En la mayoría de los balances de lo que llevamos de temporada, el Fenerbahçe Beko lidera la clasificación de mayor decepción. Tras ser semifinalista la campaña pasada, se esperaba que la escuadra de Obradovic siguiera estando presente entre las tres o cuatro mejores de la competición, pero eso no está sucediendo. De hecho, hace escasas fechas regresó a unos puestos de play-off de los que se ha mantenido alejado durante muchos meses. Siete derrotas en los primeros nueve partidos de Euroliga comenzaron a inclinar el terreno en su contra, convirtiendo en una actividad de escalada de tremenda dificultad asaltar los puestos que ofrecen un pase a la fase eliminatoria.

De Colo y Derrick Williams para mantenerse en la élite

Las bajas de Marko Guduric y Nicòlo Melli por los cantos de sirena de la NBA no se antojaban tan importantes tras el golpe en el mercado que atizó Ali Koc, el presidente de la entidad. La mayor joya que se rifaban los grandes equipos de Europa, Nando De Colo, acabó firmando por el equipo turco tras haber sido relacionado intensamente con el Real Madrid. De este modo, la estrella de CSKA, el reciente campeón de la Euroliga, jugaría en el Fenerbahçe formando con Kostas Sloukas un juego de perímetro de mucho peligro.

De la mano del escolta galo llegó a Estambul Derrick Williams, una de las revelaciones de la liga en el Bayern de Múnich. Después de un largo periplo de casi diez años por la NBA y un año en los Gold Lions de Tianjin, el ala-pívot norteamericano decidió probar fortuna en la Euroliga. Sus 13,4 puntos de promedio le sirvieron para ganarse un contrato a las órdenes de Obradovic, en una plantilla que, hombre por hombre, es indudablemente una de las más poderosas que hay.

El renacimiento de un equipo campeón

A pesar de esto, como decía antes, el inicio de la temporada fue una decepción absoluta. El técnico serbio no conseguía dar con la tecla para lograr dar continuidad al proyecto que tocó el cielo y los más infieles cuestionaban la modernización de su libro táctico. Los puestos de play-off cada semana estaban más alejados, y se comenzó a temer realmente por no alcanzarlos. Pero, como enuncia el titular de este artículo, nunca se puede dar por muerto al entrenador más laureado del continente.

Foto: Fenerbahçe
Foto: Fenerbahçe

Sus ocho victorias en los últimos doce partidos debido a, entre otras razones, un aumento notable del rendimiento de Jan Vesely, han otorgado al Fenerbahçe el impulso necesario para que, en la actualidad, las opciones de clasificación estén más latentes que nunca. Sólo equipos punteros como Khimki, Real Madrid, Maccabi y Barcelona han sido capaces de doblegar a una plantilla que ha aumentado considerablemente las prestaciones defensivas y juega más ordenado y paciente en ataque. Atrás quedan funestas noches en las que encajaban una centena de puntos frente a combinados como Valencia Basket o ALBA de Berlín.

Del fracaso estrepitoso, a ser el rival a evitar

Cinco son ya los equipos matemáticamente clasificados para la siguiente ronda: Anadolu Efes, Real Madrid, FC Barcelona, Maccabi y CSKA. Las primeras cábalas, al menos entre los aficionados, ya se dejan ver, y el Fenerbahçe es, para la mayoría, el rival a evitar. Si bien es cierto que otros posibles adversarios como Olimpia Milano, Panathinaikos u Olympiacos también poseen un nivel muy alto, y algunos de ellos pabellones ardientes, nadie quiere ver "ni en pintura" a los jugadores de Obradovic. Un equipo que acostumbra cada año a, como mínimo, presentarse en la Final Four, es capaz de tumbar a cualquiera y transformar un arranque pésimo en un final triunfal más.