El Real Madrid ha estrenado la temporada en Euroliga con una victoria espectacular. Los blancos fueron capaces de imponerse al Fenerbahçe, un equipo que siempre combate y con una calidad casi sin comparación en Europa. El resultado final fue de 81-77, gracias al buen hacer de Campazzo, Randolph, Taylor o Rudy entre otros.

El Madrid salió más metido

En el primer cuarto, los dos equipos presentaron sus credenciales. Por un lado, el Real Madrid basaba sus esquemas ofensivos en el bloque y continuación entre Tavares y Campazzo. Taylor con diferentes cortes y lanzamientos exteriores aportaba también puntos. Los tres jugadores blancos eran también esenciales en defensa. De Colo no pudo encontrar su ritmo, a la vez que Derrick Williams sí era capaz de imponerse con su capacidad atlética cerca del aro. Tras cinco minutos, el Madrid ya tenía una ventaja de diez puntos (14-4). Fue en ese momento, cuando Obradovic pidió tiempo muerto, pero sus jugadores no reaccionaron y los madridistas cogieron cinco tantos más de diferencia.

El Fener recuperó en el segundo cuarto

Poco a poco, con la entrada de la segunda unidad de ambos conjuntos, el Fenerbahçe fue cogiendo ritmo de partido. Melih y De Colo acertaron más desde el lanzamiento lejano y la defensa local no era capaz de provocar tantas pérdidas. Los turcos entraron en el segundo cuarto con nueve puntos de desventaja. Fue en los segundos diez minutos de partido cuando se empezó a ver el choque que todo el mundo esperaba. El talento ofensivo dio un paso al frente.

Progresivamente, el Fenerbahçe fue recuperando el terreno perdido en el electrónico. Los de Laso ya no producían en ataque con la misma facilidad de los primeros minutos. El balón no circulaba con la misma facilidad y la ausencia de Tavares como ancla en la zona (tanto en ataque como en defensa) llevó a los merengues a perder su colchón. Pero la gran diferencia con respecto al primer cuarto fue la defensa. Ya no se provocaban tantas pérdidas y no se llegaba tan rápido a los punteos de los triples. El acierto de los otomanos desde la larga distancia aumentó al mismo ritmo que su confianza.

Los blancos se volvieron a marchar en el tercero

Un solo punto separaba a ambos equipos al comienzo del tercer cuarto. Al descanso, la sensación era de que, de los veinte minutos disputados, la mitad de ellos había pertenecido a cada uno de los equipos. Los primeros instantes de la segunda parte invitaban a pensar en un duelo igualado, pero el Madrid volvió a dar un estirón en el luminoso. Los hombres de Laso volvieron a disfrutar de diez tantos de renta gracias a una subida de intensidad en defensa. Un triple de Nando De Colo sobre la bocina dio esperanzas a los turcos de cara al último asalto, que encararon con una desventaja de nueve puntos.

El Madrid supo sufrir en el último cuarto

Una vez más, en el último cuarto se vio la diferencia en el rendimiento entre la pareja de Campazzo y Tavares y la formada por Laprovittola y Mickey. Mientras que el pívot americano sí produjo de la manera esperada, el antiguo base del Joventut se vio superado en defensa por su par y en ataque no fue tan desequilibrante como en otras ocasiones. Esto se hizo más notable que nunca cuando los blancos perdieron una ventaja de más de diez puntos hasta llegar al empate a 72 con tres minutos restantes de encuentro. A partir de entonces, comenzó el carretón de tiros libres, inaugurado por Facundo Campazzo. La jugada que acabó por decantar la balanza fue un robo de Randolph sobre De Colo. El francés buscaba espacio para el tiro, pero en uno de sus cambios de mano, el internacional esloveno metió la mano y se llevó el balón. Pese a que en la jugada siguiente hizo dobles el trabajo estaba hecho.