Un año más, la copa no defrauda, y se han vivido unos días de baloncesto en estado puro, y momentos para el recuerdo. Se han visto como pequeños equipos conseguían meter el miedo en el cuerpo, incluso casi saborear las mieles del éxito contra los grandes. También un gran número de gargantas unidas, dejándose la voz por sus colores. Porque está fiesta es para ellos, para ti querido aficionado al baloncesto, para que disfrute de una de las competiciones más hermosas y emocionantes que existen.

Vitoria se vistió de gala para recoger este evento, esta ciudad respira amor por el baloncesto. Una ciudad dónde se han batido a duelo a muerte, los ocho mejores equipos de la primera vuelta de la ACB, y como dijo Chapu Nocioni en una de sus entrevistas: “Una competición muy dura, dónde se encuentran uno de los ocho mejores equipos de EUROPA”. Para no salirnos de la Argentina, el maestro Pablo Prigioni, ahora fuera de las pistas describió en una entrevista que ofreció durante el evento, que significa para los equipos esta competición. Nos cuenta que da igual como llegas a ella, que no importa si perdiste los últimos partidos, o viene sumergido en una fantástica racha de victoria. En estos cuatro días, entras en una burbuja y te olvidas del resto, te centras sólo en la Copa y puede ocurrir cualquier cosa.

Iberostar Tenerife, definición de entrega en equipo

El segundo equipo en la clasificación, y lo ha demostrado durante la primera vuelta. Entrega en defensa, mucho corazón en el rebote y paciencia en ataque para encontrar la mejor opción. No pudo ser, y no pudieron derrotar en cuartos de final al anfitrión Baskonia, que se presentó muy superior. Destacar, el regreso de Nico Richotti después de su lesión, y como no acordarnos del gran Javier Beirán, que ojalá lo tengamos pronto de vuelta. Están haciendo historia, esta vez no pude ser, pero seguro que seguirán dando de qué hablar.

El corazón de Bogris (vía ACB Photo)
El corazón de Bogris (vía ACB Photo)

Morabanc Andorra, la Cenicienta sin miedo

Morabanc Andorra, el orgullo de todo un país se presentó a la Copa con toda la ilusión del mundo, y le tocó bailar con la más fea, el Real Madrid. Pero en esta competición no existe equipo pequeño, y eso lo demostraron los chicos de Peñarroya. Salieron desde el primer minuto a ganar el partido, y sí, estuvieron a escasos segundos de conseguir la gloria, pero un triple de Randolph mandó el partido a la pórroga, dónde ya no pudieron hacer nada. Este equipo demostró, que esto va enserio, y seguirán dando guerra en nuestra liga. 

Shermadini, imparable (vía: ACB Photo)
Shermadini, imparable (vía: ACB Photo)

Unicaja Málaga, recuerdos de un pasado mejor 

Otra vez más, no pudo ser, y los chicos de Joan Plaza caen en las primeras de cambio. Venían con muchas ganas, después de ganar a Real Madrid en el último partido liguero, y tenían enfrente a un Barça necesitado de victoria y en uno de los peores años que se le recuerdan. Pero la balanza se decantó del lado del equipo azulgrana, tras un gran segundo tiempo dónde Unicaja no estuvo a la altura de la situación. Destacar la gran actuación de Nedovic, líder incombustible de su equipo una vez más. El conjunto malagueño tendrá que seguir trabajando para mantenerse arriba en la liga, y especial mención a su ya muy conocida charanga. Gracias chicos por animar esta fiesta del baloncesto con vuestra música, música que es arte al igual que nuestro deporte.

Unicaja, a muerte por cada rebote (vía ACB Photo)
Unicaja, a muerte por cada rebote (vía ACB Photo)

Herbalife Gran Canaria, vigente campeón de la Supercopa 

La ilusión por bandera y muchas ganas de liarla como lo hicieron en la Supercopa. Pero esta competición es muy dura, y los de Luís Casimiro no pudieron contra un sólido Valencia Basket en el primer partido. La afición del “pio pio” esta vez no pudo disfrutar con victorias, pero seguirán apoyando a su equipo partido tras partido. A todo esto, dos equipos canarios en esta copa, en estas islas se respiran baloncesto, pero baloncesto del bueno.

