Era una noche vital para ambos equipos, de esas que hacen que los días de espera parezcan hasta semanas, y las horas previas no se puede pensar en otra cosa. Anoche los Warriors sacaron su versión aniquiladora y dejaron en muy mal lugar a los Rockets. Muchos eran los ojos que estaba puestos en Stephen Curry, quien no había estado del todo bien en los dos primeros partidos y su buena forma era muy necesaria en esta noche pasada, donde Golden State debía poner sí o sí el 2-1 a su favor. Fue su noche y, por consiguiente, todo el mundo se dio cuenta de que no pudo aguantar más. No estaban siendo unas Finales de Conferencia idílicas para el de Akron, pero anoche demostró que tiene mucho que decir en los Playoffs y lo hizo como él sabe, a su manera, con el 'picorcito' y callando a todos sus detractores.

El base anotó 35 puntos en apenas 34 minutos con cinco triples anotados y seis rebotes, realizando una obra maestra en el tercer cuarto, en el cual acabó con 7/7 en tiros de campo para irse en total hasta los 18 puntos, más de la mitad de lo que logró en todo el partido lo hizo en solo 12 minutos. En ese tercer cuarto, a poco más de tres minutos del final, logró la canasta del 80-56 y en ese momento tuvo una frase con la que soltó toda la rabia contenida: “¡Esta es mi … casa!”, dijo el base dirigiéndose al público del Oracle y que llegó al instante a los millones de televisores que estaban conectados al partido en ese momento.

Una de ellas era su madre, Sonya, a quien se ve que no le hizo mucha gracia las palabras de su hijo, como él mismo se encargó de asegurar en la rueda de prensa al finalizar el encuentro: "Ya me ha mandado con dos clips de vídeo en los que se veía la jugada en bucle", aseguró el jugador en rueda de prensa. "En esos vídeos también me decía que tenía que lavarme la boca y que ella me daría hasta jabón. Tiene razón, tengo que hacerlo mejor y no puedo hablar así”.

Pero ella no fue la única, pues su compañero Klay Thompson demostró estar sorprendido con las declaraciones de la pareja con la que forma el dúo de los Splash Brother, pero lo primero que hizo fue acordarse de su hija: "Espero que su hija Riley no lo haya escuchado. Es algo raro. Nunca he visto a Steph usar este lenguaje, pero eso es lo que los playoffs sacan de ti". Estas fueron sus palabras en la rueda de prensa:

Eso nos dejó el tercer partido, un sinfín de emociones que, al estar a flor de piel, tarde o temprano explotan. En 48 horas, el Game 4.

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Miguel Sánchez Villena
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