Noche de revancha en el WiZink Center. El Real Madrid, que perdió en su último enfrentamiento contra el Baskonia, recibe al equipo de Dusko Ivanovic, aunque esta vez será en la Euroliga. Este partido también será esencial para eliminar todas las dudas que pudiera generar la derrota el pasado domingo contra el Joventut de Badalona en la Liga Endesa.

Objetivo del Madrid: seguir ganando

Los madridistas llegan a esta jornada 23 después de vencer al Maccabi de Tel Aviv. De esta manera acababan con una de las peores rachas de derrotas en su historia europea. El equipo luchó a lo largo de los cuarenta minutos y sobrevivió al buen hacer de jugadores como Scottie Wilbekin.

Pese a todo, la victoria no fue sencilla. Aunque hubo momentos, en los que el Madrid, liderado por Anthony Randolph, conseguía marcharse en el marcador, los macabeos nunca le perdieron la cara al encuentro gracias en gran parte también a su afición que animaba con cada buena acción del conjunto israelí.

La misión del Madrid este martes por la noche es conseguir que este triunfo no sea una anécdota. Debe ser un cambio de la dinámica que se inició con las dos derrotas en Rusia (contra CSKA y Khimki) y continuó con el partido en el WiZink contra el Efes de Estambul, que lidera la clasificación de la Euroliga con mano de hierro.

La derrota, también en el centro de Madrid, contra el Joventut debe servir de lección, como afirmó Pablo Laso en la rueda de prensa posterior al partido con la Penya. Los blancos no deben contentarse con “ganar con la camiseta”, sino que deben dar todo lo que tienen y más en una de las Copas de Europa más competidas de los últimos años.

La dinámica del Baskonia tampoco es positiva

Por su parte, el Baskonia llega a esta jornada en una situación similar. Al igual que el Madrid, los vascos han perdido cuatro de sus últimos cinco encuentros. La diferencia es que mientras los madridistas llegan después de cosechar una victoria, los alaveses sí vienen de perder, aunque en una visita complicada al Pireo, por 80-70.

En aquella ocasión, Augustine Rubit fue el encargado de guiar a unos griegos en horas bajas tras pasar todos los problemas que tuvieron la temporada pasada en su competición doméstica. Tres jugadores de Baskonia marcaron el tope de anotación. Shengelia y Shavon Shields aportaron como hacen casi siempre. La nota positiva fue Nik Stauskas. El canadiense está más adaptado tras un comienzo de temporada irregular marcado sobre todo por las lesiones.

Cuando los de Ivanovic ganaron hace pocas semanas en la capital de España, el exjugador de la NBA ya fue decisivo. Cuando Pierria Henry tuvo que tomarse un descanso y Polonara no estuvo demasiado acertado, el ex de los Cavaliers o los Blazers entre otros tomó las riendas de su equipo en los mejores minutos desde que llegó al País Vasco.

El cara a cara favorece al Baskonia

A la hora de mirar los enfrentamientos en Euroliga entre Madrid y Baskonia, sorprende que desde el año 2000, solo se han visto las caras en nueve ocasiones. Los alaveses son de los pocos equipos que pueden decir a fecha de hoy que tienen un balance histórico positivo contra los merengues (5-4). Además, el récord en el Palacio de los Deportes es neutro. Ambos equipos se han llevado dos victorias de los cuatro duelos entre ambos.

En la primera vuelta, el Madrid fue superior, al ganar con facilidad en el Buesa Arena. Pero la buena actuación defensiva (dejaron a los locales en solo 55 puntos) ha dejado paso en el imaginario colectivo al duelo eléctrico entre Henry y Campazzo de Liga Endesa. Los de Laso son cuartos en la clasificación tras la mala racha, pero buscarán apretar más al Efes. Por otra parte, el Baskonia quiere acercarse un poco más a Playoffs, ya que de momento son decimocuartos.