicional John Shurna (a la postre jugador decisivo del encuentro) se marcaba un triple con falta adicional de Suárez que metía a los suyos y a la afición en el partido (31-31 con 7 minutos por jugar). Cargol había sentado por primera vez a Neal desde el inicio, pero a los pocos minutos se veía obligado a ponerlo de nuevo en pista ante el desacierto de los suyos. Sólo algunas acciones esporádicas del americano y de Blums al filo del descanso permitían que el resultado en el intermedio no fuese más contundente (54-43).

A la vuelta del vestuario, Tecnyconta trataba de hipotecarlo todo al cierto de un Neal de dulce (acabaría el partido con 9 de 11 en tiros de campo), pero en cancha propia la actitud y agresividad no estaban a la altura (en esos momentos el porcentaje de tiros de campo local rozaba el 65%). La hemorragia era ya incontrolable, con Walker y Jellinek uniéndose a Shurna en el festival de tiro desde el 6.75 (65-50 con 5 minutos del tercer parcial por jugar). De ahí al final del cuarto, algunas muestras de clase de un Neal que nunca se rindió impedían que las diferencias fuesen mayores. Con 78-57 y a falta de 10 minutos para que los colegiados señalasen el final, se daba por sentenciado el encuentro. Al partido le había sobrado un cuarto que apenas iba a servir paara engordar las estadísticas de losjugadores menos habituales.