No pudo el Caja Laboral dar continuidad a las buenas sensaciones emitidas el jueves en el Palau y cedió una victoria (66-68) ante un FIATC Juventut que, con lo justo, se lleva una alegría dentro de una temporada gris. La plantilla verdinegra, con Latavious Williams y Eulis Baez como principales estiletes, gozó de mejor concentración que un Baskonia obnubilado en ataque y contemplativo en defensa.

Poco tardó la plantilla de Dusko Ivanovic en avisar de que el partido de hace tres días en Barcelona fue un mero espejismo. Nuevamente sin Prigioni ni San Emeterio, el equipo vivió agarrado a la inspiración de Lampe primero y a la casta de Teletovic después, aunque no había sintonía. Heurtel volvió a su etapa de turbulencia en la dirección, los pívots desampararon el poste bajo y el equipo, en general, parecía tener prisa en acabar los ataques.

Prisa es justo lo que no tiene el Juventut. La Penya, víctima de una mala temporada, vive acostada en una zona de la tabla que no da lugar al suspense por el descenso ni, apenas, a la esperanza por los playoffs. De esta forma, el equipo juega liberado. Tras un primer cuarto en el que ambos equipos se intercambiaban la superioridad en el electrónico, el equipo badalonés, sin grandes alardes pero con mejor sinfonía, puso una distancia en el marcador que, al descanso, parecía hasta exigua visto el primer acto.

Sin otro sostén que el acierto de Lampe, a Ivanovic no le salía una a derechas. Teletovic exhibía un carrusel de imprecisiones en el lanzamiento, Milko Bjelica no era menos que su capitán y exteriores como Ribas u Oleson, optaron por esconderse. No obstante, la irrupción de Teletovic tras el descanso parecía insuflar otro aire al equipo. Lampe sólo contribuyó con dos puntos en toda la segunda mitad, pero los 16 tantos del Teletovic, máximo anotador del encuentro, fueron insuficientes.

Con la renta obtenida al descanso (31-36) jugaron los de Salva Maldonado toda la segunda mitad. Mientras Teletovic buscaba redactar otro guión al partido, sus compañeros le dejaron solo. La secundación fue nula y, pese a coger 7 rebotes más que su rival, el Baskonia veía como los catalanes presumían de una máquina más engrasada.

Pese a los 2 puntos de desventaja, el Caja Laboral parecía confiado en que el partido cayese por su propio peso. Pero los azulgrana han perdido el embrujo de antaño, donde los vapuleos estaban a la orden del día en Zurbano. El público no llegó a tener la sensación de que su equipo iba a voltear el resultado y, cuando tuvo una opción pintiparada, se eligió la peor opción. Dos puntos abajo, Heurtel recogió el balón, correteó por la cancha y se jugó un triple que apenas besó la red del aro. El calamitoso error dejó en pie al Buesa Arena, confiado en que el lanzamiento del francés enmendase una actuación poco acorde a la del jueves. El tiempo se acaba, y las eliminatorias por el único título al que puede aspirar el Baskonia acechan a un equipo que conjuga una peligrosa doble personalidad.

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