Hay estrellas que se van por la puerta grande. Hay otras, que se van en el vacío (mediático) más absoluto. Y otras, como Vince Carter, que se van a medio camino, que tienen una despedida a medio gas.  

Trae Young pasó el balón a Carter en los últimos segundos de una prórroga ante los Knicks el 11 de marzo, consiguiendo así que el experimentado jugador anotara un triple para finalizar el partido. Aquella noche, la última de NBA tras el positivo de Rudy Gobert, supondría el final de la carrera del jugador. Aunque esto, en aquel momento, no estaba asegurado.  

Con los Hawks fuera de la vuelta a la competición en Disney World, toca despedir al que un día fuera la estrella de los Toronto Raptors, a uno de los aleros más queridos de la historia del baloncesto.  

1541 partidos, repartidos en 22 temporadas y 8 equipos, avalan la maestría y el control de un jugador con poca suerte en lo que a palmarés se refiere. Rookie del año con los Raptors, 8 veces All-Star y oro olímpico en Sidney; sin MVP, anillo o siquiera unas Finales de la NBA disputadas. Varias de cal y pocas de arena para el dorsal número 15.  

En lo que Carter lidera es en temporadas jugadas. Por detrás de él van Kevin Garnett, Kevin Williams, Robert Parish o el eterno Dirk Nowitzki, todos con 21 a sus espaldas. Se cuela también en el podio de los jugadores con más partidos disputados, solamente por detrás de Kareem Abdul-Jabbar, presente en prácticamente todos los rankings imaginables, y el contrincante de este, Parish. Respectivamente, el Laker acarrea 1560 partidos, y el Celtic 1611. 

Elegido por los Warriors en el quinto puesto del Draft de 1998, fue rápidamente traspasado a Toronto, donde no debutaría hasta enero de 1999 debido al lockout que sufrió aquel año la liga. Llegado el fin de la temporada regular, sus estadísticas eran de 18.3 puntos, 5.7 rebotes y 3 asistencias, lo que le mereció el ROY.  

La temporada siguiente lideró al conjunto canadiense hasta sus primeros playoffs, no especialmente memorable. Con un promedio de 25.7 puntos, Carter se llevó toda la atención en el Fin de Semana de las Estrellas, y no por su primera participación en el partido del All-Star, sino por el mejor Concurso de Mates de la historia de la NBA. De fotografía fueron todos los mates de Carter, que él mismo sentenció con un ‘’It’s over’’, en su último vuelo hacia aro. Él, cual Larry Bird en el Concurso de Triples, ya sabía que había ganado.  

Durante el siguiente curso acaudillaría de nuevo a los Raptors a playoffs, consiguiendo su primera victoria, ante los New York Knicks. Pero la alegría duraría poco, siendo barridos por los Philadelphia 76ers en Semifinales de Conferencia.  

Firmando en la temporada 2001-02 una extensión de contrato por 94 millones de dólares, pero achacado por las lesiones, no disputó ni el partido del All-Star ni los playoffs. Lo que sí consiguió fue el hito de ser el segundo jugador en conseguir un partido de 40 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias, siendo el primero Charles Barkley. Alcanzó este hito ante los Denver Nuggets, saldando el encuentro con 42 puntos, 15 asistencias y 6 robos, coronados con 5 tapones.  

Durante el 2003, a causa de las lesiones, pudo jugar muy pocos partidos, pero realizó una de las acciones más aplaudidas de la década. Cedió a Michael Jordan su puesto en el All-Star, para que la mayor leyenda del deporte pudiera jugar su último partido de las estrellas, como se merecía, como titular.  

Sin playoffs, en 2004 los Raptors decidieron despedir a todo su cuerpo técnico, algo que Carter, con 22.5 puntos aquella temporada, no veía con buenos ojos. La tensión entre la franquicia y el jugador fue aumentando, pidiendo este último ser traspasado.  

