Derbi matinal en el Fernando Martín. Fuenlabrada y Estudiantes se veían las caras en el partidazo de la mañana. E Dos equipos prácticamente renovados al completo en el que los locales ansían estrenar el casillero de victorias tras sus derrotas ante Burgos y Andorra. Los colegiales acumulan un 1-1 (derrota ante Baskonia y triunfo ante Gran Canaria)

Desde la temporada 2014/15, el Estudiantes no se estrenaba en casa con victoria. El bloque es más sólido que la temporada pasada y eso se ha visto reflejado en los dos últimos partidos. El Fuenlabrada necesita tiempo de rodaje y que mejor día que un derbi para llevarse la primera alegría de la temporada. El pabellón presentaba una gran entrada, éxito logrado gracias al vídeo promocional del cuadro local en sus redes sociales. Brazos remangados, balón al aire y que comience la guerra.

Arteaga domina en la pintura

El partido arrancó muy físico y de cuerpo a cuerpo. Brizuela estrenó el marcador con dos tiros libres igualando Eyenga de inmediato. Acto seguido, Giedraitis enchufó un triple desde la esquina. Para ganar este partido, había que salir con intensidad desde el minuto uno y así fue. El Estudiantes sacó petróleo de las imprecisiones locales y tomó la primera ventaja gracias a su fluidez al contragolpe y a un gran Arteaga en la pintura.

El primer tiempo muerto llegó a los cuatro minutos con 5-11 en el electrónico. No cambió el transcurso del partido a la salida. Pressey se convirtió en el ladrón del equipo además de director para conectar con el gigante Arteaga que le sacó un 2+1 a Eyenga. El parcial era de 0-12 y un tiro libre de Marc García lo rompió. El Fuenlabrada necesitaba una mascarilla de oxígeno dado que su rival le estaba pasando por encima. Bellas reanimó a los suyos antes del descanso encontrando huecos en la pintura y reducir así la distancia. El primer cuarto finalizó con un 19-24. Ya llovía menos para los locales.

Intercambio de golpes

Marc García redujo la brecha a tres puntos, pero el rebote ofensivo visitante y un error de Bellas trajeron cuatro puntos consecutivos de Palacios. No obstante, el base del Fuenlabrada enmendó su error con un triple y Bobrov ejecutó un contragolpe con el que poner el 26-28 en el marcador. Aleksandar Dzikic detuvo el choque. La ventaja se había esfumado.

A la reanudación se repitió la historia del comienzo. Palacios con un rebote sacó un 2+1 y Scrubb ejecutó en solitario un contraataque y el Fuenlabrada reaccionó rápidamente. Anderson puso el colofón a la remontada con un triple. El partido se convirtió en un intercambio de golpes constantemente. Enseguida apareció Brizuela al rescate con un 2+1. La electricidad del choque provocaba varios errores en los dos equipos, empeñados en correr y sorprender al rival.

Eyenga y Ehigiator estuvieron erráticos en el tiro libre y eso impidió ponerse por delante a los locales (2/7 entre ambos) El partido llegó al descanso con un 42-45 en el luminoso.

Bobrov lidera el huracán fuenlabreño

El Fuenlabrada arrancó fuerte y con un par de canastas de Bobrov y Liggins se puso por delante en el encuentro por primera vez. Esta vez eran los locales los que mandaban en la pintura gracias al ucraniano. Parcial de 13-2 de salida. Dzikic tuvo que parar el choque tras la sangría que estaba sufriendo su equipo.

Solo había un equipo en el parqué y ese era el de Jota Cuspinera que con el mando de Bellas y la supremacía de Eyenga reventaron el Fernando Martín. No había rastro del Estudiantes por ningún lado. Kadji puso fin a la sequía, pero rápidamente Marc García se sacó una canasta con antideportiva incluida que finalizó un triple. Auténtica exhibición local. Salía todo. Habían liquidado a su rival en seis minutos. 

Tormenta perfecta que sumergió en un aguacero al cuadro de Dzikic. Casi 20 puntos de diferencia gracias al Pick and Roll. Cuspinera paró el choque cuando el Estudiantes redujo la diferencia a 14 puntos tras un triple de Dukan. El tercer cuarto finalizó con un contundente 75-59. Parcial de 33-14. Ver para creer.

Brizuela y Palacios empujan, pero no basta

Mucho tenían que cambiar las cosas para que el triunfo no se quedara en casa. El Fuenlabrada seguía dominante y el Estudiantes tocado anímicamente y solo la rebeldía de Brizuela podía maquillar el resultado. Los alley-oop hacia Bobrov continuaban y ese fue el arma que destruyó al conjunto colegial. El último cuarto fue una sucesión continua de tanteo y una cuenta atrás hasta el final. El trabajo parecía estar hecho.

Brizuela y Palacios se empeñaban en que no fuese así. A falta de dos minutos, la diferencia se redujo a los 10 puntos. No perdían la esperanza los visitantes de, al menos, dar el susto al final. No fue posible y el Fuenlabrada respira aliviado tras cosechar el primer triunfo de la temporada.