Los Portland Trail Blazers cotizan al alza últimamente, y la razón de ello tiene nombre y apellidos: Damian Lillard. El base californiano está consiguiendo que su equipo se mantenga en la pelea por entrar en los PlayOffs a base de actuaciones magistrales. Tras llegar a las finales de la Conferencia Oeste el año pasado y caer ante los Warriors, las expectativas con las que partía este año el equipo de Oregon eran bastante altas.

Desde que fue drafteado el base, que tomó las riendas del equipo junto con LaMarcus Aldridge, Portland no ha faltado a su cita con la postemporada; y lo ha hecho siempre con un balance igual o superior a .500, lo que lo convierte en un equipo con una trayectoria bastante regular en una siempre difícil Conferencia Oeste.

No obstante, no fue hasta la pasada campaña cuando avanzaron hasta la final de conferencia en toda la era Lillard. El base logró mantener al equipo cuando Aldridge se marchó a San Antonio en 2016, encontrando en C.J. McCollum un complemento ideal.

Durante esta temporada, Lillard se ha puesto el mono de trabajo y ha salido cada noche a ganar. Con algo más de la mitad de la temporada ya resuelta, el natural de Oakland promedia 29,7 puntos, 7,9 asistencias y un 46,1% en tiros de campo, siendo sus mejores números por partido en los tres apartados estadísticos.

Es destacable la maravillosa racha de la que ha gozado “Dame” en el tramo de cuatro partidos comprendidos en la semana del 27 de enero. Los de Oregón empezaron la semana en casa, venciendo y convenciendo ante Indiana, conjunto del este con un récord algo superior. En este encuentro Lillard anotó 50 puntos y repartió 13 asistencias, todo esto acompañado por un porcentaje en tiros de campo superior al 50%, y encestando 8 triples.

El jueves 30, también en el Moda Center, Lillard se vio las caras con Westbrook y sus Rockets, en un enfrentamiento entre bases que siempre da de qué hablar. El “0” de Portland ganó a su homólogo de Houston registrando el primer triple-doble de su carrera, con 36 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes. Este estado de gracia se prolongó cuando el sábado vencieron a domicilio a los Lakers de LeBron James, partido en el que Lillard anotó 48 puntos en 40 minutos, además de capturar 9 rebotes y entregar 10 pases de canasta.

Para cerrar la semana volvieron a salir victoriosos contra un sólido equipo de su conferencia, siendo en esta ocasión los Jazz de Utah la víctima. Lillard colaboró notablemente con 51 puntos y 12 asistencias. De esta forma los de Portland resolvieron una semana inmaculada en la que su base brilló promediando 45 puntos 10 asistencias. Tras acabar el partido, declaró: “Nunca antes he jugado a este ritmo”.

Esto, además de su impacto en lo colectivo, tiene su influencia en lo individual, pues sitúa el foco en Lillard de nuevo. El base, aunque no en cabeza, se encuentra entre los candidatos al MVP tras esta espectacular demostración de su calidad durante una semana de escándalo. Esperemos que no aminore el ritmo para poder seguir disfrutando de uno de los mejores bases de la liga y de su lucha para que su equipo vuelva a disputar los PlayOffs.