El Draft de la NBA, como buen ejemplo del mundo del deporte, siempre ha estado marcado por los errores. Ya sean tan manifiestos como elegir en el primer puesto a un jugador que no desarrollaría su carrera tal y como estaba previsto o dejar pasar a aquellos que estarían llamados a firmar con letras de oro en la historia de la mejor liga de baloncesto del planeta. El foco, en esta ocasión, es para estos últimos.

Alex English

Hablar del alero de Carolina del Sur es rendirse ante uno de los más grandes anotadores de la historia de la liga, no en vano, fue el máximo anotador de la década más prolífica en puntos conseguidos en los sesenta y nueve años de NBA: los años ochenta. English, sin embargo, cayó hasta el pick 23 del Draft de 1976, en segunda ronda por los Milwaukee Bucks, a pesar de haber destacado con suficiencia en la Universidad de Carolina del Sur, de la que salió siendo el máximo anotador histórico y viendo cómo colgaban su número 22 del techo del pabellón colegial.

Además, aquel pick 23 conseguiría alcanzar el All-Star en ocho temporadas, ya en los Denver Nuggets, convirtiéndose en el primer jugador en firmar más de dos mil puntos en esas ocho temporadas consecutivas (1980-1988). Al igual que en su universidad, los Denver Nuggets retiraron su camiseta y se metería de lleno en los libros cuando entró en el Hall of Fame -Class 1997-.

Michael Cooper

El hombre de equipo más aclamado jamás por el Forum de Inglewood, Michael Cooper, desarrolló toda su carrera en Los Angeles Lakers, el equipo de su ciudad. Fue seleccionado en el puesto sesenta del draft de 1978, por lo tanto tuvo la oportunidad de vivir toda la década prodigiosa de los Lakers de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar, siendo una pieza clave tanto en el aspecto defensivo, ya que era un especialista, como una solución en el tiro exterior y un velocista en el contraataque. Incluso llegaría a ser reconocido por el máximo rival de los Lakers en aquella época como el mejor defensor al que se había enfrentado. Palabra de Larry Bird.

A pesar de los logros que pudiera conseguir en su carrera como laker -cinco anillos de campeón, cinco veces en el mejor quinteto defensivo de la liga, tres en el segundo mejor quinteto y un Defensor del Año-, el mejor recuerdo que se puede mencionar de Michael Cooper sigue resonando entre las célebres columnas del Forum, al grito de la entonces enfervorecida afición angelina, que se desgañitaba cada vez que salía a pista su ojito derecho:

Mark Eaton

La carrera de Eaton fue una sorpresa hasta para el propio gigante (2.24 m), que durante sus años de juventud estuvo más interesado en el waterpolo que en el baloncesto. Cuando abandonó el instituto se graduó como mecánico de coches, dedicándose a este menester durante tres años. Sin embargo, el caso de Eaton fue el que se repetiría en años venideros con otros hombres grandes. Un ojeador, su altura y las ansias de aventura hicieron el resto. Eaton entró en el Cypress Junior College, a media hora de Los Angeles, logrando el título estatal. Además, fue drafteado en dos ocasiones, siendo la segunda la que le llevaría a la liga, en el puesto número 72 -cuarta ronda- del draft de 1982, por los Utah Jazz.

Una vez alcanzado el objetivo de participar en la NBA, Eaton se hizo con dos premios a Mejor Defensor de la temporada, estableció el récord en tapones por partido en una sola temporada (5.6) y en toda una carrera (3.5), estuvo tres veces en el mejor quinteto defensivo y logró ser el máximo taponador de la liga en cuatro ocasiones con el mejor porcentaje. Todo ello llevó a los Jazz a retirar su camiseta. Un ejemplo clarísimo de lo que es un robo del Draft.

