Valencia Basket y Real Madrid se disputarán el puesto en la final en la primera semifinal de la Copa del Rey 2020 tras haber superado a FC Barcelona y RETAbet Bilbao Basket, respectivamente en los cuartos de final.

El equipo de Pablo Laso llega a su séptima semifinal consecutiva en el torneo del KO tras derrotar a la sorpresa de la temporada, RETAbet Bilbao Basket (93-83) en los cuartos de final en un partido donde Sergio Llull fue clave para la victoria, recuperando sensaciones de su mejor momento.

Por su parte, el Valencia Basket, alcanza la penúltima ronda con el objetivo de convertirse en el “matagigantes” de la Copa y llegar a una nueva final en el torneo. El cuadro de Ponsarnau, llega en un excelente momento de forma tras derrotar a la probablemente mejor plantilla del viejo continente, el FC Barcelona de Svetislav Pesic por 82-78, con una gran actuación colectiva tanto en ataque como en defensa y sueñan con volver a dar la campanada y dejar en la cuneta al gran favorito.

Claves

El Real Madrid llega a la batalla por la final recuperando poco a poco su mejor versión tras algunas semanas complicadas. Varios nombres muy a tener en cuenta:

Facu Campazzo: el argentino llega en estado de gracia, dirigiendo la orquesta madridista a la perfección y liderando al equipo en ataque. El mago argentino se asocia con todos y es capaz de sacar ventaja de cualquier situación. Pícaro y valiente como el que más, es el metrónomo de Pablo Laso en la cancha.

Walter Tavares: el pívot caboverdiano está demostrando por qué es uno de los mejores defensores del continente, pero no solo en defensa está destacando el “muro” madridista. Cada vez más agresivo hacia el aro en las continuaciones y controlando el rebote en ambas canastas.

Anthony Randolph: no es casualidad que esta mejora del juego del Real Madrid llegue tras la vuelta al equipo del ala-pivot nortamericano, ausente durante  la mala racha de los de Laso. Desde su regreso, el Madrid ha mejorado mucho sus prestaciones sobre todo en ataque, donde es uno de las principales vías de anotación de los suyos.

El Valencia Basket ha logrado su presencia en estas semifinales gracias a varios pilares, pero dentro de una coralidad casi absoluta, con todos aportando.

Bojan Dubljevic: el capitán y líder indiscutible del conjunto taronja, muy destacado en los últimos triunfos de los de Ponsarnau. Inspirado en el lanzamiento exterior y comprometido como el que más, el “valenciano de Montenegro” como así le gusta que le llamen, es el faro que guía al equipo valenciano. Reconoció en la previa del torneo que le costó superar la derrota en la final de 2017 precisamente frente a los madrileños, así que la primera opción para desquitarse será este sábado a partir de las 18:30.

Alberto Abalde: probablemente el mejor exterior nacional en lo que va de temporada. El alero gallego ha asumido los galones sin presión y aporta en todas las facetas en la cancha. En los cuartos no tuvo su mejor partido ofensivo pero dio un clínic defensivo ante Cory Higgins, dejándole casi anulado y además, con sus 9 capturas se convirtió en el máximo reboteador del encuentro.

Fernando San Emeterio: el “Santo” ha llegado a Málaga con la clara convicción de demostrar todo el baloncesto que aún le queda a sus 37 años. Al igual que Campazzo, pícaro e inteligente como el que más y en los momentos calientes, la mejor opción que se puede tener. Su juego al poste y su gran actividad en ataque, prendieron la mecha para que Valencia desplegara su mejor juego en los cuartos.

Precedentes

Esta temporada, ambos se han visto las caras en dos ocasiones, las dos en el Wizink Center con victoria local pero en la última, hace apenas un mes, los de Laso necesitaron de una prórroga para derrotar a los valencianos. Se han enfrentado en muchas ocasiones en los últimos años, a menudo en las rondas finales de los Playoff, así que ambos se conocen muy bien y suelen deparar grandes partidos. Su último encuentro en el torneo copero se remonta a la final de 2017 donde los blancos se impusieron por 97-95 tras un auténtico partidazo donde Valencia tuvo posesión para llevarse el triunfo, pero el Real Madrid de un Sergio Llull estratosférico alcanzó el cielo de Vitoria.