Como un barco que ha colisionado con un iceberg y que en cuestión de minutos yacerá en las profundidades marinas. O como una vieja casa desgastada y castigada por el irremediable transcurso del tiempo y que, ladrillo a ladrillo, se ha ido derrumbando, lenta pero inexorablemente. Son buenos ejemplos para ilustrar y describir la tesitura actual en la que se encuentra el conjunto al mando de Erik Spoelstra. El pozo al que está cayendo Miami Heat parece no tener un suelo que ponga fin a tal situación.

En la fase final de la temporada, como si fuera cosa de un guion de película, el equipo ha perdido el rumbo por completo. La posición que poseía la franquicia floridana era idílica, no solo por el privilegiado primer puesto en la clasificación en la Conferencia Este. Los movimientos que se hicieron en agencia libre parecían haber cosechado frutos con éxito. En las últimas semanas, han vuelto Victor Oladipo y Markieff Morris, los únicos que todavía estaban ausentes por lesión. Todas las piezas estaban ya dispuestas, pero, de repente, todo parece estar viniéndose abajo sin remedio alguno. O al menos sin una explicación esclarecedora.

  • ¿El desencadenante?

Se podría decir que este conflicto en un tiempo muerto del partido ante los Golden State Warriors fue el que lo originó todo. El partido estaba igualado cuando se llegó al descanso, pero la salida en el tercer cuarto de los de Florida fue tan desastrosa como inexplicable. Los de la bahía se hicieron con un parcial de 0-19 en los primeros minutos de juego. Los de San Francisco estaban jugando el partido sin Stephen Curry, Klay Thompson o Draymond Green, entre otros. Ello pareció ser la gota que colmó el vaso.

En el banquillo de Miami, Jimmy Butler discutió acaloradamente con su entrenador, Erik Spoelstra. Unos segundos más tarde, Udonis Haslem entró en la conversación para recriminar a Jimmy su mala conducta. El conflicto subió de tono y los integrantes de la pelea fueron separados entre miembros del cuerpo técnico y los propios jugadores.

Los Heat venían de perder en el partido anterior frente a unos Sixers sin Joel Embiid ni James Harden, sus grandes estrellas, pero sí con un gran Tyrese Maxey. No obstante, nada podía justificar esa derrota.

El pasado viernes fue el turno de New York Knicks. Era la oportunidad para disipar todas las dudas que habían surgido en torno a la franquicia en las últimas horas. Los Heat fueron mejores durante un largo tramo del encuentro. De hecho, llegaron a ponerse con 17 puntos de ventaja respecto a los neoyorquinos en el último cuarto. Sin explicación alguna, el equipo empezó a desinflarse y a ceder puntos sin parar en la recta final del choque, desembocando en el triunfo de los Knicks.

Ya eran tres derrotas consecutivas, cada cual con peor pinta que la anterior. En la noche del sábado, era el turno de los Brooklyn Nets de visitar el FTX Arena. Era una ocasión inmejorable para redimirse, aunque esta vez sería más complicado al tener a dos jugadores del calibre de Kevin Durant y Kyrie Irving enfrente. La gasolina de los Heat no duró más de medio cuarto, en concreto, el primero. Los de New York empezaron a castigar sin piedad al combinado local y en el segundo cuarto ya habían dejado el partido sentenciado.

Fuente: Sun Sentinel
Fuente: Sun Sentinel
  • ¿Cómo afectará en la clasificación?

Hasta hace no más de una semana, los Heat estaban en la cima de la clasificación dominando el Este. Parecía que nada se iba a interponer hasta los playoffs. La ventaja que poseían respecto al segundo clasificado era de 3.5 partidos, una renta que parecía suficiente para certificar el liderazgo hasta el final de temporada. Ahora la historia es muy diferente.

Los equipos que ocupaban las tres siguientes plazas venían con hambre y con ganas de que se produjese un fallo en el sistema de los Heat. Ahora que ha ocurrido, ya los tienen al alcance. Por lo pronto, Philadelphia 76ers es la nueva franquicia líder en la Conferencia Este. Sin embargo, todo apunta a que las cuatro primeras posiciones irán cambiando sin parar durante las próximas dos semanas.

Los Boston Celtics vienen pisando fuerte, completando una segunda parte de temporada sin fisuras. Tienen la posibilidad real de asaltar el primer puesto y acabar la temporada como primer clasificado. Mismo caso con Milwaukee Bucks. Los vigentes campeones tienen ahora el mismo récord que los de Massachusetts (46-28). Su poderío ya es de sobra conocido.

Y ahí, en medio de esa lucha, se encuentran ahora unos desvanecidos Heat. El récord actual es de 47-28. Aún conservan el segundo puesto, pero existe la posibilidad real de que sigan cayendo mucho más. Las variantes son infinitas en una Conferencia Este tan ajustada.

Parece que estos cuatro serán los primeros en la clasificación y, por tanto, los que tendrán el factor cancha a favor llegados los playoffs. Solo quedará por confirmar el orden, a falta de menos de 10 partidos por jugar para cada uno. A pesar de ello, ya nada puede asegurarse con certeza. En cualquier momento pueden torcerse las cosas.

  • ¿Hay solución?

Resulta complicado augurar un destino exitoso para Miami Heat. Quedan alrededor de 20 días para el comienzo de los playoffs. Si hay una remota posibilidad de renacer de esta dramática situación no es en otro lado que en Florida, pero tampoco será una tarea sencilla.

Es un vestuario cargado de veteranía, de gente que ha estado en batallas de toda clase y que se ha enfrentado a todo tipo de situaciones, como Erik Spoelstra, Udonis Haslem, Kyle Lowry o Jimmy Butler. La cuestión es que parece que ni el propio núcleo de la plantilla ha sabido detectar aún cuál es el problema. Hacerlo a tiempo puede ser un salvavidas.

Es una situación contrarreloj. La postemporada está a la vuelta de la esquina y la dinámica parece que no puede ser peor. El modo de afrontar lo que resta de temporada regular será crucial para comprobar si Miami Heat puede volver a tener la papeleta de candidato al título o si por el contrario siguen hundiéndose sin remisión.