En febrero del 2002 saltaba una noticia muy esperado a orillas del Ebro. El baloncesto de nivel volvía a Zaragoza después de que el anterior proyecto desapareciera en 1996 tras no conseguir solucionar sus acuciantes problemas económicos. Ahora, tras diez años peleando por afianzarse en el máximo nivel, se puede decir que el CAI Zaragoza ha alcanzado su cima deportiva histórica, teniendo la Copa y los playoffs como los próximos objetivos necesarios para continuar con su crecimiento.

Atrás quedan siete temporadas en la liga LEB donde el equipo probó toda la dureza de las canchas alejadas de los focos y un amargo descenso de la ACB en la temporada 2008/09 solo un año después de alcanzar el objetivo prioritario del club desde su nacimiento.

Zaragoza exigía baloncesto y en las dos últimas temporadas, tras mucho sufrimiento, ha podido disfrutar de él. Un pabellón como el Príncipe Felipe y una afición como la maña merecían un equipo asentado en la máxima categoría del baloncesto español, algo que parece ya logrado de sobra y donde solo queda corroborar la clasificación para alguno de los torneos del top-8 de esta temporada.

Dos temporadas en la élite

Los mimbres del actual equipo proceden del año 2009, cuando el CAI consiguió reponerse del descenso de ACB regresando a la máxima categoría solo una temporada después con un equipo liderado desde el banquillo por José Luís Abós y gestionado por el nuevo director deportivo Willy Villar. La nueva aparición del CAI en la Liga Endesa debía dejar de lado todos los años oscuros en la LEB protagonizados por la falta de la continuidad en la plantilla, apostando por jugadores con proyección y veteranos afianzados. Y se logró, casi sin darse cuenta el CAI se despreocupaba por eludir el descenso para acabar aquella campaña 2010/2011 con un balance de 16 victorias y 18 derrotas y en décima posición. El primer escalón se había superado con nota, y la continuidad y la confianza en unos jugadores que por primera vez podían ser recordados por la afición maña tenían mucha culpa de ello.

La temporada 2011/2012 dejaría un idéntico balance en el casillero maño al finalizar la competición pero unas sensaciones bien distintas. El club estuvo luchando hasta la última jornada por entrar en unos playoffs que se volvían a escapar, al igual que lo hizo la Copa unos meses antes. La valoración no dejaba de ser positiva, pero cuando unos meses después varios de los mejores jugadores del equipo como Rafa Hettsheimeir, Bracey Wright o Carlos Cabezas abandonaran el barco maño la sensación resultante no era tan clara. El equipo perdía a sus tres mejores jugadores, lo que junto con el cada vez menor ingreso económico provocado por la crisis vaticinaba un futuro complicado en lo deportivo.

Los logros conseguidos ahora hace unos meses podían quedarse en nada debido a la reducción económica y las dificultades para competir con los grandes equipos de la liga. Sin embargo, la habilidad en las contrataciones y la fe en un juego de equipo afianzado en las transiciones rápidas, los tiros de tres puntos y la defensa ha conseguido que el CAI cierre este 2012 en la mejor situación de sus ahora, diez año de historia.

Con los playoffs y la Copa como faro, el CAI avanza firme, ya consolidado en la Liga Endesa, para devolver a Zaragoza a los máximos niveles del baloncesto. Toca sonreír.