Tras conseguir su segunda derrota en la Liga Endesa el pasado fin de semana frente al Herbalife Gran Canaria, llegaba la tan ansiada Turkish Airlines Euroleague. Con el objetivo de coger impulso para las dos competiciones, el Baskonia viajaba a tierras griegas, más concretamente a Creta para enfrentarse al Olympiacos. Y os preguntaréis, ¿porqué a Creta? Y la respuesta es, que el Olympiacos, y más concretamente el Estadio de la Paz y la Amistad, ha sido suspendido por un partido al haber sucedido una invasión de los aficionados la pasada temporada, cuando el equipo se clasificó para la Final Four de Estambul.

En un partido donde los griegos han dominado todos los aspectos del juego de cabo a rabo, el Baskonia no ha mostrado ningún aire de poder hacer frente al Olympiacos. Y superados, además de en el electrónico, 75-64, tanto en defensa como en ataque, se han marchado de vuelta a casa con una sensación un tanto mala. Pero esto no ha hecho más que empezar.

Los errores pasan factura

El encuentro comenzaba con primera posesión para los baskonistas, aunque la primera oleada no iba a llegar hasta que los locales se pusieran por delante. Printezis anotaba los dos primeros puntos de los griegos en esta temporada, pero primero Shengelia y luego Granger hacían que los baskonistas se pusieran por primera vez por delante en el partido. Aun así, se veía que los ataques no eran fluidos y con muchas imprecisiones, hacían que los griegos optaran con opciones para ponerse por delante. Opciones que no eran aprovechadas por los de Giannis Sfariopoulos, aunque con un gran juego interior formado por Milutinov y Agravanis hacían que el encuentro siguiera igualado y obligaban al Baskonia ha ser más eficaces y tener las ideas más claras en ataque. Al final del primer cuarto, 16 a 12. Pocos puntos, muchas imprecisiones.

En la vuelta al parqué, el partido seguía con la tónica del final de los primeros diez minutos. Los locales, encontraban las situaciones de tiro o aclarados perfectos para los Thompson, Strelnieks o Printezis on fire, mientras que la defensa baskonista hacía aguas por todas partes, y no solo era la escasez defensiva lo que daba alas al Olympiacos, si no también el poco acierto de los azulgranas en ataque. Solo Jayson Granger y Tornike Shengelia sacaban las castañas del fuego y hacían que la diferencia no fuera aún más grande. Sin embargo, fueron ocho los puntos de renta a favor de los locales con las que se marcharon al túnel de vestuarios los dos conjuntos.

Sin margen de reacción

Tras la reanudación, la defensa baskonista seguía desaparecida. Aunque la mejora en el apartado de perdidas había mejorado, el casillero anotador de los griegos no hacía más que incrementar. La principal razón, porque Printezis campaba a sus anchas. Un increíble póster sobre Ilimane Diop, una asistencia a la remanguillé para que Milutinov la machacara a dos manos y otras muchas acciones en las que la defensa baskonista no pudo pararle. Los visitantes trataban de reaccionar con un triple y otro mate de Diop, pero fue entonces cuando los de Atenas empezaron a hacer daño con las segundas jugadas. En total 16 rebotes ofensivos, más del doble que el Baskonia. Y así consiguieron llegar a la recta final con una renta de dos dígitos, 60-49.

Sin embargo, parecía que el Baskonia le podía dar la vuelta a la tortilla. Ya que, a los dos minutos de juego, redujeron la diferencia a los seis puntos gracias a la primera canasta de Timma y el gran movimiento en la pintura de Shengelia. Pero ahí estaban Agravanis y Papanikolaou, los encargados de que los de Gasteiz no tuvieran tiempo para una hipotética reacción. Un parcial de 10-0 mató a los de Pablo Prigioni, que intentaron en una última ocasión dar la vuelta a la situación. Pero se quedó en un intento. Al final de los 40 minutos, la victoria se quedó en Creta, 75-64 para el Olympiacos.