El deporte profesional de élite siempre exige de los jugadores y entrenadores un esfuerzo suplementario y continuo. Temporadas de clubes que van más allá de los 70 partidos oficiales, formatos de competición estresantes que bordean siempre el éxito y el fracaso, presupuestos difíciles de manejar y cuadrar, etc. Esa es la situación actual de la mejor eliminatoria posible en la Liga Endesa. El FC Barcelona Lassa se juega todo a una carta. Tras el fiasco de la Copa del Rey, donde fue apeado a las primeras de cambio por Dominion Bilbao Basket y no ser capaces de alanzar la Final Four de la Euroliga cayendo frente al Lokomotiv Kuban, el equipo dirigido por Xavi Pascual afronta el play-off liguero con la exigencia no solo de llegar a su décima final consecutiva, sino de alzarse con el título. El 2-0 favorable al Barça en la serie semifinal que le mide a Laboral Kutxa ha tranquilizado, al menos de forma momentánea, el enrarecido ambiente que venía transmitiendo semanas atrás la sección de basket del gigante blaugrana.

Por su parte, Baskonia atraviesa un lógico bache físico y anímico tras la enorme exigencia que tuvo que afrontar en la máxima competición europea y que devolvió al club de Zurbano a la élite del baloncesto continental después de ocho años. No obstante, entra ahora en juego un factor adicional que puede hacer girar el sentido de las 'agujas' de la eliminatoria: el Buesa Arena. El conjunto de Velimir Perasovic ha mostrado un rendimiento excepcional en su feudo, cediendo únicamente tres derrotas como local en toda la temporada. Este aspecto, unido al carácter competitivo que ha mostrado el equipo fuera de casa, capaz de salir victorioso de grandes canchas europeas (Palacio, Palau, OAKA) ha hecho posible esta campaña para enmarcar.

Este miércoles (21h) se enfrentan en el Buesa Arena un equipo colosal y tremendamente exigido como el Barça y un equipo siempre inconformista y luchador como Laboral Kutxa. La afición baskonista, que ha tomado obviamente como propia no solo la alegría de la Final Four sino también la del ascenso a Primera División del Deportivo Alavés, tiene ganas de seguir festejando... y nada mejor que mostrarse entregada a un equipo que lo merece. Tanto los jugadores como el propio Velimir Perasovic han tenido palabras de agradecimiento para su hinchada, seguros de que responderá como en las grandes noches.

No hay mayor presión que la del propio partido. Así es el deporte de élite, donde uno ha de acostumbrarse a moverse siempre sobre el alambre del triunfo y la derrota. Para el FC Barcelona Lassa este partido supone la oportunidad nada despreciable de disponer de más días de descanso que su rival en el play-off final. Para todo el Laboral Kutxa (club, equipo y afición) el reto es alargar la serie todo lo posible para agotar todas las posibilidades. La carga mental, el cansancio físico y los dolores son los denominadores comunes. Ante tal exigencia, cualquier pequeño factor puede desequilibrar la balanza haciendo posible lo imposible. Y en estas, en pleno mes de un caluroso mes de junio y después de 70 partidos, el Buesa Arena toma la palabra.