Dos líderes, dos estilos, dos formas de jugar al básquet moderno y también dos equipos con ganas de dar un golpe sobre la mesa. Así se puede presentar la serie entre los Portland Trail Blazers y los New Orleans Pelicans, por la primera ronda de la Conferencia Oeste, quizás la serie más pareja de todas en este comienzo.

“Dame” vs “la Ceja”, el gran duelo

Los focos de la serie alumbran, sin duda alguna, a Damian Lillard y a Anthony Davis. El base y el interno son dos de los principales candidatos al MVP ya que cargaron a sus equipos hasta esta instancia, aunque James Harden parece partir con ventaja. Lillard contó con la inestimable ayuda de CJ McCollum, el otro integrante de uno de los mejores backcourts de la NBA, mientras que Davis tenía a DeMarcus Cousins pero tras su lesión ha tenido que tirar del carro casi en soledad.

Lillard ha promediado 26,9 puntos, 6,6 asistencias y 4,5 rebotes lanzando casi un 44% de campo en más de 36 minutos sobre el parqué. El base ha sabido involucrar más a sus compañeros pero no ha dejado de lado su poder anotador, finalizando cuartos en puntos en toda la NBA.

Ha contado con la ayuda de McCollum (21,4 tantos) y de un equipo en el cual puede que no destaque ningún nombre más, pero donde un bloque sólido comprendido por Evan Turner, Al-Farouq Aminu, Jusuf Nurkic y compañía han estado siempre al pié del cañon.

En el caso de Davis, su producción se ha visto crecida exponencialmente desde la baja de Cousins, con varios partidos por encima de los 40 puntos. A partir de su liderazgo y de los buenos rendimientos durante toda la campaña de Rajon Rondo (8,3 puntos y 8,2 asistencias) y Jrue Holiday (19 puntos, seis asistencias y 4,5 rebotes), junto a la adición de Nikola Mirotic (14,6 puntos y 8,2 rebotes desde su llegada), es que los Pelicans se repusieron del duro golpe que fue la lesión de otra de sus figuras y han llegado a playoffs por primera vez en tres años.

Davis finalizó como el segundo máximo anotador de la NBA con 28,1 puntos de promedio, acompañados con 11,1 rebotes, 2,3 asistencias, 1,5 robos y 2,6 tapas, lanzando para un 53,4% de campo y un más que decente 34% de triples. A sus 25 años, Davis ha hecho una temporada digna de MVP y solo la gran actuación de James Harden podrá impedirlo.

Choque de estilos

Si se mencionaba previamente que unos tenían la mejor pareja interior de la liga y otros una de las mejores parejas exteriores, no sorprende que cada uno destaque en esos aspectos estadísticos.

New Orleans ha destacado mucho en los aspectos de eficiencia, siendo el segundo equipo más eficiente de la NBA, el equipo que ha tenido a los titulares con más eficiencia, que tiene en Davis al jugador número uno en ese apartado (33,0) y que no ha terminado mucho más arriba porque su corta rotación y las lesiones se lo han impedido.

También aplican como el tercer equipo que más puntos anotó por partido (111,7) y clasifican entre los cinco primeros de la NBA en asistencias (terceros, con 26,8 por partido), tapones (terceros, con 5,9 de promedio), porcentajes de campo (segundos, con 48,3%) y rebotes defensivo (terceros, con 35,7), por lo que problemas para anotar y generar juego no han tenido, especialmente en la pintura.

Sin embargo, en defensa tienen otra cara, pese a que Davis, Rondo y Holiday no son malos defensores ni mucho menos. Son vigésimo novenos en puntos permitidos (110,4), vigésimo novenos en rebotes ofensivos permitidos (10,4) y están entre los peores en lanzamientos permitidos y todas las estadísticas defensivas. El punto débil de los de Gentry es ese y puede que Portland, un equipo bastante bueno también anotando, se los haga pagar.

Es que los Blazers basan casi todo su juego en el perímetro (segundo backcourt que más puntos anota, tras Houston) pero no son de esos equipos que deslumbran en las estadísticas, sino que se basan en la creatividad de sus estrellas y de una defensa muy versátil que ha mejorado mucho esta temporada.

En ataque, como dijimos, no lucen tanto. Solo Miami, Utah, Boston y San Antonio anota menos que los Blazers. Además, son el equipo que menos asistencias reparte en la NBA, pero están en el top-10 en rebotes ofensivos, defensivos y son la quinta mejor defensa en la NBA (justamente Utah, Boston, San Antonio y Miami permiten menos puntos que ellos), la tercera mejor en porcentaje de campo permitido entre otros números que solo validan que el trabajo de Stotts en defensa ha crecido.

Por ello es una de las series más imprevisibles de las que vienen. New Orleans tiene un arsenal ofensivo al alcance de pocos, con Anthony Davis como referencia, Rajon Rondo como conductor y su probada experiencia en playoffs, Nikola Mirotic como un arma anotadora desde el triple y jugadores como E’Tawun Moore, Solomon Hill o Darius Miller que pueden aparecer desde atrás.

Portland, por su parte, posee en Damian Lillard y CJ McCollum dos seguros a la hora de la verdad, con un par de eliminatorias encima y especialmente Lillard decisivo a la hora del clutch. Al-Farouq Aminu es un gran defensor y entre él y Jusuf Nurkic intentarán frenar a Davis. Evan Turner, Shabazz Napier, Ed Davis y Zach Collins son buenos complementos de una rotación que se antoja bastante más amplia que la de Pelicans y que puede ser clave.

Expuesto todo lo anterior, parece difícil pronosticar un ganador de esta serie. Cada equipo tiene una estrella contrastada y varios escuderos de lujo, pero la diferencia estará en que estilo de imponga. Si Portland logra imponer su ritmo defensivo, lograr que Rondo no gravite y limitar a Holiday y Mirotic, tendrán muchas chances de llevarse la serie.

Ahora, si los Pelicans hacen valer su capacidad anotadora, Davis obliga a que le doblen la marca y abra espacios para sus compañeros, puede que los de New Orleans ganen su primera serie de playoffs en un lustro. A prior es muy parejo el enfrentamiento, y es por eso que cualquier cosa puede pasar.