Estados Unidos continúa erigiéndose como uno de los países más convulsos del mundo. Tras una semana polémica en la que se han llevado a cabo protestas de todo tipo, incluso asaltos a lugares emblemáticos de las ciudades más importantes, el baloncesto formativo vuelve a acaparar miradas y a copar portadas en medios de comunicación. En esta ocasión, el equipo masculino de baloncesto de la Universidad de Marquette ha recibido críticas y apoyo a partes iguales, después de hincar la rodilla en los instantes previos al partido ante la UCONN, a razón de la reciente sentencia a los oficiales de policía del Departamento de Kenosha implicados en el tiroteo a Jacob Blake; cuestión que responde a lo ocurrido el 23 de agosto de 2020. 

En la misma línea y en los minutos previos a la disputa del compromiso frente a los Connecticut Huskies, los integrantes de Marquette Basketball portaron elásticas negras, reforzando la protesta y la disconformidad con la ausencia de cargos a Rusten Sheskey. Además y a través de un comunicado oficial vertido en su página web, desgranaron: "Estamos extremadamente decepcionados con la decisión relacionada con el tiroteo de Jacob y continuaremos usando nuestra plataforma para defender y luchar por la justicia racial. Este es otro recordatorio de que el hecho de que la justicia social y racial no haya recibido tanta atención recientemente, no significa que la necesidad de luchar contra ella haya desaparecido".

De igual manera y como consecuencia de la reciente sentencia lanzada en consonancia con lo acaecido el pasado 23 de agosto de 2020, el deporte estadounidense ofreció numerosas muestras de apoyo que sirven de aliento y motor a la familia de Jacob Blake. Asimismo, la NCAA demuestra, una vez más, una implicación que se fundamenta en la igualdad y equidad racial -extrapolable a cualquier tipo de ámbito o problemática-, tratando de acabar con comportamientos dañinos que opacan y empañan lo verdaderamente importante.