Dennis Rodman

A pesar de lo que se pudiera pensar ya entrados en los años noventa, Dennis Rodman se convirtió en el niño bueno y al que cuidar cuando los Detroit Pistons lo seleccionaron en el puesto 27 del Draft de 1986, en la segunda ronda. Tal vez debido a una infancia en la que vivió sumido en la pobreza y abandonado por su padre conformó su personalidad en pista. Jugaba como si cada acción fuera la última, como si aquel balón que se escapa por línea de banda en el segundo parcial se situara a diez segundos de la bocina de un séptimo de las Finales. Debido, por otro lado, a su escaso poder ofensivo, se mostraba muy estridente en sus pocas aportaciones de cara al aro durante los partidos. Quizá a ojos del público ajeno pudiera pasar por una provocación, pero lo único que hacía Rodman era expresar físicamente su felicidad por haber llegado a ser profesional.

Sin embargo, el verdadero potencial de Rodman -que únicamente consiguieron utilizar con réditos deportivos Chuck Daly y Phil Jackson- residía en el rebote y en el juego defensivo. Era capaz de defender todas las posiciones de la pista con iguales y extraordinarios resultados mientras capturaba rebotes como un poseso, a pesar de su corta estatura. Al igual que otros grandes reboteadores de la historia del juego, la facilidad de Rodman para atraparlos residía en el posicionamiento y la intuición, no en ser más grande que nadie, sino más listo. Gracias, pues, a su enorme inteligencia defensiva se hizo con dos premios a Mejor defensor del año, dominó el rebote en toda la liga durante siete temporadas consecutivas, entrando en esas siete temporadas en el Mejor quinteto defensivo de la liga. El resto de logros de Rodman en la liga es incontable -incluidos los cinco títulos bajo la tutela de Daly y Jackson-, metiéndole de lleno en el Hall of Fame -Class 2011-.

Toni Kukoc

La historia de Toni Kukoc es la viva imagen del éxito. Quizá el europeo más dominante que haya pisado una pista FIBA. Únicamente observando sus logros en el viejo continente sigue siendo de locos que cayera hasta el puesto 29 del Draft de 1990 -por los Chicago Bulls-.

Ya desde su tierna juventud, el bueno de Kukoc se acostumbró a ganar campeonatos de Europa: de 1985 a 1991 se hizo con el Eurobasket sub-16, sub-18 y el absoluto en dos ocasiones. Además, en 1987 participó en el Eurobasket con la selección yugoslava absoluta -bronce- y fue el MVP del Mundobasket sub-18, destruyendo a los Estados Unidos de Larry Brown en semifinales con 11/12 en tiros de tres para 37 puntos.

Además, formó parte de uno de los equipos más célebres de la historia europea, la Yugoplastika de Split, donde ganó una liga en 1988, un doblete Liga-Copa de Europa en 1989 y donde ejerció un dominio descomunal en 1990, el año de Kukoc. Con su club ganó la Liga yugoslava, la Copa y la Copa de Europa, derrotando en la final al FC Barcelona. Sin embargo, el hambre de éxito de Kukoc no se quedó allí, en aquel año mágico, ya que se apuntaría también el Mundobasket de 1990 con Yugoslavia. Fue aquel verano en el que Kukoc fue seleccionado por los Chicago Bulls, aunque decidió quedarse un tiempo más en Europa.

Tras rechazar por primera vez volar a América, volvió a ganar el triplete con la Yugoplastika, en su última temporada en Split. Marchó entonces a Italia, a la Benetton de Treviso. Allí no alcanzó la gloria europea, pero de nuevo se hizo con una Liga (1992) y una Copa la temporada siguiente. El retraso en su llegada a la NBA se debió a varios factores, pero el principal fue la enrocada oposición de Jordan y Pippen. Por ello, Kukoc terminó recalando en la franquicia de Illinois durante la primera retirada del escolta, para formar tándem con Pippen mientras esperaban ansiosos la primera página que concluyó con el primer retiro. Una vez juntos, segundo Three-Peat, un premio a Mejor Sexto Hombre para Kukoc y, al fin, el reconocimiento de los dos perros de presa que anularon a la estrella croata en el primer torneo disputado por la República ex-Yugoslava (Barcelona ’92). Una leyenda y un robo gigantesco.

