Dicen que lo que no está roto no hay que tocarlo. Y si encima algo funciona bien, es bueno mantenerlo así. Ese habrá sido el pensamiento de la gerencia de los Indiana Pacers, quienes decidieron renovarle el contrato a su entrenador Nate McMillan hasta la temporada 2020/21 tras sorprender a la liga durante la última campaña hasta ingresar cómodamente a los playoffs y llevar a un séptimo juego a los Cleveland Cavaliers de LeBron James.

McMillan llegaba al puesto hace dos años sin mucho ruido y no era un entrenador que ilusionaba especialmente a los fanáticos de los Pacers, pese a haber sido asistente durante la etapa de Frank Vogel que culminó tras un par de intentos fallidos de derrotar a los Heat de LeBron, Dwyane Wade y Chris Bosh.

Tras un primer año complicado, su verdadero talento se vio en la última temporada. Pese a tener una plantilla limitada en talento y que sufría la marcha de Paul George, McMillan supo construir un equipo sólido defensivamente, sin egoísmos y con una idea de juego muy clara, dándole las riendas del equipo a Victor Oladipo. El escolta respondió con su mejor campaña como profesional, lo que le valió ser llamado al All-Star Game por primera vez, mientras que los Pacers se mantenían sin problemas en puestos de playoffs, los cuales nunca abandonarían hasta el final de la temporada regular.

Pese a la derrota en primera ronda ante los Cavaliers, que necesitaron de un LeBron James jugando el mejor baloncesto de su carrera para eliminarlos, el futuro sigue siendo muy prometedor para los de Indianápolis. A la base joven establecida el año pasado, liderada por Oladipo y acompañada por Myles Turner, Domantas Sabonis o Bojan Bogdanovic, se sumaron en esta agencia libre Tyreke Evans, candidato desde ya al Sexto Hombre del Año, Kyle O´Quinn y Doug McDermott, armando una de las plantillas más profundas de la NBA.

Con la conferencia Este buscando un dueño tras la partida de su monarca, los Pacers asoman como una de las principales alternativas a los Boston Celtics o a los Philadelphia 76ers. Quizás en Indiana no tengan tanto talento como los dos primeros, pero McMillan logró una identidad y un sistema de juego efectivo para la plantilla. Ahora, el objetivo será seguir escalando e intentar dar el golpe.