Lucha por el rebote (vía: ACB Photo)
Lucha por el rebote (vía: ACB Photo)

Baskonia, emblema de una ciudad volcada con el baloncesto 

El Buesa Arena a reventar, miles de aficionados baskonistas en las gradas. Las calles de Vitoria se volvieron a poner la ropa de juego para recibir a aficionados de todos los lugares, y acogerlos para que se sintieran como en casa. El equipo no venía a la competición como cabeza de serie, pero ya había demostrado en muchos partidos y en euroliga, el potencial que tiene esta plantilla. En semifinales acariciaron la victoria, pero el Real Madrid se la quitó en un partido que acabó en la prórroga. Fue una semifinal digna de Copa del Rey, unos de los partidos del año, y sólo queda dar las gracias a estos dos equipos por el partido que nos regalaron. Larkin, Hanga y compañía, tiene todavía mucho que demostrar esta campaña. Seguramente, y muy pronto, esta afición y este equipo conseguirá un título, lo están acariciando y lo merecen. La garra baskonista está de vuelta, o mejor dicho, nunca se fue.

Ovación a su público (vía: ACB Photo)
Ovación a su público (vía: ACB Photo)

FCB Lassa, el ángel caído 

Venían con ganas de que la Copa del Rey le curaran todos las heridas de lo que llevamos de temporada. Ni las lesiones ni el equipo acaban de cuajar con el cambio de entrenador y los fichajes. El Barça vuelve a ser irregular, como lo viene demostrando. Ganaron el primer partido a Unicaja pero en el segundo, tras una baja anotación, no pudieron hacer nada contra un sólido Valencia Basket. Tomic al mando, nunca falla, y un Ryce intermitente, muy irregular, no consiguen levantar a este equipo que viene en caída libre. Los aficionados al baloncesto merecen que este equipo resucite y demuestre lo que saben hacer. Sobre todo, queremos a Navarro, que se recupere pronto y vuelva a las pistas, y también se echa de menos a Pau Ribas, que también se le espera con impaciencia.

Eriksson, juventud y artillería para el equipo blaugrana (vía: ACB Photo)
Eriksson, juventud y artillería para el equipo blaugrana (vía: ACB Photo)

Valencia Basket, nunca fallan, el baloncesto le debe una 

Ellos nunca fallan a las grandes citas, muchos años mirando cara a cara a los grandes del baloncesto español, y más que nunca se lo merecían. No pudo ser, vencieron por el camino a Herbalife y Barça, pero el Real Madrid vuelve a interponerse entre ellos y la gloria. Esta vez tampoco lo lograron, pero los chicos de Pedro Martínez han demostrado que tienen ganas de montarla esta temporada. Un equipo luchador, con guerreros como Dubljevic, el MVP taronja, o el incombustible y todo corazón Pierre Oriola. También resaltar a algunos jugadores exteriores como Joan Sastre, que hizo una gran final, y los dos de siempre, San Emeterio y el capitán Rafa Martínez. Pero una de las cosas en las que destacar sobre los demás, es su trío de bases que rindieron a un gran nivel de nuevo en esta copa, con Diot, Vives, y como no Sam Van Rossom. Que alegría da ver a Sam de nuevo a este gran nivel, la liga lo necesitaba. Por lo pronto, Valencia Basket seguirá trabajando para volver a otra gran final, y quizás para ese día la victoría le sonría.

Levantarse, una obligación (vía: ACB Photo)
Levantarse, una obligación (vía: ACB Photo)

Real Madrid, amo y señor del trono, adicto a los títulos 

De nuevo la historia se repite, desde la llegada de Pablo Laso este club empezó a apostar fuerte por un proyecto, con una estructura definida, con la marca española como principal baluarte y con escuderos de lujo, guerreros curtidos en mil batallas, y otros más recientes, que han nacido con la lanza bajo el brazo. De nuevo el Madrid volvió a imponerse a todas las adversidades, y ganó este título, por cuarto año consecutivo. 

