La ACB está que arde este año. No hay espacio en la parte alta de la tabla con los Play-off de por medio, pero menos aire hay aún entre los que están en la zona baja. El Fuenlabrada es uno de esos equipos que están pugnando por alejarse de la quema. Después del desastroso partido ante el Joventut aquel vestuario parecía un funeral. El equipo regresó a la competición de la peor manera posible.

La afición se marchó silbando a los suyos después de ver a un equipo con el alma caída y sin orgullo. Esto parece haber cambiado en las últimas semanas. Dos triunfos ante Valencia y Breogán han devuelto la moral a un equipo que está sufriendo mucho más que en la temporada pasada. Tres entrenadores en apenas seis meses y algún fichaje frustrado por medio como el de Lucas Nogueira.

Jota Cuspinera a los mandos

Tras Agustí Julbe y Néstor García, el entrenador catalán tomó el relevo del equipo. Desde el primer momento, impuso a su equipo la necesidad de salir con garra. Fruto de esa idea, el equipo se ha remangado en los últimos encuentros para sacar adelante partidos complicados y no dejarse llevar por la dinámica negativa. Después de aquella derrota ante Joventut, Cuspinera achacó a los suyos no haber tenido ni intensidad ni orgullo.

La semana siguiente, el Fuenlabrada cayó en Andorra con la cabeza alta tras haber plantado cara en una cancha difícil. Después de ese día, el triunfo es lo único presente en el equipo madrileño. El domingo afrontan una nueva final ante Murcia. El cuadro de Sito Alonso se encuentra en decimosexta posición, pero al igual que el Fuenlabrada, ha dado un salto de calidad en los últimos encuentros. La victoria ante el Barcelona Lassa y la paliza propinada al Estudiantes son ejemplo de ello.

Paco Cruz, con los pies en la tierra

Ni antes el Fuenlabrada era un equipo condenado al descenso ni ahora está salvado. Por ello, Paco Cruz, escolta del Fuenlabrada y uno de los líderes de la plantilla, ha optado por ser cauto y no ha dejado que la euforia nuble la mentalidad y el trabajo que deben llevar a cabo estos próximos días.

En una entrevista concedida al Club ha dejado varias reflexiones autocríticas a pesar de las dos últimas victorias: "Bueno, de momento solo han sido solo dos juegos así y esperemos seguir por ese camino. Durante toda la temporada hemos estado sufriendo altibajos durante los partidos, cuando se nos escapaban por diez puntos a veces nos quitábamos del juego".

El mensaje es claro, todavía hay mucho por mejorar. "Hemos de mejorar mucho en defensa". Lo dicho, ambiente de final este domingo entre el Fuenlabrada y el Murcia. El que gane respirará aun más y el que pierda seguirá sintiendo el fuego muy cerca de su nuca.