Volvía la Euroliga al Palacio de los Deportes en la Jornada número 27 de la fase regular. El Real Madrid se medía al Milán con la intención de asegurar la tercera plaza. Un triunfo hoy de los de Laso certificaría ese tercer lugar y seguir la estela del CSKA. Los rusos aún tienen que enfrentarse al Fenerbahce por lo que la segunda posición aún es posible.

Si ante el Manresa, Randolph y Ayón no estuvieron disponibles, hoy estaba cargada toda la artillería. Partido muy reñido en el que el Milán se juega en una lucha encarnizada con Olympiacos, Baskonia y Panathinaikos entre otros alcanzar el sueño del Play-Off. En el partido de ida los blancos tuvieron que remontar 15 puntos de diferencia para acabar ganando el encuentro. Así que este cruce no es apto ni para cardiacos ni para depistados.

El Milán y James apabullan en el inicio

El partido comenzó a marchas forzadas en los primeros cinco minutos. El Real Madrid apostó por la verticalidad de Causeur que fue el encargado de abrir el marcador. Randolph estuvo un poco errático en el lanzamiento de tres aunque finalmente anotó cinco de los primeros 13 puntos de su equipo. Sin embargo, la defensa madridista no arremetía intensamente al ataque milanista. James y Micov colocaron el marcador en 13-20 lo que obligó a Laso a solicitar tiempo muerto.

No cambió el panorama. Todo lo contrario. Los italianos seguían con la séptima puesta con un James extraterrestre. 17 puntos para el base del Milán. Así el primer cuarto acabó con un contundente 19-33 a favor de los visitantes. El Madrid no encontraba ni la más mínima manera de frenarles.

Rudy y Ayón devuelven al Madrid al partido

El Wizink Center permanecía helado ante todos los ataques milanenses. Nedovic y Nunnally tomaron el testigo de James. El marcador llegó a situarse en 19-37. Para evitar la hecatombe ya en el segundo cuarto aparecieron Ayón y Thompkins. El mexicano se hizo fuerte en el poste bajo y el americano sacó el cañón de triples. Un lanzamiento de tres convertido por Rudy tras dos tiros libres errados por Taylor, redujeron la diferencia a diez puntos.

Cuando el marcador se puso en 34-49, la heroicidad llegó al Palacio. Esos salvadores se llamaron Gustavo Ayón y Rudy Fernández. Con nueve y siete puntos respectivamente fueron recortando las distancias. Más que por buen juego, el Madrid se movía con el corazón. La defensa italiana seguía amurallada y la pérdida de acierto en ataque  fue lo que evitó que los blancos se marcharan ya derrotados antes del descanso. La defensa blanca debía mejorar en la segunda parte porque tarde o temprano la precisión volvería a castigar. El segundo cuarto finalizó con el marcador en 50-56. Solo seis puntos de diferencia después de todo.

Taylor y Llull culminan la remontada

La dinámica de inicio del tercer cuarto fue muy similar al final del segundo. El Madrid subió la intensidad defensiva y, gracias a ello, el Milán se secó en ataque. Las jugadas ya no salían y las pérdidas al llegar al aro fueron constantes. En ataque, los blancos se arremangaron. Gracias a un Randolph que enchufó todo lo que lanzó y a un colosal Jeff Taylor, culminaron la remontada. El alero del Real Madrid anotó dos tiros libres, recuperó un balón y anotó un lanzamiento de tres con el que poner el 62-60 en el marcador. El entrenador del Milán tuvo que pedir tiempo muerto ante este huracán blanco.

Tras un pequeño impás en el que los ataques no fructificaron, Sergio Llull puso la directa con tres triples consecutivos y situó el marcador en 72-65. De nuevo tiempo por parte de Piangiani. El Milán, no obstante, no había dicho su última palabra y Mike James volvió a emergir de las profundidades para evitar que su equipo perdiese el tren del partido. Un triple y dos tiros libres del base y otro in extremis de Nunnally, devolvieron la ventaja al equipo visitante al término del tercer cuarto. 74-75

Locura final

No había manera de marcharse en el marcador para ninguno de los dos equipos. El Madrid, por medio de Carroll, Thompkins y Campazzo, anotó seis puntos en los primeros cuatro minutos. El Milán transformó cinco puntos. Una auténtica batalla digna de la mejor competición de Europa. Rudy y Carroll metieron un pelín más de potencia al juego y con cuatro puntos de ellos, el Madrid se colocó 86-80 y Piangiani tuvo de nuevo que parar el juego.

El Madrid se atascó de nuevo y el mágico James retornó a las andadas. Un triple suyo puso el marcador en 86-84 y, esta vez, fue Laso quien detuvo el encuentro. A la salida, Carroll enchufó una bandeja y Tavares un pase regalado de Campazzo. Acto seguido, otra recuperación del argentino le dio el balón a Thompkins hacia atrás para machacar. Parcial de 6-0 a falta de dos minutos. De nuevo tiempo muerto en medio del correcalles. Cinco puntos consecutivos del Milán redujeron de nuevo la distancia a tres puntos. La tuvieron los italianos para empatar, pero fallaron un triple a falta de tres segundos. El Madrid salvó una guerra gracias al coraje y a la valentía de no bajar los brazos hasta el final.

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