Sin lugar a duda cualquier franquicia querría contar con un jugador como Lebron James en su plantilla, quizás el único equipo que no lo querría serían los Golden State Warriors. Pero el problema de la incorporación de “el rey” es que este provoca tal impacto en el equipo que su marcha deja un vacío imposible de llenar.
Los Cleveland Cavaliers son uno de los equipos que han disfrutado del alero de Akron, pero a su vez han visto como su marcha sumió en el foso de la liga a la franquicia pasando de aspirante al anillo a un aspirante al número 1 del draft. Tras las últimas finales de la NBA Lebron James decidió abandonar de nuevo su ciudad, la que le vio crecer, en la cual se ha transformado en una leyenda. Atrás quedaba Cleveland, su nuevo destino era un joven proyecto liderado por Magic Johnson con el que espera lograr el ansiado trono que todos ansían conquistar cada año, el anillo. Lebron James decidía así cambiarse de conferencia llegando al “salvaje Oeste” y firmar por Los Ángeles Lakers por cuatro temporadas.
Durante los cuatro últimos años de Lebron James en su primera etapa en los Cleveland Cavaliers (2006-2010) el equipo tuvo un récord de 222 victorias y 106 derrotas en 328 partidos, ganando casi el 70% de los partidos (67,7%), los promedios fueron de los mejores de la liga a lo largo de las temporadas (98,9 puntos, 46% en tiros de campo, 37,1% en triples, 43,2 rebotes y 20,9 asistencias). El +/- del equipo en este periodo fue de 4,7 siendo positivo en todas las temporadas salvo en la 2007-2008 (-0,4). El nivel mostrado por los Cavaliers fue tal que la franquicia disputó la primera final de su historia en 2007 ante los San Antonio Spurs. Pero Lebron James se vio “solo” ante un equipo que haría historia en la liga.
Tras no volver a llegar a la serie más importante de la postemporada Lebron James dejaba huérfano al equipo de Ohio, se unía en el verano del año 2010 a los Miami Heat de Pat Riley. El rey construiría junto Chris Bosh y Dwyane Wade un Big Three que llegaría a conquistar en 2 ocasiones un territorio que hasta entonces solo había conseguido visitar en una ocasión Lebron James, las finales de la NBA.
Mientras tanto los Cavaliers se hundían sin el jugador más extraordinario que ha poseído la franquicia, sin el sufrían un cambio de 360 grados y pasaba de ganar una gran cantidad de encuentros y copar los puestos más altos de la liga a perder el 68,9% (97-215) de los partidos demostrando la gran dependencia que provocó “el rey” en la ciudad que lo vio crecer. Los números de la franquicia fueron nefastos y eran de los peores de las 30 franquicias que forman la liga (95,8 puntos, 43,2 % en tiros de campo, 34,75% en triples, 41,9 rebotes, 20,7 asistencias) el +/- de la franquicia durante los 4 años de ausencia de Lebron James bajo hasta llegar a ser de -6,05, por lo que esta estadística refleja el gran cambio que se produjo durante este periodo oscuro de la franquicia.
Estas temporadas nefastas provocaron que los Cleveland Cavaliers seleccionaran en estas cuatro temporadas que no estaba Lebron James entre los 4 primeros puestos del Draft (primera elección desde los Clippers y cuarta ronda en 2011, 4 posición en 2012, y dos primeras elecciones en 2013 y 2014). De todas estas elecciones solo una se encuentra aún en la franquicia y es Tristan Thompson (ronda 4 año 2011) quien no ha llegado a ser la estrella que los Cavaliers esperaban lograr, teniendo cada vez menos importancia en el juego. En estas elecciones el equipo encontraba un joven base desequilibrante que daba la sensación de que podía recoger el testigo de Lebron James. Kyrie Irving llegaba en 2011 a Ohio y desde un primer momento demostraba todo su potencial convirtiéndose en el novato del año tras promediar 18,5 puntos y 5,4 asistencias.
Ya en su segunda temporada dejaba aún más destellos de su gran potencial dejando grandes exhibiciones anotadoras, como por ejemplo los 41 puntos que anotó en el Madison Square Garden. Este gran nivel le permitió dar un salto en su carrera disputando el partido de las estrellas del All Star. En el se reuniría con la antigua estrella de su actual equipo y quien, para su desconocimiento en ese momento, sería en el futuro su compañero.
En 2014 saltaba la noticia, el “rey” regresaba de su exilio para volver a hacer grande a la franquicia que le vio nacer. Con el llegaba Kevin Love, un jugador que poseía el nivel de estrella y venía en busca de tener la posibilidad de lograr éxito, cosa que que solo unos pocos jugadores atraen hacía ellos. Tras la llegada de estos dos jugadores el sol volvía a alzarse en Cleveland, el equipo volvía a ser uno de los mejores de la liga. El “rey” guiaría a su pueblo hasta la final en 4 ocasiones, logrando conseguir algo histórico el 19 de junio de 2016. Lebron James cumplía su promesa y llevaba el titulo hasta Cleveland siendo el primer anillo de la historia de la franquicia, que además será recordada como la primera vez desde que existe la NBA que un equipo remonta un 3-1 en unas finales.
Tras una nueva derrota en las finales, la historia vuelve a repetirse en esta agencia libre y los Cleveland Cavaliers vuelven a ver como el mejor jugador de toda su historia y probablemente uno de los mejores de toda la NBA abandona de nuevo su hogar para buscar el éxito de nuevo lejos de Ohio. Mientras tanto, la franquicia que le vio crecer se sumerge en las oscuras profundidades de la liga tras haber estado en lo más alto de nuevo.
Aunque ante todo esto puede haber un pequeño destello entre tanta oscuridad, ya que Collin Sexton está mostrando un gran nivel en la Summer League. Y es que el base de Georgia deberá tomar las riendas del equipo de Ohio siendo el nuevo líder durante este duro trayecto por las sombras de la liga.
