Quedan tres jornadas para que finalice la Liga Endesa. Por suerte para el CB Valladolid, cuyo único objetivo, más allá de la dignidad competitiva a la que siempre se refiere su técnico Ricard Casas, se centra en tratar de no pasar a la historia con un nuevo récord negativo. El del menor número de victorias conseguidas en una misma temporada, que ahora mismo comparten con cuatro Fuenlabrada y Murcia. Los vallisoletanos tienen tres. “Claro que no gusta, ojalá ganemos algún partido más, pero estas valoraciones, si se dan, tienen que afectar al final de la liga”, señalaba al respecto Casas.

Pero el que sí tiene un objetivo claro y definido es el CAI Zaragoza, que visita Pisuerga con la obligación de ganar para no complicarse su clasificación entre los ocho primeros que dan derecho a jugar el play-off ACB. Lo tiene relativamente sencillo e incluso podría certificarlo matemáticamente en esta jornada. Le bastaría con ganar a los pucelanos y que tanto FIATC Joventut como Gipuzkoa Basket perdieran sus respectivos encuentros.

José Luis Abós, técnico de los maños, calificó la presente semana como “muy importante”, por los compromisos que les enfrentaban a Estudiantes y al propio CB Valladolid. El primer test lo sacaron adelante, rompiendo así una dinámica de cuatro derrotas consecutivas. “Nos ha servido para soltar lastre y coger moral, porque nos teníamos que desbloquear”, señaló Abós en relación al triunfo ante los madrileños.

José Luis Abós. (Imagen: ACB Photo).

El rival más débil y abandonado

Sin embargo, el coach de los rojillos no resta relevancia al choque contra los vallisoletanos, pese a la lamentable situación deportiva de estos, y piensa que tienen por delante “tres finales, da igual el rival que esté delante. Hay que ganarle y ya está”, sentenció.

El equipo de los Pedro Llompart, Michael Roll, Damjan Rudez y compañía visitarán un Pisuerga que se encuentra en un absoluto estado de depresión. Se produce tal coyuntura en el cauce de un río cuando la zona por la que atraviesa tiene un relieve inferior a cero. De ese modo, suele abundar la vegetación hidrófila, que emerge por encima de las aguas y da lugar a un paisaje algo selvático, donde el ser humano parece no tener mucho lugar.

Aunque aún no se han detectado restos de fauna salvaje en las gradas del pabellón pucelano, este lució una entrada paupérrima el pasado jueves, probablemente la peor de la historia en un partido ACB. Si bien frente al CAI se espera algo más de público por el hecho de ser domingo, el aspecto de despoblación humana está prácticamente asegurado. Toda una lástima en un polideportivo que ha albergado tantas jornadas gloriosas de baloncesto.

Pero la falta absoluta de objetivos clasificatorios y la ausencia total de ilusión que ahora mismo genera el equipo morado en la ciudad del Pisuerga hace que la temporada se esté haciendo eterna. Así lo reconoce Ricard Casas, aunque el positivo entrenador catalán indica igualmente que “hay que aguantar hasta el final sin aflojar, como objetivo personal y por el equipo”. Dado que no hay retos palpables, “el objetivo es la dignidad competitiva, aunque el último partido supuso un paso atrás en ese sentido”, admitía Casas en referencia a la última derrota contra Unicaja, por 41 puntos.

Ricard Casas destaca el potencial del CAI

Sobre el partido ante el CAI Zaragoza, el técnico se puso la venda por anticipado al hablar de la misión de los pucelanos. “Hay que perseguir que esta derrota, si se produce, no sea grande”. Para ello, piensa seguir con su filosofía de utilizar sólo a los jugadores que él considera en mejor estado de forma, al objeto de dar el máximo posible. “Este es el motivo por el que algunos jugadores no juegan, pero no hay un proceso de deterioro en el trabajo ni en la relación diaria con ellos”, aseguró el entrenador morado.

(Video: CB Valladolid)

Respecto al conjunto aragonés, destacó su “duplicidad de posiciones” y el hecho de ser un “equipo polivalente”. Además, indicó que tienen la posibilidad de “jugar muy abiertos usando a Rudez en la posición de tres-cuatro y que aprovechan mucho el bloqueo directo”. Por encima de todo, Casas alabó el talento ofensivo del cuadro dirigido por Abós. “Tienen mucho potencial de ataque en la zona, debilidad que nosotros precisamente notamos cuando hay treses o cincos que juegan de espaldas”.

Ricard Casas tiene muy claro que han de fijarse en el CAI del último encuentro frente a Tuenti Móvil Estudiantes y no en el de las cuatro derrotas anteriores. “Ellos van a venir con el máximo de intensidad”, remarcó. El problema será por lo tanto saber hasta donde dura la de los vallisoletanos, que en el pasado compromiso frente a Unicaja les dio únicamente, en palabras del propio Casas, para aguantar hasta los veinte puntos de desventaja.

Después, hubo una caída mental espectacular y llegó la debacle total en los últimos dos cuartos. Es muy probable que el CAI Zaragoza, que por cierto perdió en su última visita a Pisuerga –quién lo diría–, con un José Luis Abós que acabó quejándose de los árbitros en la rueda de prensa post partido, busque hacer sangre y no se conforme sólo con ganar. O lo que es lo mismo, aumentar la ya de por sí profunda depresión de Pisuerga. Y es que el CB Valladolid de esta aciaga temporada ni siquiera está despertando la compasión en sus rivales, para infortunio de sus cada vez menos –y cada vez más deprimidos– seguidores, que asisten a los partidos con depresiva indiferencia.