El Baskonia no ha conseguido aprovechar el tropiezo del Fenerbahçe Istanbul en el derbi frente al Anadolou Efes. Consiguiendo la victoria, los azulgranas adelantarían a los turcos en la tabla clasificatoria, colocándose cuartos en la tabla y con el factor cancha a favor. Pero no ha podido ser, los de Xavi Pascual han dominado el encuentro de cabo a rabo y han conseguido un valioso triunfo por 63 a 72.

Condenados desde un principio

Daba el comienzo el encuentro en el Fernando Buesa Arena, el colegiado italiano Carmelo Paternico lanzaba la pelota al aire y la primera posesión la ganaba el Baskonia. Pero hasta ahí. Los de Sito Alonso no iban a conseguir ganar casi ninguno de los duelos individuales frente a los jugadores del conjunto griego, lo que les condenaría al más absoluto fracaso en el primer cuarto. Pero vamos a entrar de manera más detallada a los primeros diez minutos. Si hay una cosa que les caracteriza a los conjuntos dirigidos por Sito Alonso es la defensa. Y como dice aquella frase célebre, la base de un buen ataque es una buena defensa. Pues eso. Lo que le ha faltado al quinteto baskonista en los primeros instantes del encuentro ha sido la agresividad en defensa que tanto les caracteriza. Los interiores del equipo de la capital griega, Chris Singleton y James Gist campaban a sus anchas tanto por la pintura como por el exterior, terminando con creces cada acción de tiro. Además, la gran defensa griega ha hecho que el Baskonia no encontrase situaciones fáciles de tiro y forzaran muchas pérdidas en el primer cuarto. Mucho que mejorar durante los siguientes 30 minutos.

En los primeros instantes del segundo cuarto, se notaba la ansiedad del Baskonia para acercarse en el electrónico y no dar rienda suelta a un Panathinaikos, que al contrario, podría hacer que el margen fuera aún más mayor. El playmaker estadounidense, Shane Larkin, quería ser quien comenzara la remontada baskonista, y con siete puntos -los únicos que iba a conseguir durante todo el encuentro- acercaba al equipo a rozar la barrera psicológica de los diez puntos. Pero los de Pascual seguían a lo suyo. Sin ser intimidados en ningún momento por una supuesta reacción del conjunto local, los griegos siguieron deleitando con su basket a los pocos aficionados de Atenas que viajaron al Fernando Buesa Arena. Ambos conjuntos se marchaban a vestuarios con una clara ventaja a favor del Panathinaikos, por 21 a 37.

Shengelia y Voigtmann defienden a Bourousis. | Foto: euroleague.net
Shengelia y Voigtmann defienden a Bourousis. | Foto: euroleague.net

Intento de reacción poco fructífera

Tras la reanudación, parecía que el encuentro iba a seguir en la misma dinámica, y que la tónica del tercer cuarto iba a ser como la de la primera, un Panathinaikos duro en defensa y eficaz en ataque, sin bajar el pie del acelerador, pero controlando siempre el tempo y el devenir del encuentro. Y así fue. Singleton disparó primero, y Diop respondió después, pero la diferencia era muy difícil de asimilar, y quieras o no eso afecta en el aspecto psicológico.

Los de Sito Alonso tampoco querían bajar la guardia y que la diferencia se incrementara hasta un punto en el cual sería prácticamente insalvable, por eso trataban de cambiar el rumbo del encuentro anotando en cada ataque, pero sin descuidarse. Pero no. La reacción azulgrana no llegaba, y el tercer cuarto se iba pareciendo cada vez más al primero, con un Baskonia sin las ideas claras e incapaz de hacer daño a unos griegos que se mostraban muy seguros en defensa -no hay más que ver el tapón de Singleton a Budinger a falta de siete minutos para el final del cuarto- y cocinando las jugadas en ataque.

Los de Zurbano estaban necesitados de una mini racha que les acercara en el marcador y sembrara las dudas entre los integrantes del Panathinaikos. Un parcial de 6-1 a falta de dos minutos para el final del tercer cuarto hacía que la esperanza de remontada baskonista en los últimos y definitivos diez minutos creciera. Pero tranquilos. Kenny Gabriel se iba a encargar de anotar un triple sobre la bocina y hacer que todo el baskonismo volviera a la realidad.

Pero si hay un equipo que no se rinde en ninguna situación es el Baskonia. Y pese a ir 17 puntos por debajo en el electrónico los de Sito Alonso lucharon hasta el final, llegando a poner en apuros al Panathinaikos. Volvió la defensa que tantas alegrías ha dado al conjunto vitoriano, de la mano de Ilimane Diop, que pese a su juventud, aportó ese Carácter Baskonia para poner en aprietos a los visitantes. Tiros desde media distancia, lanzamientos libres, o incluso la falta antideportiva provocada a Gist hacían que el Baskonia se metiera cada vez más en el partido. Pero al joven pívot azulgrana se le sumaron Voigtmann, Hanga y Budinger, que se querían sumar a la fiesta y hacer que su equipo consiguiera una victoria casi imposible en casa. Sito Alonso había empezado a percibir ciertas dudas en el Panathinaikos, e introduciendo a gente aplicada en una defensa correosa llegaron más y más perdidas por parte de los griegos. Llegaron a acercarse hasta los seis puntos de diferencia, pero las malas decisiones y la ansia por conseguir la remontada condenaron al Baskonia.