"Este es el año" es la frase que sobrevuela el entorno valencianista. La ciudad mediterránea se ha cargado de ilusión y esperanza ante la posibilidad más que real de lograr una histórica clasificación a los play-offs de la Euroliga. Liderados por Bojan Dubljevic, se encuentran a únicamente un triunfo de la ansiada octava plaza, pero la competencia es feroz. Prácticamente una decena de equipos cuentan con opciones de ocupar uno de los tres puestos clasificatorios que todavía aguardan por un inquilino. La conclusión es sencilla: a partir de ahora, no se puede fallar.

Los estragos de la Copa del Rey

Valencia Basket, a base de competitividad, garra y sacrificio, se ha convertido en una plantilla complicada para los adversarios. Uno de esos combinados que siempre venden cara su piel. De hecho, son numerosas las noches que han plantado cara de un modo sobrehumano a los titanes de la liga como Barcelona, Maccabi o Efes, llevándolos a finales de partido más que ajustados. 

No obstante, las cuatro derrotas consecutivas -tres de ellas en La Fonteta- han alejado al club taronja de un ambicioso objetivo que todavía se encontraba más próximo que ahora. Lo cierto es que tras la Copa del Rey, el bajón ha sido considerable. Valencia se ha visto descendiendo en una cuesta pronunciada sin la posibilidad de utilizar los frenos. Desde aquel glorioso trece de febrero, fecha en la que consiguieron tumbar, contra todo pronóstico, al todopoderoso Barcelona, únicamente San Pablo Burgos ha sucumbido ante los chicos de Jaume Ponsarnau.

Guillem Vives / Fuente: Euroleague
Guillem Vives / Fuente: Euroleague

Bojan Dubljevic, una "roca" en la zona

Hablar de Valencia Basket es hablar de Bojan Dubljevic. Desde su llegada a la capital del Turia en el año 2012, se ha convertido en el líder más destacado del club a base de pura meritocracia. Y es que desde su primera temporada, nunca se ha mantenido por debajo de los diez puntos de promedio ni en el campeonato doméstico ni en las tres ediciones de Euroliga en las que ha participado. Los 14,2 tantos y 6,4 rebotes que presenta de media desde el mes de octubre lo convierten, una vez más, en el principal arma del Valencia. Y por si fuera poco, la presencia de un relevo de garantías como Mike Tobey, forma un juego de pívots de un enorme nivel.

Respecto al juego exterior, desde la sala de máquinas, la creatividad de Quino Colom, la decisión de Jordan Loyd, la efectividad de Sam Van Rossom y la energía de Guillem Vives conforman un juego caracterizado por una gran variedad de recursos que se ha visto mermado en los últimos compromisos a raíz de la compleja lesión en el pie derecho del norteamericano y de las molestias físicas de algunos de los anteriores.  Por otro lado, la polivalencia de Alberto Abalde -que incluso ha llegado a ejercer de base-, un siempre seguro Fernando San Emeterio y el acierto exterior de Aaron Doornekamp, añaden colmillo a la receta de Ponsarnau.

Mike Tobey / Fuente: Euroleague
Mike Tobey / Fuente: Euroleague

Directos a la guerra

El calendario que le espera a Valencia Basket no es ni mucho menos sencillo. Una visita al líder -Anadolu Efes-, y dos recepciones en La Fonteta de plantillas de muchos quilates -Zalgiris y Real Madrid-, advierten de la complejidad que entrañarán las primeras semanas tras el parón en el que nos encontramos inmersos, si bien es cierto que en los tres compromisos posteriores, frente al ALBA de Berlín, Baskonia y Estrella Roja, las posibilidades de victoria aumentan. 

En este momento, los naranjas se hallan igualados con Zalgiris, Olympiacos, Armani Milano y Baskonia con doce triunfos, a solamente uno del éxito. Todas las opciones pasarán por no errar en los últimos tres partidos y tratar de conseguir dar la campanada en alguno de los anteriores. Lo que está claro es que Valencia no se va a rendir hasta el último instante, sea cual sea la situación.