El Palacio de los Deportes tembló el domingo gracias a la espectacular entrega, como es habitual, de la Demencia. Pero con los números oficiales encima de la mesa impresiona aún más si cabe. Nada más y nada menos que trece mil láminas azules se levantaron en el feudo colegial para hacer más impresionante aún el tifo que prepararon los aficionados estudiantiles en su particular fondo. Con el lema "Ramireño, nunca dejes de luchar", los jugadores de Movistar Estudiantes saltaron al parqué con la pilas más cargadas que nunca, aunque desafortunadamente no pudieron honrar tal esfuerzo a su incansable afición.

Y es que la frase le va como anillo al dedo a este Estu. Un ramireño nunca deja de luchar porque va dentro de cuerpo. Su sangre no es roja, sino azul, muy azul y muy distinta a la de los demás. La palabra 'rendirse' no está en el diccionario de los dementes y lo llevan demostrando a lo largo de sus 75 años de historia. Una historia alejada de títulos y de condecoraciones, pero que sin embargo, se saben de memoria todos sus aficionados, quienes se sienten tremendamente orgullosos de compartirla allá por donde van. Da igual que la permanencia sea el objetivo año tras año a pesar de los destacados jugadores que se encuentren en la plantilla. Lo importante es acudir al Palacio, animar, como bien se mostró este último derbi, y sobre todo, seguir luchando.

Entre tanta lucha y sacrificio, y sobre todo, entre tanta derrota, Movistar Estudiantes sigue siendo uno de los equipos más tapados y silenciosos de toda la Liga Endesa, ya que, aunque registró su decimosexto partido partido, se encuentra a solamente dos encuentros de entrar en los PlayOffs. Con cuatro citas aún por celebrarse, la afición colegial sigue soñando y creyendo. Porque entre otros motivos, para esto sirvió el tifo, para no dejar nunca de luchar y de creer.