Steve Nash

El caso de Steve Nash no suele aparecer en estas relaciones de robos del Draft. Sin embargo, se ha decidido incluirlo por ser elegido fuera de los puestos de la lotería (hasta el 14), haber sido la pieza fundamental de la revolución del juego que está alcanzando sus cotas más altas en los Warriors de Kerr y por haber enganchado a multitud de nuevos fans a este honorable deporte.

Steve Nash venía de ser una leyenda en la Universidad de Santa Clara, con su dorsal 11 retirado merced al récord de asistencias establecido allí (510), el de porcentaje de tiros libres (86.2), de triples -tanto anotados como intentados- (263/656) y el de mejor porcentaje de tiros libres en una sola temporada (89.4). A pesar de estos números, el perfil bajo de la universidad le hizo aparecer en el pick 15 del draft de 1996 por los Phoenix Suns. Al igual que John Stockton o Kristaps Porzingis, debido al escaso conocimiento de la afición de los Suns, fue abucheado cuando se vio a Stern pronunciar su nombre en uno de los mejores Drafts de siempre.

Su carrera se vería para siempre marcada por dos entrenadores. Primero, Don Nelson, que lo sacó por primera vez de Phoenix para que formara dúo con Dirk Nowitzki en Dallas. Segundo, el gran revolucionario del juego moderno, Mike D’Antoni, que le volvió a abrir las puertas de los Phoenix Suns. Después de una temporada horrenda (29-53), los Suns se volvían a hacer con el base para darle completamente la vuelta a su situación, catastrófica desde la pretemporada anterior. Con Nash al mando y D’Antoni en la banda, los Suns se convirtieron en el equipo más anotador y más asistente de la liga, durante todas las temporadas que estuvieron juntos. Mientras, a Nash le dio tiempo a ganar dos MVPs, participar en el All-Star ocho veces, aparecer en varios de los mejores quintetos de la liga y, tras su paso por los Lakers, terminar su carrera como el tercer máximo asistente histórico de la liga en volumen (10,335) y el noveno en porcentaje (8.49 por noche). Además, como ya hizo en la universidad, dejó la liga teniendo el mejor porcentaje de tiros libres de la historia. Un genio que tardará mucho tiempo -si alguna vez ocurre- en ser olvidado.

Manu Ginóbili

Y si hubiera alguna duda sobre la inclusión de Nash en esta relación, el más claro ejemplo de robo del Draft, el mejor deportista de la historia sudamericana y el que -esperemos- quizá nos deje algún gran momento más, es, sin duda, Emanuel Ginóbili.

El escolta de Bahía Blanca dejó Argentina para recalar en la Viola Reggio Calabria. Mientras jugaba en el sur de Italia, fue seleccionado con el pick 57 -de 58 elecciones- por los San Antonio Spurs en el Draft de 1999. Manu se quedó en Italia y, tras dos años más en Calabria, se marchó a la Virtus de Bolonia, donde explotó. Dos Copas de Italia -MVP en la segunda-, una Liga italiana -MVP- y una Euroliga -MVP de la Final Four-. Fue un año después, tras el Mundobasket de Indianapolis -en el que Ginóbili formó parte del mejor equipo del torneo y alcanzó la final que perdería Argentina ante Yusgoslavia- cuando, a pesar de las reticencias de Tim Duncan, Gregg Popovich decidió que había llegado el momento de conformar su Big Three. Y vaya decisión. Tim Duncan, Tony Parker -otro robo, elegido en el puesto 28 en el año 2001- y Manu Ginóbili han conformado el mejor trío de jugadores de la historia de la NBA: 575 partidos ganados, para llegar a las cincuenta victorias en cada temporada en la que jugaron juntos, logrando con ello cuatro anillos de campeón (2003, 2005, 2007, 2014).

