‘KD’ otra vez, lo ha vuelto a hacer. Ha elegido el mismo escenario, el mismo momento y a misma arma para ejecutar. Prácticamente desde el mismo sitio estratégico de la pista, con 364 días de diferencia, el alero de Golden State volvió a anotar un triplazo que dejó en la cuneta la resistencia y el partido de supervivencia de los Cavaliers.

Este final de año fue muy parecido al de hace un año en 2017, ambos equipos estuvieron marcados por el instinto de depredador de Durant, pero algunos como el propio LeBron deja clara que hay una diferencia en ambos triples: “No es el mismo tiro, el de este año lo ha hecho desde un metro más lejos que el del año anterior y estando parado”, dijo el alero de los Cavaliers, arengando que ha lanzado desde más lejos y en estático, no como el año pasado que venía con la inercia de la carrera subiendo la bola.

Este es el de 2017:

El 7 de junio de 2017 los Warriors iban tres abajo en un agónico partido en The Q que estaba muy cerca de convertirse en el 2-1 en la serie, pero un triple suyo ponía a Golden State uno arriba (113-114) gracias a una gran jugada en carrera subiendo la bola ante LeBron James que embocó en el aro a falta de 45 segundos para el final del partido.

Tras esa canasta los Cavaliers se vieron con el partido perdido y ya no fueron los mismos que en los 47 minutos anteriores. El de este año ha llegado a falta de 50, pero esta vez estaba siendo cubierto por un JR Smith que no pudo impedir el 100-106. El triple del adiós, del despertar de todo Cleveland por culpa de su Freddy Krueger personal, el encargado de quitar los sueños de toda la ciudad, el punto final a las esperanzas de toda una familia de seguidores que vuelven a ver como se les escapa el Anillo a gran velocidad.

El alero puso así el broche a una actuación legendaria que será recordada por mucho más que por su triple, desde luego, porque ese fue solo su sexto y último de la noche. Hasta ahí llega la hazaña. Porque Kevin hizo de Durant, de Klay y de Steph en una noche para olvidar de los Splash Brothers.

Los de Kerr resistieron en la primera mitad gracias a sus 24 puntos y 8 rebotes, pero eso parece un cuento de niños pequeños en comparación con los 43 tantos (su récord personal en los playoffs), 13 rebotes, siete asistencias, un espectacular 15/23 en el lanzamiento y un +15 para los suyos en los 43 minutos que estuvo sobre la tarima.

Foto: @warriors
Foto: @warriors

Además, dichos datos le convierten en el sexto jugador de la historia que logra al menos un 40+10+5 fuera de casa en las Finales de la NBA tras Hagan, Havlicek, Magic, Jordan y LeB. La base de datos de Basketball Reference nos ha dejado un dato muy interesante, y es que desde 1964, KD es además el tercer jugador con mejor porcentaje de acierto (65,2%) que llega a los 43 puntos en un duelo de la serie por el anillo tras Wilt Chamberlain (45 y 20/27 en 1970) y Shaquille O'Neal (43 y 21/31 en 2000).

El dato lo deja claro: esos dos jugadores eran pívots y jugaban muy cerca del aro, casi debajo, pero Durant es alero y hoy se ha pegado seis triples y muchos tiros fuera de la pintura, algo que acentúa aun más su dulce hazaña.

Al finaliza el partido al alero se le preguntó por esa acciono y lo tenía muy claro: "No tenía ninguna duda, sin importar la distancia --hizo el tiro desde casi 11 metros--, estaba convencido que el balón iba a entrar porque solté muy bien las manos", declaró Durant al concluir el partido en Cleveland, que los Warriors ganaron 102-110 para lograr poner la serie 3-0.

"Tenía también toda la confianza. La posesión del balón se agotaba, estaba bastante lejos, solo quería observar lo que pasaba, pensé que penetrar para quizá hacer un mal tiro y dar el balón a los Cavs era una tontería porque desde ahí estaba bastante seguro”.

No va más señoría, en poco menos de 48 el game 4. Win or go home.