Los Boston Celtics llevan años en la estocada. Muy lejos se ve ya aquel glorioso 2008, última vez en la que el TD Garden vio a los suyos alzarse con un campeonato de la NBA. Muchos recuerdan con nostalgia aquel grupo liderado por uno de los mejores Big Three de la historia reciente, el formado por Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen, acompañados de un jovencísimo Rajon Rondo.

Más lejos queda aún su etapa más exitosa, cuando a mediados de la década de 1950 llegó el legendario Bill Russell. Tenía aún 22 años, pero tuvo un impacto inmediato, llevando a Boston a su época dorada.

En la última década, los de verde han acariciado las finales de la NBA, aunque sin éxito, a pesar de llegar en repetidas ocasiones a Finales de Conferencia. Siguen tratando de alcanzarlas, y ahora tienen la oportunidad con un bloque joven y talentoso, sumado a unos buenos movimientos.

  • Renovación del proyecto

Tras caer eliminados en playoffs, saltó la sorpresa de que Danny Ainge era sustituido en los despachos por Brad Stevens, el que hasta el momento era entrenador del equipo. Un par de semanas más tarde, los Celtics se decidirían por Ime Udoka para reemplazar a Stevens, que hasta ahora había tenido el papel de asistente en lugares como San Antonio, Philadelphia o Brooklyn. Accede al cargo sin tener experiencia como entrenador principal, pero mantiene una buena relación con algunos pilares del equipo.

Lo primero que hizo la franquicia fue enviar a Kemba Walker a Oklahoma City Thunder después de una oscura temporada en la que, entre lesiones y un evidente bajón en su nivel, no aportó gran cosa al combinado. A cambio, llegaría a Boston Al Horford, un viejo conocido de la casa. También vuelve Enes Kanter, procedente de los Portland Trail Blazers.

Fuente : NBA
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Otra incorporación destacada es la de Josh Richardson, que viene de hacer una de sus peores temporadas en Dallas y que tratará de recuperar el nivel que alcanzó en su día en Miami Heat. También llega Dennis Schroder, que, tras rechazar inexplicablemente una muy buena oferta en los Lakers, aterriza en Boston a precio de ganga. A mencionar también la suma al equipo de Juwan Morgan y Bruno Fernando, aunque seguramente tomen un rol más secundario. La última unión al club ha sido la del español Juancho Hernangómez, que al fin recibe una buena oportunidad en un equipo más competitivo.

Por otra parte, hay varias bajas que destacar, además de la de Kemba Walker. Tristan Thompson se marcha a Sacramento después de un paso discreto por los Celtics. Evan Fournier ha puesto rumbo a Nueva York después de media temporada en Boston, donde no ha podido ofrecer su mejor versión. De igual manera, se puede señalar también la salida de figuras de segunda fila como Semi Ojeleye, Carsen Edwards, Tremont Waters y Tacko Fall.

Para finalizar el repaso de los movimientos de Boston en el verano, es obligatorio nombrar la extensión de Marcus Smart por 4 años y 77 millones. Este tejano se ha convertido en un jugador que ha adquirido una gran importancia en el equipo y en uno de los mejores defensores en la liga. La otra extensión de la que hay que hablar es de la de Robert Williams, que firma 4 años por 54 millones. En los Celtics han depositado mucha confianza en su joven pívot de 23 años.

Fuente : NBA
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  • ¿Cuál es el techo?

Dejando ya a un lado la agencia libre, es momento de analizar todo en conjunto y pensar a qué pueden aspirar realmente. El equipo ha encontrado en Jayson Tatum a su jugador franquicia, que ya ha demostrado que es capaz de todo. Le sigue una de las mejores segundas espadas de la liga, Jaylen Brown, que viene de hacer la mejor temporada de su carrera. Ambos fueron All-Star la pasada campaña. Brown, desafortunadamente, se perdió los playoffs al caer lesionado poco antes del comienzo de estos.

El encaje de Schroder en el bloque va a ser decisivo. Se presupone que Al Horford será el pívot titular, al menos en principio, por lo que puede aportar una valiosa experiencia a un quinteto joven. La segunda unidad es muy completa, algo que en la NBA de hoy en día es de gran importancia.

La gran cuestión es si pueden por fin romper esa barrera que les separa de la gloria, o si todavía tendrán que esperar. Lo cierto es que nada resultará fácil en una Conferencia Este que se plantea más complicada que nunca. Enfrente tendrán a núcleos consolidados como los de Brooklyn Nets, Miami Heat, Milwaukee Bucks y un largo etcétera. Un arduo camino tendrán que recorrer si quieren regresar a lo más alto.