Quintetos titulares

Movistar Estudiantes: Phil Pressey, Darío Brizuela, Adam Sola, Kenny Kadji, Víctor Arteaga.

Iberostar Tenerife: Marcelinho Huertas, Sasu Salin, Dani Díez, Álex Suárez, Giorgio Shermadini.

Un partido igualadísimo

Marcelinho Huertas decidió un partido a cara o cruz. Hasta en las estadísticas se pudo ver cómo ni Tenerife ni Estudiantes se impusieron claramente en el juego. Solamente el acierto del brasileño -y el fallo de Brizuela- decantó la balanza y dejó a los colegiales con la miel en los labios.

Ambos equipos llegaban a la cita en una situación parecida. Tanto madrileños como canarios afrontaban la séptima jornada del calendario con un récord neutral. Los de Vidorreta, que perdieron en su último encuentro contra el Baskonia habían encadenado dos victorias contra Obradoiro y Manresa. Por su parte, los colegiales habían intercalado victorias y derrotas. La última vez que superaron a su rival fue en la siempre difícil visita al Martín Carpena de Málaga, ante el Unicaja.

Intercambio de canastas

El primer cuarto comenzó con un Estudiantes muy acertado en el tiro por norma general. Brizuela desde el perímetro y Arteaga en la zona eran capaces de anotar con facilidad. El único jugador que no comenzó al mismo ritmo que sus compañeros fue Phil Pressey. El americano cometió un par de pérdidas y falló todos los tiros que intentó durante su tiempo en cancha -fue el primer cambio realizado por su técnico-. La ovación de los primeros diez minutos llegó cuando Adam Sola, canterano de los del Ramiro dejó su sitio en la pista.

El Tenerife, que había empezado con sendos aciertos de Dani Díez y Álex Suárez, parecía sufrir un poco más. Perdía de cuatro tras tres minutos de juego, pero con el paso de los minutos consiguió ponerse en cabeza (15-16 a falta de cuatro minutos de primer cuarto). Antes del primer tiempo muerto, los tinerfeños se basaron en el acierto exterior para abrir brecha. Marcelinho Huertas dejó, por el momento, su papel de organizador a un lado para lanzar a canasta con éxito.

En los siguientes minutos del primer periodo el Estudiantes superó un tramo en el que tuvo demasiadas pérdidas de balón. Eso les permitió que finalemente pudieran acercarse en el electrónico. El instant replay entró en juego en los últimos segundos -y por dos ocasiones-. Primero se miró una posible falta del Iberostar y luego si la posesión le pertenecía al Estu (como acabó siendo) o a los visitantes.

El buen hacer ofensivo de ambos equipos desapareció en el segundo cuarto. De anotar cerca de 25 puntos en el primer periodo, ninguno pasó de los cinco tantos entre el minuto diez y quince. Los tiros estaban mejor defendidos, por lo que los lanzadores bajaron su porcentaje de forma generalizada. El Estudiantes llegó al descanso con un solo punto de ventaja (35-34).

Pressey dio un paso adelante

Pressey, que había dejado ya signos de mejoría en el segundo cuarto, inauguró el tercero con un triple. El base americano no estaba muy acertado de cara al aro, pero su determinación y capacidad atlética le permitía ser de gran ayuda para el esquema de Dzikic. Cuando los locales se veían apretados por el crono, el exjugador del Barça cruzaba la cancha como un rayo. Tras seis minutos, la igualdad, tanto en la cancha como en el marcador, seguía presente. Sin embargo, en los minutos finales antes de los últimos diez, el Estudiantes abrió una pequeña brecha cercana a cinco puntos.

El Estudiantes, poco a poco, gracias a una defensa presionante que no permitía tirar cómodos a sus rivales, se fue distanciando en el electrónico. Los isleños solo llegaban a posiciones claras a través de circulaciones rápidas, y pese a todo, ni siquiera sus mejores anotadores, como Salin, tenían su mejor tarde.

El partido estaba destinado a un final de infarto

Pero el partido, que había estado igualado durante todos sus minutos, no iba a quedarse sin un final apretado. A falta de tres minutos, ningún equipo estaba por delante y el WiZink Center empezó a rugir. El Estudiantes se sacrificaba en defensa y donde no llegaban las piernas, lo hacían el corazón y el empuje de la afición.

Los del Ramiro llegaron al último minuto tres abajo, pero un triple de Brizuela les dejó con el partido empatado a falta de 28 segundos y una posesión defensiva. Pese a los esfuerzos y a que el reloj de posesión se agotaba, Marcelinho hizo gala de su veteranía y anotó desde la media distancia con un tiro en suspensión. Dzikic tenía que obrar el milagro con la pizarra, dos puntos enviaban al encuentro a la prórroga, un triple se lo daba al Estu. Pese a que Brizuela tuvo un lanzamiento cómodo desde el frontal, el balón no quiso entrar y la victoria viajó a las Canarias (72-74).