El juego interior del CAI Zaragoza pedía paso en Lituania para demostrar su potencial y sacar a flote al equipo, un tanto desubicado en los primeros minutos. Omar Cook, el director de juego de Lietuvos Rytas, protagonizaba las primera canastas de su equipo, y junto con Darius Songaila, en quién encontraba su mejor aliado, marcaban diferencias en el marcador.

El técnico maño, José Luis Abós, empezaba a dar rotaciones en su plantilla, y apostaba por Henk Norel y Jon Stefansson. El islandés, valiente, hacía dudar a la defensa lituana, y Norel, con la confianza necesaria, empezaba  a hacer daño desde la pintura. Al ritmo que el ataque del CAI mejoraba, la defensa bajaba su exigencia habitual, y permitía muchas canastas fáciles a los locales, que se marchaban hasta los 27 puntos al final del cuarto.

La inexistente defensa maña se topaba con un Lietuvos que jugaba un baloncesto rápido y eficiente

Al término del primer período, las sensaciones eran radicalmente opuestas en cada banquillo: los de Aleksandar Petrovic estaban encontrando sus mejores opciones para sumar, y contaban con la tranquilidad suficiente como para afrontar el partido tranquilos. El CAI, muy nervioso, no conseguía aportar en defensa, algo que sumado a malas decisiones en ataque, le condenaban a seguir remando para igualar el trabajo de los locales.

Los maños, dispuestos a lograr el empate lo antes posible, encadenaban un parcial de 3-7 en poco más de minuto y medio, lo que le colocaba a sólo 3 puntos. Los buenos 1c1 de los jugadores exteriores, como Stefansson y Rudez, le estaba aportando buenas canastas. Un mal balance defensivo rojillo volvía a conceder puntos fáciles a Lietuvos, que en poco más de 4 minutos establecía la máxima diferencia, +12. Los lituanos estaban encontrando un camino plácido de cara al aro, y es que el bloqueo directo que jugaban desde el centro les aportaba canastas muy fáciles, con poca resistencia caísta. Así, seguían abriendo brecha en el marcador.

El CAI recompone sus piezas antes del descanso

Una increíble jugada de 8 puntos, encadenada gracias a una técnica señalada al banquillo local, una recuperación y un triple ponía al CAI  a 3 puntos, 43-40. Las buenas circulaciones llegaban al equipo maño, que conseguía reducir la diferencia a 2 con un triple de Álex Urtasun. Aun así, volvía a fallar en defensa, con lo que se marchaba al descanso con el 52-46.

Tras el paso por los vestuarios, el problema del CAI no parecía haberse solucionado: el juego interior estaba fallando demasiado, y parecía, a ratos, inexistente;  su poco acierto, además, no le ayudaba a acercarse en el marcador. Es más, en 7 minutos sólo anotaba 5 puntos, lo que le obligaba a trabajar el doble para llevarse la vicotira de Lituania.

Hacia el final del cuarto, y tras un cambio de dinámica en el conjunto maño, los dos equipos se intercambiaban los papeles: ahora era Lietuvos el que fallaba en demasía, bajando sus porcentajes de tiro, y el CAI se acercaba hasta el 66-62 para finalizar el cuarto. El cambio en la pareja de pívots, en el que entraban Norel y Jones para sustituir a la dupla georgiana le funcionaba al conjunto aragonés, y fruto de su buen trabajo encararía el último cuarto con opciones de ganar el partido.

Las opciones mañas desaparecen en un minuto

Pero si el CAI tenía alguna oportunidad de marcharse de Lituania con un triunfo en el bolsillo pasó por ser un espejismo. Los locales, que querían ganar el encuentro y tomarse su particular revancha, endosaban un parcial de 6-0 con el que volver a la diferencia de 10 puntos. Y aquí acabaría el partido: el equipo de Abós no era capaz de sumar un punto hasta el minuto 7, por medio de un triple de Urtasun. Rudez, animado por su compañero, sumaría otro tiro desde la línea de 6’75, y 2 tiros libres de Norel ponían al CAI a 8 puntos a falta de casi 2 minutos. Gedevicius, el mejor del partido, con 22 puntos, se encargaba de marcar sentencia y con un tiro lejano devolvía el +9 a su equipo, que se llevaría la victoria con el resultado de 87-75.

A pesar de esta derrota, el CAI Zaragoza aún cuenta con opciones de pasar a la siguiente ronda, pero su clasificación pasa por ganar en Zagreb el próximo encuentro. Si no regresan a Zaragoza con el triunfo, su camino en Europa habrá acabado. 

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Sobre el autor
Maria Cerezuela
Licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, aquí intento unir, lo mejor que puedo, mis 2 pasiones: el baloncesto y el periodismo.