Recurriendo a la famosa película de Steven Spielberg que evoca el título de este artículo para describir la situación de Olympiacos, el resultado sería una sinopsis tal que así:

Grecia, año 2020. Tras una lesión que pone punto final a la temporada de Vassilis, el jefe del ejército del Pireo, un escuadrón dirigido por Georgios Bartzokas deberá tomar el relevo y embarcarse en la fatídica lucha que tiene como único destino batallar por otorgar al base heleno un nuevo título de Euroliga en la que es una de sus últimas oportunidades para revalidarlo. Para ello, deberán desembarcar en las imponentes plazas de Milán, Moscú y Estambul, en las que Shaquielle McKissic, Georgios Printezis o Nikola Milutinov deberán arriesgar sus vidas hasta el último halo de luz.

Dejando a un lado la cinefilia, lo cierto es que las dificultades que Olympiacos se verá obligado a atravesar bien recordarán a escenas bélicas con un resultado todavía impredecible.

Spanoulis / Fuente: Euroliga
Spanoulis / Fuente: Euroliga

McKissic, justo a tiempo

Después de las pruebas que confirmaron que Vassilis Spanoulis se perderá toda la temporada por problemas en el tobillo, los mismos que concluyeron con su campaña 2018-2019 también de forma precipitada, la dirección deportiva de Olympiacos ojeó rápidamente el mercado en busca de un sustituto, y lo hallaron en Turquía. Tras abandonar Gran Canaria con más pena que gloria, Shaquielle McKissic se puso el abrigo y el gorro para firmar por el Avtodor Saratov ruso, donde disputó 18 partidos. Pero donde realmente lograría una mejora notoria en su baloncesto sería en Turquía, primero en el Gaziantep y posteriormente en el Besiktas. Los 17,6 puntos que estaba promediando en la escuadra de Estambul, le sirvieron para atraer la atención de los ojeadores de Olympiacos y convertirse en nuevo jugador de uno de los equipos con más renombre del panorama europeo.

McKissic en la victoria ante Panathinaikos / Fuente: Euroliga
McKissic en la victoria frente a Panathinaikos / Fuente: Twitter oficial de Olympiacos

Desde su llegada, McKissic únicamente ha disputado tres encuentros europeos con la zamarra rojiblanca, pero sus inicios no han podido ser mejores. 14 puntos ante Maccabi FOX en su debut advertían de la importancia que iba a alcanzar en este plantel, lo que se iba a confirmar días después en el partido más importante para la afición del Pireo: el clásico ante el Panathinaikos. En esta noche, rodeado de casi 15.000 almas ardientes, no le tembló el pulso y quiso dar el paso al frente que requería la situación, a pesar de ser el novato. Y es que, tras cuajar un último cuarto sobresaliente, otorgó una agónica victoria decidida por él en los últimos instantes del enfrentamiento para poner patas arriba el Pabellón de la Paz y la Amistad. El Pireo adoraba a un nuevo ídolo.

Una vieja guardia sin fecha de caducidad

Georgios Printezis, en Olympiacos desde 2003 con tres años de excedencia. Kostas Papanikolau, a partir de 2009 a excepción de un fugaz periplo por la NBA y Barcelona, y Nikola Milutinov, desde 2015 sin ningún tipo de parón.  Tres emblemas de la institución que, todavía hoy, siguen rindiendo y ejerciendo como los principales líderes y figuras representativas del club. 

Printezis / Fuente: Euroliga
Printezis / Fuente: Euroliga

Con 11,8 puntos de promedio del ala-pívot griego, 8,5 del alero y 10,3 del pívot serbio, siguen significando la piedra angular de Olympiacos. Los imprescindibles. Los inigualables. Los insustituibles. Y es que, cada uno a su manera y con diferente grado de intensidad, han escrito y siguen escribiendo sus nombres en los libros de historia del equipo heleno. 

Que Dios los pille confesados

Seguramente, los rostros de los aficionados de Olympiacos no representen sentimientos de alegría al observar el calendario que les espera. Las visitas al Armani Milano, Khimki y Fenerbahçe suponen enfrentarse a tres rivales directos en territorio comanche, pero las recepciones en el Pabellón de la Paz y la Amistad no se quedan atrás. En primer lugar, el Real Madrid de Pablo Laso tratará de reinar en el infierno, después un Estrella Roja que quién sabe si todavía mantendrá opciones de clasificación, y para cerrar, un Barcelona que, a pesar de estar ya clasificado, no será una presa fácil.