Real Madrid, campeón de la Copa del Rey 2017 (vía: ACB Photo)
Real Madrid, campeón de la Copa del Rey 2017 (vía: ACB Photo)

Pablo Laso, es capaz de gestionar a 12 estrellas del baloncesto y que cada uno asuma el rol que beneficie más al equipo, cuarta Copa del Rey seguida para el vitoriano. Dontaye Draper, siempre ha estado cuando se le necesita, para dar un descanso a los dos directores principales y tomar el mando, vuelve a demostrar en esta Copa que sabe para lo que vino, y en sus pocos minutos en pista cumple siempre.

Otello Hunter, una de las torres del equipo, volvió a salir en todos los partidos para aportar su defensa, su rebote y sobre todo su espectáculo, y nos regaló algún que otro mate. Rudy Fernández, que no atraviesa su mejor momento debido a su forma física, pero ha estado ahí para aportar al equipo y jugar para sus compañeros, queremos al mejor Rudy de nuevo de vuelta. Jonas Maciulis, de nuevo gran trabajo para defender a los exteriores altos de otros equipos y ayudar en el rebote. Jeff Taylor, el atlético jugador sueco volvió a realizar un gran trabajo defendiendo contra los bases rivales, para que no pudieran dirigir a su equipo con tranquilidad. Laso cada vez confía más en él, y eso lo podemos ver reflejado en sus minutos en pista.

Jaycee Carroll, no estaba haciendo una gran Copa pero hay que tener cuidado porque el pistolero en cualquier momento puede desenfundar el arma. Así lo hizo en la final, con 14 puntos, que dinamitó el partido cuando Valencia más apretaba. Andrés Nocioni, lo tienen metido en una urna y lo sacan cuando el partido se pone caliente. Especialista en los minutos decesivos, lo demostró contra Andorra y Baskonia, jugando los minutos finales y la prórroga. Le daba igual si llevaba triples fallados, el volvía a lanzar y los anotó en los momentos decisivos. Ya lo dice él, está para cuando más se le necesite, aporta tranquilidad y fuego al equipo. Felipe Reyes, doble premio para el capitán, nuevo hijo que viene acompañado de otra Copa del Rey, enhorabuena Felipón.

Gustavo Ayón, volvió a ser de nuevo más titán que nunca y aportó su dominio bajo los aros. Fue clave en semifinales y la final, superando la veintena de valoración. Anthony Randolph, el hombre que nunca sonríe, pero que parte de la culpa de que su afición volviera a sonreir con otro título es suya. Con 27, 25 y 26 de valoración, con numerazos de MVP, hizo unas de sus mejores actuaciones con el Real Madrid y está demostrando por fin la gran estrella que es. Los aficionados blanco no olvidarán el triple contra Morabanc Andorra a falta de 6 segundos que forzó la prórroga, gran parte de culpa de este título la tiene este hombre.

Luka Doncic, adjetivos le sobran con la juventud que tiene. Tiene el destino en sus manos, de cambiar e inventar el baloncesto del futuro en Europa y más allá del continente. Este chico volvió a realizar actuaciones como si de un veterano se tratase y demuestrá una vez más que es clave para el conjunto blanco. Resaltar el gran segundo cuarto contra Baskonia, sublime, el mando era suyo, hizo lo que quiso. Lo echaremos de menos cuando se vaya a la NBA, mientras tanto disfrutémoslo.

Por último, el MVP de esta copa, el gran Sergio LLull. Tres partidos de super estrella, vuelve a demostrar que es el jugador más decisivo de Europa. En la final, él solito con 8 puntos seguidos al final del último cuarto, asumió de nuevo el mando y guió a su equipo al titúlo. Triples de ensueño, mucho corazón en la pista y rugiendo para levantar a su afición. Sí, es Sergio Llull, y una vez más imparable.

Sergio Llull, MVP Movistar de la Copa del Rey 2017 (vía: ACB Photo)
Sergio Llull, MVP Movistar de la Copa del Rey 2017 (vía: ACB Photo)

Gracias Copa del Rey, por otros cuatro días de emociones y gran baloncesto, nos vemos en Gran Canaria el año que viene. 

VAVEL Logo
Sobre el autor
José Herrera Carrasco
Trebujena (Cádiz) Estudiante de Ingeniería Civil en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Sevilla. Abonado Real Betis Energía Plus.