La importancia de Ginóbili en el funcionamiento del equipo ha sido primordial desde que anotó su primera canasta ante Los Angeles Lakers el 29 de octubre de 2002. No tardó mucho en proclamarse campeón -primera temporada- y, gracias a su visión de juego, su capacidad de dirección del equipo en pista, su facilidad para el tiro exterior y el uno contra uno, se puede considerar a Manu Ginóbili el mayor robo de la historia del Draft y, sin duda, el mejor jugador latinoamericano que jamás se haya enfundado una camiseta de baloncesto.

Louis Williams

Durante sus años de instituto, Lou Williams, que acudió al South Gwinnett de Snellville (Georgia) ya se postulaba como un buen jugador de cara al futuro. Fue seleccionado para participar en el McDonald’s All-American de 2005, el All-Star de instituto en Estados Unidos. Pero también consiguió hacerse con un premio que se suele entregar a jugadores que más tarde tendrían carreras importantes en la NBA, el premio Naismith a Mejor jugador de instituto de la nación. Este galardón, que se empezó a entregar en 1987 -Dennis Scott fue el primer ganador-, ha sido conquistado por jugadores de la talla de Chris Webber, Jason Kidd, Kobe Bryant, LeBron James o, más recientemente, Ben Simmons. Los dos mejores de esta pequeña relación de ganadores del premio comenzaron su carrera NBA igual que Lou Williams, sin pasar por la universidad. Su decisión tuvo consecuencias en la elección del draft del mismo 2005. Cayó hasta la mitad de la segunda ronda (pick 45) hasta que fue seleccionado por los Philadelphia 76ers.

Siempre apareciendo desde el banquillo -la temporada con más número de titularidades no superó la mitad de la RS- se ha convertido desde su tercera temporada en los 76ers en uno de los mejores anotadores de la segunda unidad de la liga. Un jugador de sus características estaba llamado desde un principio a ir regando las canchas de diferentes equipos con su fluidez para anotar, así que en 2012 cambió de bando, dejando atrás Pennsylvania para recalar en los Atlanta Hawks. No tuvo suerte en Georgia con las lesiones, así que tras dos temporadas en las que apenas sumó 77 encuentros, fue enviado a Toronto Raptors, donde se haría con su primer premio a Mejor sexto hombre del año, el primero también de la franquicia canandiense. El primero porque tiene todos los números para repetir esta temporada, tras haber pasado por Lakers, en Los Angeles Clippers, donde ha firmado una campaña extraordinaria, con 22.6 puntos en 32.8 minutos, saliendo desde el banco.

Marc Gasol

Finalmente, se ha reservado la última posición a nuestro robo: Marc Gasol. La historia del mediano de la estirpe de la doctora Sáez es comúnmente conocida en este lado del charco. La obstinación de Ivanovic en su etapa en el Barça, el Mundial de Japón, la Eurocup y el MVP de la ACB -2008- lo llevaron a la mejor liga de baloncesto del planeta. Aun así, en el Draft de 2007, al igual que Ivanovic en el Barça, apenas hubo confianza en la Tanqueta de Sant Boi, siendo elegido en la posición 48 por Los Angeles Lakers, que traspasarían sus derechos por los de su hermano Pau el 1 de febrero de 2008. Y como ha acostumbrado Marc durante toda su carrera, ha ido callando bocas una a una.

Desde su temporada de novato ha dejado su impronta en la mejor liga del mundo. Apareció en el segundo equipo de rookies, ha formado parte del mejor equipo de la liga, del mejor equipo defensivo, ha sido All-Star y, quizá, en uno de los días más felices de su carrera deportiva, se hizo con el premio a Mejor Defensor, todavía incrédulo por haber conseguido hacerse con un galardón tan importante, siempre con la vista puesta en el equipo.

Además, se podrían mencionar algunos nombres más, como Woody Sauldberry (pick 60 en 1957 por Philadelphia Warriors), Isaiah Thomas (también 60, por Sacramento Kings), Goran Dragic (puesto 45 en 2008 por San Antonio Spurs) o Ben Wallace y John Starks que ni siquiera fueron elegidos. Estos son los elegidos, ¿cuáles son los vuestros?