El Real Madrid ha vuelto a ganar al Unicaja en Málaga, aunque esta vez con más sufrimiento (88-92). La pareja Campazzo-Tavares superó el partido de Waczynski que fue el líder anímico del conjunto dirigido por Casimiro.

En la previa del partido todo el mundo que este encuentro no iba a ser igual a la final de Copa. Las bajas en los dos equipos, sumados a los fichajes de Simonovic y Bouteille por los cajistas, cambiaban mucho el panorama.

Ventaja temprana del Madrid

El partido comenzó con un flashback a la Copa del Rey, en concreto al encuentro de los merengues contra el Bilbao Basket. Deck jugó al poste con el debutante Bouteille a sus espaldas. El francés no pudo hacer nada para evitar la canasta. En general, el Madrid, que contó con un acertado Carroll, pudo presentarse en el Carpena con un parcial de 0-7. Gerun respondió con un tiro libre, pero los visitantes seguían anotando.

Unas posesiones después, y a golpe de triple, el Unicaja se metió en el encuentro. Primero Adams y después Brizuela acercaron en el marcador a los andaluces. Darío, siempre motivado por su pasado estudiantil, anotó cinco puntos seguidos en una penetración a aro pasado y un lanzamiento de larga distancia. Mediado el primer cuarto, el marcador era de 9-17.

La diferencia en el primer cuarto se definió por el estilo de juego de los dos conjuntos. Mientras que el Unicaja parecía contar con mayor acierto desde el triple, los malagueños vivían y morían desde lejos. Sin embargo, el Madrid sí atacaba más la zona, una de las peores facetas de la defensa local.

Waczynski cambió el partido 

Al principio del segundo cuarto entraron las segundas unidades. De esta manera, en el Madrid, que siguió controlando el encuentro, Thompkins fue el más acertado. El americano encontró su sitio de confort en el campo de ataque, en la esquina derecha. Cada vez que recibía allí el balón, el esférico acababa dentro del aro.

Una vez se acercaba el descanso, Waczynski asumió las responsabilidades ofensivas de su equipo. Entre sus jugadas destacó un tres más uno por falta de Laprovittola, que previamente también había encestado un triple. Pero el argentino no estaba tomando buenas decisiones. El ex del Joventut trataba de generar juego a partir de penetraciones, pero haciendo eso poblaba mucho la zona y le daba menos espacio de movimiento a Mejri.

El alero polaco del Unicaja no solo dio pie al parcial del Unicaja para finalizar la primera parte. También fue básico en la remontada durante el tercer cuarto, con una gran defensa que estranguló el esquema ofensivo de Pablo Laso. Además, el acierto de Waczynski despertó al público, que antes había demostrado su descontento con la actuación arbitral.

Aunque los andaluces se pusieron a dos puntos, con el 48-50, el Madrid despertó lo suficiente para colocar un colchón de seis tantos. De hecho, con el paso de los minutos parecía que en Málaga había sonado el canto del cisne y en un abrir y cerrar de ojos, los blancos se pusieron quince arriba. Pese a todo, un triple de Brizuela desde el medio del campo y sobre la bocina puso el marcador en un 56-69 tras media hora de juego.

El partido se decidiría en los últimos minutos

A lo largo de los primeros minutos del último periodo, se vio dos equipo que intercambiaban canastas. Solo Rudy, por parte del Madrid, estaba más desacertado que en las últimas fechas. Cuando quedaban siete minutos, Elegar y Taylor protagonizaron dos alley-oops que dar todavía más espectaculo.

Al contrario de lo que pasó en la final de la Copa del Rey, el Unicaja no se daba por vencido. Los de Casimiro, gracias a una mejor circulación de balón y una mayor agresividad hacia el aro se volvió a acercar. Cuando el Madrid podía romper el partido, los locales se colocaron a cinco puntos, con solo tres minutos por jugar.

Jaycee Carroll dio el primer golpe en la mesa en el momento decisivo. El americano anotó un triple, pero Adams reaccionó directamente con otro lanzamiento lejano. Posteriormente, Gerun encontró la forma de hacer daño a Tavares, que acabó el partido eliminado por faltas.

Simonovic empató el partido con dos tiros libres, pero los andaluces no pudieron sumar mucho más. Un tapón de Garuba en un mate de Adams cambió completamente la tendencia del encuentro. Campazzo le dio una ventaja a su equipo de cuatro puntos con la misma cantidad de tiros libres. Finalmente, esos lanzamientos desde la personal decantaron la balanza por 88-92.