Tercer asalto de la batalla y este podía ser el K.O definitivo. El Real Madrid llegaba a la Fuente de San Luis con su primera bola de partido. El 2-0 de la ida le daba un margen de seguridad, pero cuanto antes se cerrara el pase a la final, mejor. Los hombres de Laso, con la excepción del primer cuarto del último choque, fueron claramente superiores en todo momento.

La filosofía de Laso es siempre la obligación de ir a más en cada partido de Play-Off. Evidentemente este iba a ser mucho más complicado pues el Valencia contaba con su público y con ganas de, por qué no, ser el primer equipo en remontar ese marcador adverso. Como dijo Ponsarnau, las fuerzas están muy justas y las piernas pesan mucho. No obstante, había que pelear hasta el final.

Guerra física para comenzar

Las energías Taronjas se desataron en el incio. Un triple de Dubljevic y una penetración de Labeyrie pusieron un 5-0. La fortaleza defensiva y la movilidad en ataque culminaron una gran arrancada con un 10-3. Los triples de Rudy y Taylor y una canasta a tabla del sueco acercaron a los blancos a dos puntos de distancia.

El Valencia, al igual que en el primer partido, colocó un quinteto muy físico en el que Dubljevic y Doornekamp se convirtieron en los principales músculos. El Madrid presentaba muchas dificultades para generar en zona, pero el acierto exterior les daba alas para darle la vuelta al marcador gracias sobre todo a Jeff Taylor. Un triple de Sastre puso el 15-14 en el luminoso y aquí llegó el primer tiempo muerto del partido.

A la salida del mismo, Campazzo afinó su varita y, tras una gran triangulación, asistió a Tavares para machacar el aro y anotó un canastón a tabla tras fallar una bandeja. El Valencia no se iba a quedar atrás y, tras un mate de Randolph, llegaron cuatro puntos del Valencia. Entre ellas, un mate de Tobey sobre la bocina para devolverla. 19-20 al término del primer cuarto.

Thomas y Tobey mandan en la pintura

La segunda unidad del Real Madrid tomó el testigo. Gabriel Deck salió como el hombre más inspirado con cinco puntos consecutivos. El Valencia seguía ejerciendo su poderío en la pintura y su frenética verticalidad gracias a Van Rossom y a Thomas. No estaba cómodo el Real Madrid y eso se reflejaba en las grandes dificultades para generar juego interior.

Thomas se erigió como protagonista en este segundo cuarto. Ya no solo en ataque sino también en defensa. Los jugadores del Real Madrid buscaban a Ayón en la pintura, pero el mexicano quedó anulado. Mientras tanto, el Valencia poco a poco iba abriendo brecha y, con 34-28 y un parcial de 11-2, Laso tuvo que detener el choque.

El tiempo muerto surtió efecto. Con la entrada de Randolph, el Madrid ganó poderío en el rebote defensivo. A ello, se sumó un parcial de 0-5 convertido por Carroll y Ayón. Pero el Valencia continuó con su aguerrida defensa apoyada entre otras cosas por la falta de acierto merengue. Los de Ponsarnau lograron su objetivo, minimizar al máximo la anotación de su rival. Como premio, se marcharon por delante al descanso. 38-35.

Dubljevic sostiene al Valencia

El Madrid regresó con su quinteto titular para tratar de desarmar la presión local. Tavares anotó los primeros puntos de este tercer cuarto y realizó su primer tapón. El partido entró en una guerra sin cuartel. El Madrid aclaró ligeramente su juego en ataque y se hizo más fuerte en defensa. Un 3+1 de Campazzo colocó al Madrid por delante.

No significaba que los de Laso fueran a romper el partido ni mucho menos pues ahí estaba Dubljevic para anotar dos triples consecutivos y devolver la ventaja Taronja. Randolph y Rudy devolvieron la jugada para colocar al Madrid seis puntos arriba. El partido se calentó con una técnica a Tavares sin mayores consecuencias. La película de este tercer cuarto en los últimos minutos se repetía en bucle.

El Madrid encontró espacios en el poste bajo para sumar y, en la siguiente jugada, la metralleta Dubljevic enchufaba un triple. 5/6 y 21 puntos. El juego interior del Valencia se frenó mientras que el acierto exterior se disparó. Una canasta a tabla de Ayón a falta de dos segundos puso el 60-63 al término del tercer cuarto. Los blancos, mejor en ataque, pero los triples locales castigaban.

El Madrid, a una nueva final y adiós a Rafa Martínez

Los últimos diez minutos iban a ser de infarto. Los dos equipos eran incapaces de romper el partido. Si Dubljevic estaba inspirado del lado valencianista, Rudy iba a ser el cañonero merengue. Carroll anotó acto seguido una canasta al contragolpe en lo que supuso un balón de oxígeno. Will Thomas entró para ganar de nuevo músculo en la pintura. Con ello, el Valencia se mantenía a rebufo. La figura de Ayón también sobresalió en ataque para sacar un 2+1 y una serie de rebotes en ataque.

Campazzo también sacó su versión anotadora para controlar las distancias. Los blancos, gracias a un par de rebotes ofensivos de Carroll y de Reyes, se colocaron siete arriba. Pero Van Rossom no iba a impedir que su equipo se marchase del partido con un 2+1 y un triple. De nuevo, los Taronja a un punto. Llull se sacó de la manga una canasta a aro pasado para poner en tres puntos la distancia.

En ese momento, el Valencia se quedó sin gasolina. Will Thomas perdió un balón tras un pase de Van Rossom y, acto seguido, Campazzo puso de nuevo los cinco puntos de diferencia. En ese momento era ya el último minuto de partido y llegó un frenesí de pérdidas. No obstante, el partido estaba resuelto. En el último minuto entró Rafa Martínez bajo la ovación del público en el que seguramente haya sido el último partido con la camiseta del Valencia.

Con lágrimas en los ojos agradeció el apoyo de la afición. Mientras tanto, el Madrid se plantaba en su octava final consecutiva, un hito histórico. Misión cumplida, ahora tendrá que esperar a su rival que saldrá del duelo entre el Barcelona Lassa y el Zaragoza. En busca de lograr ese título con el que aliviar decepciones pasadas.