El mejor año de su historia. Así podría describirse a la perfección el 2017 del Iberostar Tenerife. El conjunto canario ha alcanzado los mayores éxitos deportivos desde su creación y ha conseguido, además, que este salto a la élite del baloncesto europeo se mantenga al menos una temporada más, demostrando que la dirección tomada por la directiva ha sido la correcta y, lo que es más importante aún, ha logrado hacer soñar a su afición, convirtiendo su pabellón en una de las canchas más complicadas del baloncesto español.

Un equipo competitivo, uno de los mejores entrenadores nacionales y una afición que siente el baloncesto como muy pocas en todo el continente fueron los ingredientes para hacer de este 2017 que apura sus días un año inolvidable para Iberostar Tenerife, que logró su mejor resultado en Liga Endesa y, sobre todo, conquistó el título europeo en la Basketball Champions League, pasando a la historia de la competición como el primer equipo en lograr este trofeo.

El comienzo de 2017 ya invitaba a soñar en La Laguna, pero ni los más optimistas podían imaginar las alegrías que vivirían con el equipo aurinegro. Clasificado para la Copa del Rey como cabeza de serie tras permanecer hasta ocho jornadas en lo más alto de la clasificación de la competición doméstica, el conjunto entrenado por Txus Vidorreta fue acumulando victorias en Liga Endesa hasta llegar a la primera cita importante del baloncesto español, la Copa del Rey.

El torneo copero no discurrió por los cauces esperados y, pese a ser uno de los candidatos a dar la sorpresa, el cuadro insular cayó en cuartos de final ante Baskonia, que tiró de experiencia en los momentos decisivos para hacer valer su papel de favorito y despertar del sueño de la Copa del Rey al Iberostar Tenerife.

Meses mágicos

Sin embargo, sólo hubo que esperar menos de dos meses para vivir un sueño a priori inimaginable. Y es que abril se convirtió en el mes mágico de 2017 para el conjunto canario, que conquistó la Basketball Champions League en la primera edición del torneo. El comienzo de la competición deparó buenas sensaciones en Tenerife, pues las tres derrotas cosechadas le hicieron superar la primera fase en lo más alto de la clasificación y evitar así la primera ronda eliminatoria. El primer escollo importante llegó a continuación, cuando el histórico PAOK Salónica se cruzó en su camino y obligó a remontar tres puntos en La Laguna, donde los insulares voltearon el marcador con un +23 para plantarse en la siguiente ronda del campeonato.

Allí esperaba el ASVEL Villeurbane, un rival experimentado y correoso que intentó por todos los medios llevarse el gato al agua, pero acabó sucumbiendo ante la intachable actuación de los hombres de Txus Vidorreta y el calor del público canario, que presenció en directo la clasificación de su equipo para la Final Four, que iba a disputarse precisamente en el Santiago Martín.

Iberostar Tenerife conquistó en abril el primer título europeo de su historia

Banvit, Mónaco y Reyer Venezia eran los tres rivales del Iberostar Tenerife en su lucha por alzar el título europeo. Turcos y franceses se vieron las caras en la primera semifinal, donde saltó la sorpresa y el cuadro otomano logró superar al máximo favorito para proclamarse campeón. Después llegó el turno del equipo aurinegro. Liderados por Abromaitis (19 puntos y nueve rebotes), los locales se impusieron con mayor facilidad de la esperada y se plantaron en el último partido del campeonato.

Espoleados por la afición y pareciendo un equipo experimentado en ese tipo de situaciones, Iberostar Tenerife consiguió vencer al Banvit Turco (un equipo con más historia en Europa y con más presupuesto), que contaba entre sus filas con el actual milanista Jordan Theodore o con el campeón de Europa Gasper Vidmar, y festejó ante su público el día más importante de su historia: los canarios se proclamaban campeones de la Basketball Champions League y escribían la página más brillante hasta la fecha.

Pero los insulares no quisieron relajarse y permanecer festejando el título europeo, y continuaron manteniendo un excelente nivel en la competición doméstica, donde finalizaron en quinta posición y se clasificaron por méritos propios para los Playoffs de la Liga Endesa con un balance de 22-10 (también el mejor de su historia en la máxima división del baloncesto español), donde al igual que sucediera en la Copa del Rey, su trayectoria se vio interrumpida en la primera ronda, esta vez por un Unicaja Málaga que le derrotó 2-1 en los cuartos de final de la lucha por el título.

Verano movido... y un nuevo título

Se ponía así fin a una temporada inolvidable para el Iberostar Tenerife, que contaba con mimbres para repetir logros en la siguiente campaña. Sin embargo, en La Laguna incumplieron una de las normas básicas en el deporte y en la vida: lo que está bien no se toca. El primer cambio fue la marcha de Txus Vidorreta al banquillo del Valencia Basket, vigente campeón de la ACB y que también había perdido al entrenador que le había llevado al éxito, Pedro Martínez.

