Otro mes de mayo en el que el Real Madrid estará en el día D y la hora H del baloncesto europeo: la Final Four, en esta ocasión en Belgrado. Esta será la quinta presencia en seis años en una final a cuatro, para el equipo dirigido por Pablo Laso, que ya estuvo presente en Londres 2013 (subcampeón), Milán 2014 (subcampeón), Madrid 2015 (campeón) y Estambul 2017 (cuarto). El conjunto merengue desde la llegada del técnico vitoriano al banquillo y la vuelta al Palacio de los Deportes ha vuelto donde le pertenece al rey de Europa: a ser candidato cada año a ganar la Euroliga.

Y lo ha hecho con un estilo de baloncesto moderno basado en un juego muy ofensivo, veloz y vistoso que ha vuelto a relanzar una sección que años atrás andaba con más pena que gloria, y sin un rumbo y un estilo definido por las urgencias y prisas de ganar que hacían del banquillo madridista una trituradora de entrenadores (Messina, Plaza, Maljkovic, Lamas, Scariolo, entre otros). Pero en el Real no vale solo con llegar a la fase final ni se vive de los logros del pasado, eso es lo que hace grande y ha hecho grande a este club, al que no se sabe cómo, pero nadie le resiste sus ganas de vencer, como bien se ha demostrado durante esta temporada donde el camino hasta llegar a esta Final Four no ha sido fácil.

El camino hacia Belgrado del Real Madrid ya empezaba con una importante baja como era la de Sergio Llull, MVP de la Euroliga el pasado curso, y encima a esta lesión se le sumaron las de los interiores Kuzmic (baja toda la temporada), más las de Antonhy Randolph y Gustavo Ayón, que no han empezado a jugar hasta febrero. Pese a todas estas lesiones el conjunto madridista demostró carácter y bajo la dirección de la perla eslovena y mejor joven de la Euroliga Luka Doncic, el carácter del base argentino Facundo Campazzo, y la veteranía de jugadores como Felipe Reyes, Rudy Fernández y Jaycee Carroll consiguieron sumar victorias y meterse en los Playoffs, esta vez sin el factor cancha a favor después de quedar en quinto puesto en la fase regular.

El Playoff de la Euroliga para los merengues se presentaba también como una dura piedra de toque; primeramente, por el rival que era un muy buen Panathinaikos con el factor cancha a favor, entrenado por Xavi Pascual y dirigido en la pista por el base Nick Calathes, y en segundo lugar por otra nueva lesión, en este caso la de un hombre clave en la dirección de los blancos durante todo el año como ha sido Facundo Campazzo. Confesaba Pablo Laso en la charla en el vestuario posterior a vencer al PAO y certificar su pase a la final a cuatro de Belgrado, que después de tantos obstáculos y cosas que les han llegado a pasar, les llegó a preguntar a sus ayudantes: “¿Que más nos puede pasar ya?”. Pues bien la verdad es que lo que ha pasado en esta eliminatoria ante los griegos ciertamente es casi de todo, porque el primer partido  lo pierdes de paliza, en el segundo asaltas el OAKA con un Felipe que como le llamaba Andrés Montes fue más Espartaco que nunca, y ya en el tercero y el cuarto ,el subidón de adrenalina con la vuelta de Llull y la energía del Palacio (que fue el sexto hombre) ayudaron a los de Laso a obtener el billete para la Final Four de Belgrado 2018, donde se las verán ante el CSKA de Moscú liderado por un viejo amigo, Sergio Rodríguez, también conocido como el “Chacho”.

Ahora llega la hora de la verdad para el Real Madrid, y se las verá con el CSKA dirigido por Itoudis, discípulo de Obradovic y campeón de la Euroliga en 2016. Estamos ante el partido entre los dos equipos más laureados de Europa con nueve títulos por parte de los madridistas, y siete por los moscovitas. Será la gran cita de las semifinales por la grandeza de ambos equipos, por los grandes jugadores que habrá en cancha y por el estilo de baloncesto tan atractivo de ambos.  Por parte del CSKA de Moscú  destacar que a día de hoy uno de sus jugadores más importantes como es el base francés Nando De Colo (16.1 puntos por partido) es duda, pero jugadores de la talla de el “Chacho” (14.1 puntos y 5 asistencias por partido) , Cory Higgins (14.2 puntos por partido) y Kyle Hines (mejor defensor de la Euroliga) aseguran dar guerra y competirán para contrarrestar el juego de los madridistas, que de la mano de Luka Doncic, el renacido Llull, la entrega de Felipe y Rudy, y la efectividad de Carroll intentarán dar el primer paso que les permita soñar con conseguir la décima Copa de Europa del club.