Llegó el evento más esperado durante tantos meses. La final de la ACB y con el mejor partido que se puede ver en España. Los dos gigantes, Real Madrid y Barcelona. Se miden de nuevo por el título por segunda  vez en esta temporada como ya lo hicieran en la Copa Del Rey. No lo hacían en una final desde hace tres años.

En un Clásico siempre hay rivalidad, pero esta vez hay muchas cuentas pendientes. La secuela de la Copa y las cuatro victorias blaugranas en los cinco duelos las tienen los blancos en la recámara. En este primer asalto, a pesar de las molestias durante la semana de ambos equipos, todos estaban disponibles. Los prolegómenos ya estaban más que mencionados y comentados. Por tanto, lo único que faltaba era que echase el balón al aire y comenzase esta ansiada guerra. Cualquier parecido con la realidad sería pura coincidencia.

Llull y Campazzo dan la primera ventaja

Randolph le dejó claras las intenciones a Singleton rememorando la acción de la final de Copa. El esloveno taponó un lanzamiento del americano y, acto seguido, le sacó un 3+1. La defensa merengue mordió en los primeros compases para asfixiar el ataque blaugrana. Campazzo sacó a pasear su versión anotadora con cinco puntos consecutivos que colocaron el 9-0. Ribas se encargó de estrenar al Barça para capear el temporal.

Los hombres de Pesic lograron por fin meterse en el partido gracias a los huecos que encontraron en la pintura Tomic y Claver. La diferencia se redujo a tres puntos y el cuerpo a cuerpo ya reinaba en el partido. Llull tomó el relevo de Campazzo y en su primera acción consiguió un 2+1. Pero no iba a faltar por incorporarse a la fiesta el gran Thomas Heurtel que consiguió devolverle la jugada a su rival.

El Madrid perdió el acierto y el primer rifirrafe del partido llegó entre Ayón y Hanga con falta del mexicano. Así el Barça difuminó la renta inicial adquirida por los blancos. Llull reapareció con dos triples consecutivos para colocar el 22-17 al término del primer cuarto.

El Madrid sigue subiendo la marcha

Randolph y Rudy aumentaron una marcha más ofensiva y defensivamente en el primer minuto para situar la brecha en más de diez puntos con un parcial de 8-2 de salida. El Wizink Center se desató y el infierno local provocó que Pesic solicitara tiempo muerto. El Barça estaba contra las cuerdas pues la intensidad defensiva de los de Laso, el acierto exterior y la verticalidad supuso una losa imparable.

A pesar de los intentos de conexión de Oriola y Tomic, la fluidez en ataque no llegaba y la sensación era de que el partido caminaba únicamente en una dirección. Un reflejo fue un tiro libre errado por Causeur cuyo rebote lo capturó Ayón en solitario para poner los famosos 16 puntos de ventaja. Un parcial de 0-5 culé redujo la brecha a 11 puntos. Tras ese último triple de Singleton, Laso interrumpió el choque. Dos triples de Campazzo devolvieron la tranquilidad a los suyos. 47-32 al descanso. Dominio blanco.

Singleton y Oriola frenan mínimamente el tirón

No tenía más remedio que reaccionar el Barça y Singleton enchufó un triple nada más arrancar el tercer cuarto, pero el Madrid no iba a detenerse. Rudy y Randolph respondieron con un palmeo y un triple. Entre medias, hubo una canasta de Heurtel. La diferencia se mantenía en quince puntos. Pero el Barça ya parecía haber encontrado alguna fórmula para atacar con Singleton de primer espada.

El problema era que el ataque del Real Madrid seguía imparable y eso impedía los intentos culés por salir de esa brecha de 10 puntos. Los blancos corrían y apretaban. El Barça no lograba encontrar tiros abiertos y caían en la trampa de la zona. El marcador se estancó con 60-44. Ninguno de los dos equipos lograba sumar y a falta de tres minutos llegó otro tiempo muerto. Tras ese tiempo muerto, el Barça reaccionó con dos triples (Oriola y Pangos) y dos tiros libres de Heurtel. Parcial de 2-8. El tercer cuarto finalizó con un 63-52 en el luminoso.

Causeur y Taylor rematan el trabajo

Pangos anotó una bandeja con la que bajar por primera vez de la barrera de diez puntos. Pero aterrizó Jeff Taylor para convertir cinco puntos consecutivos con los que devolver el colchón. La defensa blanca volvió a amurallarse y un triple de Causeur puso la máxima diferencia del partido con un total de 17 puntos. El primer asalto parecía tener ya dueño, pero hasta el rabo todo es toro. El francés estaba inspirado y un 2+1 suyo amplió la distancia a 20 puntos.

El Barça no bajó los brazos y, a los mandos de Heurtel, redondeó un parcial de 0-7 con el que Laso tuvo que parar el choque. No tenía nada que perder y empezó a desatarse para, por lo menos, intimidar a su rival. Campazzo anotó dos tiros libres para devolver el oxígeno a su equipo. Quedaban menos de tres minutos, pero nadie daba el partido por terminado. Tomic se marchó expulsado tras su quinta falta personal. Un triple de Taylor culminó el triunfo merengue. El Madrid se lleva el primer punto de la final. El lunes continuará la lucha.