El Obradoiro sumó una victoria muy importante en sus aspiraciones de permanencia frente a BAXI Manresa, que llegaba al partido tras estrenarse con victoria en la Liga ante Estudiantes. Los de Moncho Fernández fueron superiores durante todo el choque pero tuvieron que hacer frente a un gran equipo manresano dirigido por un clarividente Dani Pérez. 76-80 fue el resultado final de un partido resuelto en el tramo final en el carrusel de tiros libres donde los gallegos estuvieron más acertados.

Obradoiro despega a ritmo de los Laurynas

Los visitantes saltaron al parqué del Nou Congost como si no hubiese acabado todavía el partido del domingo frente a Fuenlabrada. Los santiagueses, comenzaron el choque con un punto más de energía que su rival tanto en defensa como en ataque, un ataque donde Birutis y Beliauskas anotaban 9 puntos en apenas 3 minutos y le daban las primeas rentas a los suyos.

Los locales se veían obligados a parar el ritmo del encuentro y con la entrada de los suplentes en ambos equipos, pudieron recortar la desventaja aunque siempre con los gallegos en cabeza. Los cambios le sentaron mejor a los catalanes que empezaron a mejorar en ataque y en defensa, pero su rival no levantaba el pie del acelerador (15-21).

Foto: Basquet Manresa Twiter
Foto: Basquet Manresa Twiter

Manresa iguala el partido

La entrada en pista de Martynas Sajus y la vuelta de Dani Pérez, permitió la formación de una pareja muy fructífera para los manresanos, una dupla entre el lituano y el español, que castigaba continuamente a la defensa obradoirista. El pick&roll entre ambos, se convirtió en un auténtico dolor de cabeza para Moncho Fernández que no encontraba el modo de frenarlo. Tras un parcial de 10-0, liderado por la pareja Sajus-Pérez, los de Pedro Martínez se ponían en cabeza por primera vez en el partido 31-28.

Los gallegos trataban de reaccionar, pero la sangría de pérdidas (11 en la primera mitad) les lastraba en su juego. A falta de movimiento de balón y de fluidez, los puntos llegaban de las manos de Kassius Robertson, que se convertía en el flotador de los santiagueses y el hombre que les permitía llegar al descanso por delante, 39-41.

Mismo guión que en la primera parte

Si Obradoiro había arrancado el partido al son de su dupla lituana, Birutis y Beliauskas, ahora, en la segunda parte, de nuevo eran los “Laurynas”, los que prendían la mecha en los gallegos y con 7 puntos consecutivos entre ambos y un triple de Pozas, los de Moncho se colocaban con 10 de ventaja después de un gran inicio de segunda mitad.

Foto: Basquet Manresa Twitter
Foto: Basquet Manresa Twitter

Más de 4 minutos les costó a los manresanos romper el candado de su aro y tuvo que ser de nuevo gracias a la pareja formada por Dani Pérez y Martynas Sajus. Entre ambos, desatascaron a los locales con 6 puntos consecutivos y un triple de Rafa Martínez (el primero del partido para los manresanos). No se dejaban ir los gallegos, y gracias a la vuelta de Robertson a pista y la dirección de Albert Oliver, conseguían mantener la ventaja en el electrónico, llegando al último cuarto por delante, 56-60.

Manresa encuentra el acierto pero Obradoiro aguanta

Si algo le estaba faltando a los manresanos era el acierto exterior, tan solo 1 triple en todo el partido. Necesitaban los de Pedro Martínez el arma del triple para darle la vuelta a la situación y este apareció cuando más falta hacía. Guillem Jou fue el que prendió la mecha y Makai Mason irrumpió en el choque con 2 triples muy importantes. Pese a esta mejoría, los obradoiristas mantuvieron la calma y siguieron dominando la situación, gracias a la dirección de Pepe Pozas y el trabajo de Birutis en la zona.

El partido llegaba a los últimos 100 segundos con todo por resolver, 73-75 en el marcador, y los manresanos igualando el choque a 75 gracias a una buena canasta de Eulis Báez. Beliauskas aparecía al rescate de los gallegos con una gran acción ofensiva y los tiros libres acabaron de decidir el triunfo para el Obra. Báez perdonaba un tiro y Pozas otro, aunque Daum, se hacía con el rebote y anotaba desde la personal para poner la rúbrica a la victoria.