Mismo rival, mismas expectativas: ganar a Krasny Oktyabr será la máxima con la que el CAI Zaragoza salte al Príncipe Felipe este miércoles. La pasada jornada, en la que los maños se las veían con los rusos, se saldaba con la primera victoria para Krasny Oktyabr, lo que igualaba el balance de triunfos y derrotas entre ambos. El grupo I, pues, volvía a estar igualado en la parte baja y en la alta, con 1-2 para CAI y Krasny Oktyabr y 2-1 para Virtus de Roma y Cedevita Zagreb. Por eso, imponerse, a los rusos sería clave en los intereses rojillos, que afrontarán, empezando por ésta, dos jornadas continentales seguidas en casa.

En Rusia, la anotación del CAI se quedó muy corta respecto a los números, sólidos, que venía promediando en Eurocup

El primer paso, sin embargo, es cerrar el partido ante los rusos con triunfo. El precedente más cercano, el del pasado miércoles, no trae buenas noticias para un CAI irregular en este inicio de año. Uno de los errores clave para los aragoneses fue el desacierto que tuvieron a lo largo de los 40 minutos. Acostumbrados a registrar una media del 50% de efectividad en los lanzamientos de dos puntos, los maños se quedaban en un 45% de acierto en Rusia. En este sentido, los mejores eran Rasko Katic y Henk Norel, con un 7/9 y un 3/5, respectivamente.

Por otro lado, las pérdidas de balón fueron el caballo de batalla para el CAI en Volgogrado. Hasta diez pérdidas frenaron la proyección anotadora de los aragoneses, que se quedaban en 66 puntos anotados (cuando suele promediar unos 80 por encuentro).

Joaquín Ruiz, en su análisis posterior al partido, destacó los rebotes ofensivos como el mejor arma de Krasny Oktyabr, y es que la diferencia entre uno y otro equipo en cuanto a rebotes capturados marcó el dominio del partido. “Nos han condenado los rebotes ofensivos que nos han cogido y en ataque tampoco hemos estado acertados en el tiro exterior, lo que nos hubiera dado un poco  más de confianza para estar más cerca en el marcador”, explicó Ruiz.

Desequilibrio en la plantilla maña

El CAI Zaragoza se está encontrando, en las últimas semanas, con un problema importante: la diferencia entre la aportación de los hombres interiores y los exteriores es demasiado grande, y la solidez del equipo queda afectada por esta desigualdad. Stevan Jelovac, que se ha convertido en el cuarto  mejor jugador de la Liga Endesa y en el máximo anotador por partido del Last 32 (21 puntos de media), es, por ahora, la referencia en el conjunto aragonés.  Observando, además, los números del partido de ida, fueron el mismo Jelovac y Rasko Katic los que lideraron al equipo en lo que se refiere a anotación (43 puntos de los 66 totales).

En el último partido de competición doméstica, ante FIATC Joventut, el guion volvió a repetirse, aunque en esta ocasión sin Jelovac, que sumó dos puntos, y reemplazándolo por Henk Norel, que llegó hasta los diez. La escuadra exterior del CAI no está dando los resultados deseados, y como muestra están los números que sumaron Chris Goulding y Kevin Lisch en los dos últimos partidos: ante el Krasny Oktyabr conseguían dos puntos, mientras que en Badalona catorce. La baja de Pedro Llompart ante la Penya mermó, en exceso, la aportación de los jugadores exteriores, tan sólo maquillada por una de las mejores actuaciones de Joan Sastre en lo que va de temporada.

La urgencia por ganar del CAI Zaragoza pasa por mejorar, antes que nada, las propias prestaciones. Sumar como equipo y evitar la desconexión en defensa que penaliza el rendimiento del equipo aragonés es, a corto plazo, el primero de los objetivos. Volver a sumar en el Príncipe Felipe se convierte en el segundo, y regresar a la senda de las buenas sensaciones es la mejor manera para seguir creciendo en Europa.

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Sobre el autor
Maria Cerezuela
Licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, aquí intento unir, lo mejor que puedo, mis 2 pasiones: el baloncesto y el periodismo.