Jimmy Butler dejaba claro en rueda de prensa, que todo se decidiría en el sexto partido entre Miami Heat y Boston Celtics. El escolta dell equipo de la conferencia este confíaba en cerrar la serie en este partido. Pero todo ha cambiado según el desarrollo del partido.
Una final de película para un partido que acrecienta la rivalidad entre ambas franquicias. Con un sueño claro, el poder optar al anillo en una final de ensueño donde espera Denver Nuggets, con un Nikola Jokic que celebra el último juego y el definitivo de la serie.
El espíritu de Boston Celtics
Todos avisaban en el cuarto partido de la serie. Con un Boston Celtics en la cuerda floja, jugadores de la talla de Marcus Smart o Jaylen Brown pedían no darlos una oportunidad de ganar un partido, porque todo podría cambiar.
La forma en la que Joe Mazzulla le ha dado la vuelta a la eliminatoria se explica a través del esfuerzo y la dedicación de cada uno de sus jugadores. Con la pérdida de Malcom Brogdon y la importancia como séptimo hombre Grant Williams, el equipo está más unido que nunca.
Miami Heat ha luchado para evitar los tiros cómodos y los triples liberados del equipo en cada momento del partido. Ante esta dificultad, vimos a una mejor versión de Jayson Tatum que asumía la responsabilidad del partido y se postulaba como creador de juego.
Los playoffs titánicos de Miami Heat
Puede que empiece a sufrir el equipo un bajón físico. Su camino ha sido muy largo, desde el primer partido en play-in no han parado de jugar y eso se puede ver reflejado en figuras tan importantes como Jimmy Butler. Bam Adebayo, Duncan Robinson y Gabriel Vincent están en el límite de su esfuerzo.
Jugadores como Kyle Lowry o la lesión de Kevin Love, Victor Oladipo o Tyler Herro están afectando de forma directa al equipo de este. A pesar de ello, han sobrevivido hasta el final del sexto partido con un parcial de 13 puntos que empataba el marcador y las emociones estaban a flor de piel entre el público.
Jimmy Butler, un genio incomprendido
El jugador tomaba las riendas y la responsabilidad cuando estaban dos puntos abajo a falta de 8 segundos para poner el marcador por delante. Después de un taponzo de Alfred Horford a Adebayo era él al que buscaba para sacarle una falta. Así lo hacía.
En el calling de Boston Celtics se veía como la falta no era de dos puntos, si no de tres. Una sorpresa que daba a Jimmy Butler la posibilidad de ponerse por delante en el marcador. Tres tiros anotados y un tiempo muerto de infarto para Boston Celtics que se veía al filo del cuchillo y la eliminación podía ser inminente.
3 segundos, del infierno al cielo
Un tiempo muerto necesario para planificar una jugada que pudiera doblegar a un equipo crecido y en casa. Todo se centraba en Marcus Smart que con un step back de 180 grados lanzaba desde la línea de tres y Derrick White cogiendo el rebote anotaba a falta de 0.2 segundos.
La defensa de Miami Heat estaba bloqueada, se le colaron Jayson Tatum y Derrick White mirando el lanzamiento de triple. Una confianza ciega de ambos jugadores hasta el final que son la sella de identidad de un equipo que sigue luchando por hacer historia.
A falta de 3 minutos y medio ya no anotaban tiros de dos. Todo de faltas, pero aguantaron y brindaron la victoria a un equipo que sigue buscando romper un récord histórico. 0-150 los partidos en los que un equipo va 3 a 0 en una serie de playoffs. A un solo partido de hacer algo nunca visto.
Los récords están para romperlos. Eso dice un equipo que como otros tres, lucharán por dar la vuelta al resultado jugando en casa. Otra serie que se va al séptimo partido al igual que la de Philadelphia 76ers. Boston dicta sentencia, en una serie que ha tenido todo lo que se piede en una final de conferencia.