El Barcelona se acabó apuntando la victoria en un partido marcado por el festival de triples al que se retaron ambos equipos. Al pregón, Navarro y Lampe, que dejaron el listón demasiado alto hasta para guerreros de la talla de Lorbek y Teletovic. El partido, sin cordura por ninguna parte, quedó a expensas de los elementos, y ahí, los culés las tenían todas consigo.

Los vitorianos, a priori víctimas de un Barça acomodado en el liderato y con las miras en la Final Four de Estambul, ejercieron como un muy digno boxeador. Encajaron los golpes con maestría y destilaron inteligencia para contrarrestarlos con eficacia. Con Prigioni y San Emeterio, el cerebro del Baskonia y el jugador más valorado de la pasada campaña respectivamente, en Vitoria, era el momento para otros jugadores.

El elegido parecía ser Mirza Teletovic, pero el bosnio lleva semanas sin responder a esa llamada. Tanta clemencia resulta pecado cuando uno ejerce de visitante en el Palau, donde el Barcelona cimenta su fortaleza. Para ello tiene a dos jugadores que asumen la posesión sea cual fuere la tesitura del partido. Al comienzo, Erazem Lorbek martilleaba sin cese la parsimonia de Teletovic en defensa, mientras que Marcelino y Heurtel mantenían una tensa disputa que acabaría llevándose el carioca.

Prueba única a la que se enfrentaba el timonel de Béziers, como base único y principal del equipo. Antes del descanso, sus compañeros agradecieron su presencia, puesto que el galo hizo acopio de una dirección poco frecuente esta campaña. Con él a los mandos, el Caja Laboral pudo reponerse, con un parcial de 2-11, a otro del primer cuarto con el que el Barcelona se había distanciado de los alaveses.

Heurtel aparte, el descanso de Lorbek fue un factor al que Ivanovic acertó a darle las vueltas. Sin su principal fuente de alimentación, el Barça vio menguar su diferencia, circunstancia agravada por la defensa 2-3 con que el Baskonia cercó su propio aro. No obstante, algo echaban de menos ambos equipos. Navarro, que ya empezaba a emerger en el segundo período, y Teletovic, que sólo anotó 2 puntos, y desde la línea de personal, velaron armas hasta el entreacto.

Apuntaba a ser un duelo estelar entre dos de los máximos anotadores del campeonato, pero entre medias emergió la figura de un jugador que partía desde la segunda fila. Deseosos de ver al imperial Maciej Lampe del Unics Kazán, los aficionados del Baskonia quedaron atónitos con tan colosal actuación del polaco. Sin ir más lejos, de sus muñecas brotaron 18 de los 27 puntos que su equipo anotó tras el descanso.

El partido se adentró en una vorágine de puntos y transicciones que no daban lugar al más mínimo receso. Navarro no se quedó regazado respecto a Lampe, y ambos firmaron 24 y 27 puntos antes de la última decena de puntos. Dejaron de existir los guiones lógicos del baloncesto, de nada valieron las pizarras de Xavi Pascual y Dusko Ivanovic, las defensas brillaban por su ausencia, en el Palau sólo mandaban las sensaciones.

Y fueron Navarro y Lorbek quienes las tuvieron mejores. Las dos cabezas visibles en la anotación azulgrana sumaron 31 y 21 puntos respectivamente. La empresa fue sideral para un Lampe que redujo su aportación a 4 puntos en el último cuarto, quedándose con una valoración 33. El Baskonia, en demasiadas ocasiones sin respaldar a Lampe, se acordó de Prigioni cuando tocaba masticar las jugadas calientes, cuando el cronómetro aprieta. No obstante, los de Zurbano pudieron endosar 89 puntos a un equipo acostumbrado a recibir 64,4 de media en la presente campaña. La moraleja, si es bien interpretada, puede suponer la primera piedra del ascenso baskonista.