Este primera modificación del equipo campeón de la BCL llevó consigo la marcha de algunos jugadores importantes, como fue el caso de Tariq Kirksay, Aaron Doornekamp, Will Hanley o Georgios Bogris, y la imperiosa necesidad de fichajes para volver a construir un equipo competitivo en las tres competiciones, llegando algunos jugadores prometedores (Rosco Allen, Mike Tobey o Mateusz Ponitka) y ocupando el banquillo el serbio Nenad Markovic.

Sensaciones negativas y nueva ilusión

En los primeros partidos ya se apreció un cambio notable con respecto a la temporada anterior, y el equipo consiguió triunfos en pretemporada pero más por la inercia positiva que por desplegar de nuevo un juego casi perfecto. Pero 2017 había sido mágico hasta el momento para el Iberostar Tenerife, que puso el broche perfecto ese año a finales de septiembre, cuando derrotó al Guaros de Lara venezolano, campeón de la Liga de las Américas, para conquistar la primera Copa Internacional FIBA de su historia, escribiendo con ello una nueva página brillante en esta travesía inimaginable realizada en estos 365 días que van llegando a su fin.

En septiembre, los canarios sumaron a sus vitrinas la Copa Intercontinental

Sin embargo, algo no terminaba de funcionar en el conjunto aurinegro, que mostraba dos caras bien diferenciadas. Prácticamente infranqueable en la Basketball Champions League y con un balance negativo en Liga Endesa, la directiva decidió cambiar el rumbo y destituyó a Nenad Markovic, ocupando su lugar en el banquillo tinerfeño un viejo conocido del baloncesto español como Fotis Katsikaris.

La llegada del técnico griego ha revitalizado al equipo, que se ha situado entre los ocho mejores de la competición doméstica con un balance de 7-6 y ha conseguido mantener su buena línea en la Basketball Champions League, donde lidera el Grupo B con un balance de siete triunfos y sólo dos derrotas, volviendo a situarse como uno de los más claros candidatos a repetir el título.

Triunfo colectivo

El triunfo del Iberostar Tenerife en la competición europea la temporada pasada y su buen resultado en Liga Endesa fue un éxito del equipo, por lo que es difícil personalizar en un sólo jugador. Txus Vidorreta, designado entrenador de la temporada 2016/2017 tras lograr esos éxitos con el cuadro aurinegro, fue el principal artífice de los mejores meses de la historia del conjunto tinerfeño, que sobre la pista contó con una columna vertebral formada por Davin White, Rodrigo San Miguel, Javier Beirán, Tariq Kirksay y Aaron Doornekamp como jugadores más destacados de un equipo que pasará a la historia del baloncesto español y continental.

Uno de los grandes éxitos del Iberostar Tenerife fue mantener la columna vertebral y añadir piezas importantes, pues de esta lista sólo el francés y el holandés, que puso rumbo junto a su entrenador a Valencia, salieron de un equipo llamado a volver a pelear por los títulos y plantar batalla a los eternos favoritos. Así se hace prácticamente imposible citar al jugador más importante de 2017 para el Iberostar Tenerife, pues fue más que nunca el trabajo de todo un equipo (plantilla y entrenadores) el que llevó al antiguo CB Canarias a firmar el mejor año de su historia.

Pero la progresión del Iberostar Tenerife parece no terminar ahí, pues este año cuentan con ingredientes importantes para seguir en la zona más alta de ambas competiciones. Pese a no transmitir aún las sensaciones dejadas en los primeros meses del año, la dilatada experiencia de su entrenador y el encaje cada vez más evidente de las nuevas piezas adquiridas invitan a pensar que 2018 puede también ser un año mágico para el cuadro canario. De momento, mantienen una tendencia al alza en la competición doméstica, mientras que parecen haberse adaptado a la perfección a la BCL por segundo año consecutivo.

Sólo el tiempo marcará donde puede llegar Iberostar Tenerife en este año posterior al mejor de su historia, pero vuelve a contar tanto dentro como fuera de la pista con ingredientes excelentes para seguir en la pelea, y eso es mucho decir para un club que siempre ha llevado la modestia y la humildad por bandera y que constituye uno de los mejores ejemplos de hasta dónde se puede llegar si la pasión, el buen hacer y el trabajo constante confluyen en la misma dirección. Se cierra un 2017 que se quedará grabado a fuego en la memoria de todos los aficionados del Iberostar Tenerife, pero 2018 también promete emociones fuertes.  

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