La carga de partidos es un problema en la actualidad baloncestística. Los jugadores se someten a calendarios muy exigentes con fechas encajadas como piezas de puzle. Aquellos clubes que compiten en dos competiciones simultáneas, en Europa y en la liga nacional, tienen que lidiar con dos partidos a la semana. Es de suma complejidad cuadrar entrenamientos con los distintos encuentros. 

La Euroliga anunciaba la pasada campaña que la plantilla de equipos subía a 18. Se concedían nuevas licencias y ya no la disputarían los equipos según sus logros en las diferentes ligas. Uno de los cambios más sustanciales son los cuatro encuentros más que se jugaríanLas jornadas dobles, santo y seña de la moderna Euroliga, fueron ampliadas en dos más, es decir, hasta 7 por temporada. 

En el mundo del baloncesto se habla usualmente del cansancio que pueden llegar generar los viajes en la NBA, una liga con un calendario mucho más cargado. Sin embargo, la Euroliga no se queda corta en este aspecto. Los diferentes equipos españoles que participan en la presente edición de la competición del viejo continente han sufrido los efectos de estas travesías por Europa, sobre todo en las jornadas dobles. El Valencia Basket, el Barcelona, el Real Madrid y el Baskonia se han visto obligados a ampliar sus plantillas con vistas a poder competir en ambas ligas. 

Carga de viajes, una lacra

Dos de los equipos españoles que más han sufrido estas dobles jornadas son el Real Madrid y el FC Barcelona. El conjunto madrileño jugó el 14 de enero frente al CSKA en Moscú en el encuentro correspondiente a la Jornada 19 de la Euroliga. Tan solo dos días más tarde jugó contra el otro conjunto moscovita, el Khimki. Ambos encuentros los perdió. El primero 60 a 55 y el segundo con una anotación más abultada, 102 a 94.  

El domingo 19 el Madrid ya estaría en la capital española para recibir al Baskonia en el Wizink Center, encuentro que perdería por un punto. De esta manera acabaría una semana negra para los hombres de Laso. A parte de las tres derrotas, los merengues sumaron también más de 10 horas de viaje en avión, contando ida y vuelta. Además, a esto hay que añadir un desfase de dos horas entre España y Rusia. El cansancio pasó factura al Real Madrid. Analizando esta situación existe una incógnita: ¿cómo se prepara el encuentro del domingo entre tanto viaje? 

El Barcelona por su parte viajó más que su homólogo madrileño. En la misma jornada doble el conjunto catalán viajó a Tel Aviv para enfrentarse al Maccabi el 14 de enero también. Dos días más tarde los culés se enfrentarían al Fenerbahce en Estambul. El Barcelona daría una de cal y otra de arena. Derrota ante los israelíes por siete puntos y victoria por seis tantos ante los turcos. 

El domingo de la misma semana se enfrentaría al Fuenlabrada en el Fernando Martín, duelo que ganaría por tan solo cuatro puntos. Una semana agotadora para los hombres de Pesic, que tuvieron que viajar un total de más de 11 horas. Además, también hubo distintos  horarios entre los países visitados. De nuevo la misma incógnita de la preparación, que esta vez se suma a la falta de momentos para entrenar.  

Consecuencias

Entre las principales consecuencias de esta sobrecarga en el calendario está la más obvia: el cansancio acumulado en los jugadores, tanto por los viajes como por los partidos, y los entrenamientos. Este cansancio afecta al rendimiento de algunas plantillas, sobre todo a las más cortas.

Otro de los principales problemas que pueden derivar de este calendario es el problema de las lesiones. A la usual sobrecarga muscular se une otra lesión de mayor gravedad: la fractura por estrés. La mayoría de este tipo de lesiones ocurren en el pie debido a un ejercicio que somete a mucha tensión a dicha parte del cuerpo.

Ejemplo de esta lesión es la que dejó fuera de las pistas a Jordan Loyd, jugador del Valencia Basket. El escolta americano vio como debía de parar entre 6 y 8 semanas, tiempo estimado en estas lesiones, para recuperarse de una fractura en el escafoides del pie derecho.

Soluciones

Alargar el calendario es una opción nada viable, pues los playoffs se encuentran ya en fechas bastante tardías. Tampoco lo es reducir el número de participantes, pues la competición europea toma fuerza en el continente. Se vislumbra como la más viable jugar con dos plantillas diferentes o ampliarlas.

Algunos equipos de Euroliga ya poseen dos plantillas, aunque algunos jugadores se encuentran en ambas, para competir tanto en Euroliga como en la liga nacional, como el Fenerbahce, el CSKA o el Olympiacos. Otros optan por  usar convocatorias como en el fútbol.

Es un problema el que deben confrontar los clubes europeos. La cantidad de desplazamientos y la falta de entrenamientos pesan mucho en ligas donde un par de semanas fallando pueden dejarte fuera de la pelea por los partidos de postemporada. Además, en esta Euroliga, más igualada que nunca, el cansancio puede ser determinante en las fases finales de la temporada.