Gran día para los amantes del baloncesto. El derbi histórico del baloncesto español vivía su tercer asalto de la temporada. Real Madrid frente a Movistar Estudiantes. El partido de ida de ACB fue para los colegiales, mientras que el de Copa del Rey se marchó hacia territorio merengue. Mucho en juego, sobre todo en el lado visitante, donde la tensión se corta con un cuchillo.

En el Real Madrid, todo el plantel estaba disponible. Rudy Fernández ya se había recuperado de sus molestias en la espalda, las cuales le impidieron jugar en Burgos. Del lado estudiantil, Alessandro Gentile acudía al rescate de los suyos. El alma, Darío Brizuela, volvería a ver los toros desde la barrera, al igual que Goran Sutton. Un derbi dramático en juego.

Tormenta blanca inicial

El Estudiantes golpeó primero. En el primer minuto se situó 0-5 gracias a un triple de Carner-Medley y una canasta de Clavell. No tenía otra opción que achuchar desde el principio. Los blancos replicaron rápidamente con un parcial de 7-0. Un triple de Taylor, un gancho de Tavares y una bomba de Campazzo fueron los causantes.

Los cinco minutos iniciales se desarrollaron a velocidad de vértigo. Una pelea constante a la carrera, propio de un derbi. La pregunta era cuánto le podía durar la gasolina a los de Berrocal. El técnico visitante solicitó tiempo muerto con 18-12 en el marcador. Los de Laso pisaban más fuerte el acelerador debido a un acertado Taylor y a un majestuoso Campazzo. Al Madrid le salía todo y el 'Estu' se estaba ahogando. El microondas Carroll y un Gentile correoso, cerraron el primer cuarto con el marcador en 30-18.

El cuchillo Llull y el microondas Carroll

Las rotaciones llegaron a la Casa Blanca. La unidad 'b' tomó partida en el segundo cuarto. Ayón abrió la lata con un gancho a aro pasado. En el lado visitante, Gentile trataba de alentar a los suyos para que no bajaran los brazos. Pero Carroll y Llull, que habían cogido la batuta del juego, pusieron en 20 puntos la diferencia. Solo un equipo en cancha. Berrocal tuvo que parar de nuevo el partido después de otra jugada del base menorquín en la cual se adentró hasta la cocina.

Si Gentile no estuviese en pista, la paliza hubiese sido ya sonrojante. Si no lo era ya de por sí. El Estudiantes trataba de correr, pero la defensa contrincante se cerraba provocando que el reloj de posesión se agotara. El Palacio se convirtió en una auténtica fiesta. Más aún con el triple de Thompkins que puso la diferencia en 21 puntos. Un parcial de 2-8 colegial, redujo ligeramente la brecha y dos tiros libres de Deck firmaron un final de segundo cuarto en 55-38.

Campazzo-Taylor, dúo destructivo

El panorama tenía mucho que cambiar para que el Estudiantes saliera de las profundidades en las que estaba sumergido. El quinteto inicial volvió para hacer guardia. Campazzo y Rudy dirigían, Taylor ejecutaba. La barrera de los 20 puntos se mantenía. El encuentro se convirtió en un espejo del partido de Copa. El corazón de Gentile no es suficiente.

El Real Madrid no se relajó. Su base argentino se fabricó un slalom marca de la casa y además de seguir repartiendo magia, ya se deleitaba a enchufarlas todas. Taylor, por su parte, se sacó de la manga dos acciones de 2+1 casi consecutivas. Los de Berrocal entraron en zona de bonus demasiado pronto al tratar de elevar la intensidad defensiva. El partido estaba bajo absoluto control merengue. Una combinación entre Campazzo y Ayón, puso el broche de oro al tercer cuarto, 84-61.

Camino hasta la bocina

El partido ya estaba resuelto desde hacía tiempo. La cuestión era saber si el Real Madrid alcanzaría los 100 puntos, y quién sería el máximo anotador del equipo. Con Campazzo y Taylor en el banquillo, el pique estaba entre Carroll y Ayón. Cuando la diferencia superó los 25 puntos, el Estudiantes la redujo mínimamente. No quería Laso que su equipo se durmiese, por lo que inmediatamente paró el choque.

Acto seguido comenzó un duelo de triples entre Causeur y Clavell. El francés era el único que faltaba por sumar del lado local y se convirtió en el afortunado que realizaría el punto número 100. Poco argumento iba a tener el final de esta película más que los dos triples consecutivos de Vicedo. El Madrid dormirá como líder tras este encuentro y el Estudiantes ya sí que camina en el filo de la navaja. Tiene muy mala pinta.