En diciembre de aquel año, ‘Air Canada’ fue traspasado a los Nets, y en Nueva Jersey formaría uno de los dúos más recordados de la década de los 2000, junto con Jason Kidd. Juntos, consiguieron meter a los Nets en playoffs. El equipo había llegado a Finales de la NBA dos años antes, y con Carter y Kidd fueron barridos en primera ronda. Allí empezaría uno de los mayores lastres de la carrera del alero, llegar siempre tarde para saborear el éxito.  

En el curso 2005-06 firmó un partido de 51 puntos, y lideró al equipo hasta Semifinales de Conferencia, donde Miami los eliminó con saña, consiguiendo un 4-1. Y si la siguiente temporada no fue muy diferente para la franquicia, para Carter sí lo fue.  

Yendo por octava vez consecutiva, y última por otro lado, al partido del All-Star, el exterior consiguió completar los 82 partidos de Temporada Regular, algo que no pasaba desde su año como sophomore. A su vez, Kidd y él conquistaron un hito que llevaba sin repetirse desde Jordan y Pippen en el 89, conseguir los dos un triple-doble en el mismo partido.  

Al llegar 2007, Kidd voló hacia Dallas, y Carter se erigió como líder indiscutible de los Nets. Sin playoffs por primera vez desde que llegó, terminó la temporada con un promedio de 21.3 puntos, 6 rebotes y 5.1 asistencias. La siguiente temporada sería su última en Nueva Jersey, formando un dúo para el recuerdo junto con Devin Harris.  

Fue traspasado para el curso 2009-10 a Orlando, a unos Magic liderados por Dwight Howard, que no pudo ganar el título en las Finales del año anterior. En aquel 2010 llegaron hasta las Finales de Conferencia, las primeras de Carter, pero los Celtics acabaron con ellos. De nuevo, Vince no llegaba a saborear el triunfo.  

Fue corto su paso por los Suns, traspasado a Phoenix en diciembre en un traspaso múltiple. Pero en Arizona consiguió un récord personal, los 20000 puntos en su carrera, lo que solamente habían conseguido 36 jugadores antes que él.  

Un segundo lockout en su vida hizo que los Suns lo cortaran. Un día después, firmó con los Mavericks, siguiendo los pasos de su antiguo compañero Kidd. Antes de que se cumpliera el final de la RS en 2012, consiguió otro gran número en su palmarés, los 1500 triples anotados. Sexto hombre en Dallas durante el siguiente curso, Carter hizo una temporada altamente memorable. Sumó 100 triples más, y se colocó por delante de Larry Bird en la lista de anotadores históricos de la NBA. Todavía había luz en la leyenda que habitaba en su interior.  

En su último año en los Mavs alcanzó la meta de los 23000 puntos, y ya al año siguiente, su primero en los Memphis, superaría a otro Celtic, Parish, en la lista de anotadores. Aun así, ese año fue el primero en el que no superó los 10 puntos de media en su casillero personal.  

Mentor dentro de los Grizzlies, en su segundo año allí recibió el premio de Compañero del Año, alabando su labor. En su último año en Memphis se convirtió en el primer jugador que, tras Jordan en 2003, anotaba más de 20 puntos con 40 años, y fue el primero en anotar 3+ triples en playoffs. Pero esa luz de estrella, pese al palmarés, se estaba agotando.  

Discreto en los Kings, antes de empezar la temporada recibió el premio a Veterano más influeyente en la NBA. Desde 2018 pisa el parqué de los Hawks, y alcanzó aquel primer año los 25000 puntos. Seguía formando al equipo, ya no era la gran estrella que un día fue, y con esa actitud cerró su etapa como profesional en aquella prórroga, rara, muy rara, ante los Knicks.  

Un jugador sin anillos, ni MVPs, ni Finales disputadas. Logros personales que quedarán para la historia. Actuaciones impecables, triples y mates para el recuerdo. Un jugador que, oficialmente, se despide en mitad de un año negro para el Mundo, y para el baloncesto.  

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